CAPITULO 5

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Prefería arrastrarse hasta llegar al pueblo con tal de no quejarse ante el vaquero de rostro duro que la había mirado un instante y había decidido que no servía para nada, despachándola con una. actitud despectiva que le había hecho sentirse humillada.

-Entonces eres una tonta -le indicó Sehun con dureza-. O quizá es que te gusta mover el trasero en la vía pública.

____ entrecerró los ojos y estalló, furiosa.

-¡Arrogante hijo de Satanás!

Ella misma se quedó sorprendida por sus palabras. Había recibido peores insultos de sus entrenadores, pero jamás se había sentido tan mal.

-¡He recorrido esta maldita carretera porque no tengo otra forma de llegar al pueblo!

-Si me lo hubieras dicho... -empezó él.

-¿Cuándo? -le interrumpió con suavidad-. ¿Antes o después de que rechazaras mi supuesta oferta de prostitución?

Sehun lanzó una maldición entre dientes, y ____ no se molestó en escucharle. Se limito a darse la vuelta y dirigirse hacia la cerca, con la espalda tan recta como la línea de su boca. Ya había oído demasiado.

Ya era suficiente con haber sido agredida por un grupo de muchachos soeces. El ser acusada de buscarse ese tipo de abusos simplemente por ser demasiado pobre como para tener coche, la ponía furiosa.

-El próximo autobús no pasará por Massacre Creek hasta dentro de tres días

-comentó Sehun, alcanzándola con facilidad.

Ella se encogió de hombros. Tres días, tres horas, o tres semanas, no importaba porque no tenía el dinero para el pasaje. Esperaba que el Sunup Café necesitase cocinera, camarero; o alguien que limpiase el cochambre de la campana de extracción. Lo que fuera. Nunca había despreciado el trabajo honesto.

Sehun observaba a ____ por el rabillo del ojo, y reconoció que la joven era capaz de excitarle con una facilidad enloquecedora. Advirtió que su pelo rubio tenía un corte sencillo y que el efecto de decoloración y bronceado eran naturales y no adquiridos en un salón de belleza. No llevaba encima ninguna joya... ni collar; ni pulsera; ni siquiera una sencilla sortija de plata. Su camiseta estaba deslucida por el uso y lo mismo podía decirse del pantalón. Sus zapatillas de deporte tenían agujeros y no se trataba de un calzado de marca.

-Espera -le indicó Sehun, volviendo a cogerla del brazo. Su voz era grave y contrastaba con la delicadeza de su mano-. Pediré a uno de mis hombres que te lleve al pueblo.

____ se quedó contemplándole, sorprendida, ya que no esperaba ninguna ayuda de

-¡Por el amor de Dios! -espetó Sehun de pronto-. ¿Quién podría verte caminar sola por una carretera desierta y no ayudarte? -antes de que ____ pudiese contestarle, lanzó un silbido, y el caballo se acercó a su amo inmediatamente. Sehun montó con un movimiento ágil, sacó la bota del estribo izquierdo y se quedó mirando a ____. Ella observaba con sus ojos verdes tan abiertos como los de un gato curioso. Él paso las riendas a su mano derecha y le tendió la izquierda-. Vamos -la indicó.

-¿Vamos, qué? -preguntó ____, levantando la vista.

-Sube -le ordenó con impaciencia.

-¿Cómo?

Sehun la contempló un instante, sin creer lo que acababa de oír. Dejó escapar una exclamación de disgusto, pasó su pierna derecha por encima de la cabeza de la silla y se deslizó hasta caer al suelo frente a ella.

-Niña testaruda -murmuró.

Sin hacer ningún comentario más; cogió a ____ en sus brazos y la subió al caballo como si pesara menos que una pluma. Colocó su pie izquierdo en el estribo y volvió a acomodarse en la silla antes de

que la muchacha se diese cuenta de lo que sucedía. Era evidente que Sehun estaba muy acostumbrado a montar. A pesar de su estatura y fuerza, no hacía ningún movimiento inseguro y sin gracia.

-Agárrate.

____ intentó hacerlo. Se asió a la parte posterior de la silla con las dos manos al iniciar Blackjack un paso que a ella le parecía demasiado rápido, pero que en realidad no era más que un trote ligero. A cada movimiento sus manos resbalaban.

