____Wells se aferraba a su maltrecha maleta con las dos manos. Se sentía como si la tierra se hubiese abierto a sus pies. Pero no era la tierra. Lo que le desgarraba el corazón era la carta para Oh Sehun de su primo, una carta en la que se le prometía empleo en el Rancho Sundance.
-Pero se me dijo... -empezó a hablar la chica.
-Pues le han informado mal -la interrumpió Oh Sehun con brusquedad, dejando caer la carta destrozada en la papelera y dirigiendo una mirada a la joven rubia que estaba frente a él-. No contamos con piscina aquí en el Sundance, por lo que no necesitamos ninguna ayudante de natación.
Sus labios se pusieron tensos al pronunciar estas últimas palabras.
-Y a diferencia de Chanyeol, mi querido primo, no tengo trabajo para rubias oxigenadas que no pueden realizar ningún trabajo durante unos minutos sin empezar a quejarse por sus uñas.
-El color de mi cabello no es artificial, llevo las uñas cortas y puede despedirme el día que me queje de algo -replicó ___, dejando caer su maleta al suelo.
Sehun soltó una carcajada. El ruido de la maleta al caer fue tan fuerte corno el de la enorme mano que golpeó el escritorio en un gesto de impaciencia.
-Cariño, no te he contratado, ni lo haré. No te necesito. ____ contempló en silencio al hombre que la observaba desde el otro lado de un escritorio tan maltratado como su maleta. Sehun no se parecía en nada a Chanyeol, su primo. El pelo de Chanyeol era lacio y castaño, y además se trataba de un joven alto y delgado, con los ojos azules y brillantes.
El pelo de Sehun era abundante, negro y desaliñado, al igual que su bigote. Su tosco y anguloso rostro ya daba muestras de barba crecida a pesar de ser apenas las once de la mañana. Tenía la larga y poderosa estructura ósea de un atleta con su correspondiente desarrollo muscular. Medía al menos un metro noventa... y su aspecto era el más intimidante que ella había visto en su vida.
La intensa masculinidad de Sehun habría puesto nerviosa a ___ aunque no hubiera estado tan desesperada por el empleo. Ya se había acostumbrado a tratar con hombres atractivos, nadadores y saltadores, cuyas vidas estaban dedicadas al mantenimiento físico, y sin embargo, nunca había conocido a una persona cuya simple presencia le hiciera temblar. Ese hombre le resultaba muy- sorprendente, pues había despertado en ella sentimientos casi imposible de explicar.
____ se reprendió en silencio, preguntándose si habría enloquecido. Sehun era muy diferente a su primo. Ahora comprendía por qué Chanyeol la había prevenido contra él. Chanyeol era amable v bondadoso
y conocido por su generosidad entre la comunidad deportiva del Sur de California. ___ dudaba que alguien aplicase los calificativos de generoso, amable o bondadoso para describir a Oh Sehun.
Ese pensamiento no hizo desistir a ___. Toda su vida la había pasado trabajando con entrenadores masculinos, que con la mayor cortesía sólo podría describir como «difíciles». Además, necesitaba el trabajo en el Sundance, aunque Reever fuese la encarnación del demonio. En ese momento sólo contaba con dos dólares y sesenta y tres centavos. Si no era suficiente para el billete de autobús de regreso al pueblo, mucho menos para un taxi... además de que ni el autobús ni el taxi estaba disponibles. El Rancho Sundance se encontraba en las llanuras del Norte de Arizona, lugar en el que los caminos estaban desiertos y silenciosos.
-Señor Oh -dijo ___, tratando de no mostrar ni su desesperación, ni su temor. Desde niña aprendió que cualquier debilidad por su parte sería utilizada en su contra.
-Sehun -señaló él con voz dura-. Sólo Sehun. Ya no está en la ciudad, señorita ____ Wells.
-¿Habla en serio? -replicó ____.
Deliberadamente dirigió la vista a su alrededor y vio una colección de espuelas colgadas de una pared y una cuerda de cerdas de caballo en un rincón.
-Llámame ___, Sehun. Todos lo hacen.
Sehun entrecerró los ojos. «La Biblia está equivocada», pensó ___. Los ojos del demonio parecían grises, no negros. Respiró profundamente y- trató de penetrar en la dura coraza exterior de Sehun. En alguna parte de ese hombre tenía que haber algo más que esa dureza. y frialdad, y estaba tan convencida de ello, que no la puso en duda.
-El señor Park me aseguró que encontraría trabajo -señaló ___ con franqueza-. He recorrido un largo camino hasta aquí, solamente para esto. Si el Centro de Recreo Sundance no está listo todavía, debe haber algo que yo pueda hacer hasta que abra.
Sehun permaneció en silencio un momento, mirando a ____ de la misma forma en que ella lo había mirado hacía un instante.
Si Sehun esperaba que ___ se sintiese incómoda con sus miradas, le aguardaba una sorpresa. Ella estaba acostumbrada a ser examinada con mucha menos ropa que un ligero pantalón color beige y una camiseta. Según ella, los bañadores de competición habían sido diseñados para convertirse en una segunda piel y eso era lo que parecían cuando los competidores salían del agua. Cuando ___ estaba en el alto trampolín de una piscina, dispuesta para su segundo salto, los espectadores ya sabían. todo lo que de ella podían aprender en el aspecto físico.
No obstante, ser contemplada por Sehun era diferente pues al mirarla, parecía que estaba acariciando todo su cuerpo. Esa idea le hizo estremecerse. Muy en su interior empezó a desarrollarse un fuego que le obligó a abrir la boca en un gesto inconsciente de invitación sensual. Era demasiado inexperta para percatarse de lo que le ocurría; sólo sabía que cuanto más tiempo estuviera frente a Sehun, más se despertaría su curiosidad de conocerle como hombre.
-Por favor -dijo ___ con la voz alterada-. Si hubieses leído la carta antes de romperla, sabrías que se me considera una buena profesional.
Cuando Sehun terminó de examinarla, frunció la boca y adoptó un tono irónico de voz.
-No, gracias. Para mi diversión las prefiero pequeñas de estatura, bien dotadas y sensuales. No cumples ninguno de los requisitos.
___ quedó en silencio durante un instante, demasiado sorprendida como para responderle. Luego respiro profundamente y contestó:
-No estaba ofreciendo... --empezó furiosa.
-Por supuesto que sí - la interrumpió Sehun con un gesto de desprecio-. Estás rogándome.
-Vete al diablo, Oh Sehun -señaló ___, con voz temblorosa.
-¿No te lo ha dicho Chanyeol, querida? Yo soy el diablo.
___ miró a Sehun deseando haber aprendido kárate. Sin decir una palabra más, cogió su maleta, y salió de la habitación. Antes de dar tres pasos, oyó el crujido de la silla del escritorio cuando se sentó Sehun y no necesitó volverse para saber que ya había sido olvidada por ese hombre, como si jamás hubiera estado frente a él en busca de un empleo.
Sin titubear, ___ cruzó la sala, abrió la puerta principal y la cerró de un puntapié. La había cerrado con fuerza hasta hacer que la casa vibrara, pero ya no quería llamar la atención. Sólo pensar en tener que enfrentarse al desdén de Sehun de nuevo le producía una humillación tan grande como su enojo. Caminaría los treinta kilómetros hasta el pueblo de rodillas si fuese necesario antes de soportar de nuevo sus miradas.
ESTÁS LEYENDO
PASION ARDIENTE (sehun y tu)
RomanceSINOPSIS ____Wells llegó al rancho Sundance sólo con su maltrecha maleta, poco más de dos dólares en el bolsillo y una carta de un amigo prometiéndole empleo. ___ necesitaba desesperadamente aquel trabajo y pensaba que el propietario del rancho era...