Después de unos minutos se adaptó al ritmo de Blackjack y empezó a respirar con mayor regularidad. La distancia al suelo no le preocupaba, pues estaba acostumbrada a las alturas de las plataformas de las piscinas. No obstante, temía caerse y sufrir nuevas heridas.

Sehun notó la preocupación de ____ y mantuvo el caballo a paso lento. Estuvo a punto de decirle que se abrazara a él, pero no lo hizo, no deseaba recibir otra negativa por parte de la joven.

Durante un rato largo sólo se oyeron los cascos del caballo y el graznido de un halcón. Blackjack mordía resentido la rienda que lo mantenía a paso lento. Sehun también sentía lo ocurrido desde el momento en que levantó la vista y se enfrentó a la joven en su propio despacho.

Cuando Sehun condujo a Blackjack cuesta abajo hacia el arroyo, el caballo no protestó. Sehun se movió al ritmo del animal, pero no le ocurrió lo mismo a ____. Un instante estaba sentada sobre el caballo

y al momento se encontraba en el aire. De pronto intentó agarrarse a la silla, pero sus manos volvieron a resbalar.

-¡Sehun!

En el momento en que ella gritaba, Sehun se volvió como un relámpago y la cogió con una mano. Con sorprendente facilidad, volvió a ponerla en su sitio sin hacer más que un movimiento de hombros. ____ dejó escapar un suspiro y volvió a apoyarse en la silla.

-Maldita sea -gruñó Sehun-. Tranquilízate.

____ no sabía si se refería a ella o al caballo. Tampoco quería saberlo. Se mordió un labio y trató de adivinar cuál sería el siguiente salto de la bestia. Blackjack relinchó y agitó la cabeza, como si se preguntara qué hacían allí parados en mitad del camino. Respondiendo a un apretón de los talones de Sehun el jamelgo comenzó a andar al trote. Sehun no necesitaba volverse para saber que ____ estaba perdiendo el equilibrio de nuevo.

-¡Por todos los diablos! -exclamó él enfurecido-. Si no quieres pasarme los brazos por la cintura, al menos agárrate un poco.

____ contempló los amplios hombros de Sehun. La idea de abrazarlo le hacía sentirse invadida por una extraña debilidad. Titubeante levantó la mano derecha, pero en seguida se dio cuenta de que si se abrazaba a él, le llenaría de sangre. Sus poderosos esfuerzos por sujetarse a la silla de montar fueron inútiles. Tenía las palmas de las manos deshechas.

-No puedo -dijo ____ en voz baja-. Te... ensuciaré.

-¿Ensuciarme? -bufó Sehun-. Querida, en el caso de que no lo hayas notado, te diré que soy ranchero. No voy a desmayarme porque me ensucies un poco.

La única respuesta de ____ fue un grito ahogado en el momento en el que Blackjack hizo un movimiento lateral. El animal sólo trataba de equilibrar el peso de ____ en su lomo, pero ella no lo sabía. Únicamente se enteró de que estaba a punto de caer de nuevo.

Con una maldición exasperada, Srhun soltó las riendas, echó los brazos hacia atrás y se pasó las manos de ____ por la cintura. Al ver las manchas de sangre en sus manos, supo por qué le costaba tanto sostenerse de la silla y por qué temía «ensuciarlo».

-Por el amor de Dios, ¿es que no tienes ningún sentido? -preguntó con brusquedad, asiendo las manos de ____ para verlas más de cerca-. ¿Por qué no me lo has dicho?

____ dejó escapar un gemido.

-¿Para que me gritaras por quejarme? -exclamó, enfurecida, al darse cuenta de que todo lo que hacía le molestaba--. Lamento estropear tu entretenimiento, pero no estoy dispuesta a quejarme ni a rogar, ni a mover el trasero por ningún hombre ¡y menos por ti!

El cuerpo de Sehun se puso tenso al volverse para mirar a ____ y ver que su pálido rostro estaba manchado de tierra. A pesar de su silencio, él podía oír sus gritos, pidiendo no sólo ayuda sino también amor y comprensión.

-Es malo ser tan suave, querida -dijo Sehun en voz baja-, pero el ser estúpida es peligroso. No me obligues a hacer algo que los dos lamentaríamos.

PASION ARDIENTE  (sehun y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora