PASION ARDIENTE (sehun y tu)

CAPITULO 13

Titubeó un instante y luego se dio la vuelta para empezar a buscar en los armarios de la cocina. Si querían comer pronto, ella tendría que preparar algo. Canturreando una melodía, empezó a hacer acopio de ingredientes en el mueble que había junto a la cocina. Cuando Sehun regresó seguido por los demás, percibió un delicioso olor y vio que estaba muy ocupada rallando queso y agitando de vez en cuando el contenido de una gran cacerola.
-¿Qué diablos estás haciendo? -le dijo Sehun. La cacerola que ella se disponía a mover resbaló y parte de su contenido cayó sobre la superficie de la cocina-. Vaya torpeza -murmuró Sehun disgustado.
-Se supone que eres un vaquero, no un maldito indio -protestó ____ interrumpiéndole-. ¿Por qué siempre tienes que sorprenderme? Los hombres que se encontraban detrás de él, comenzaron a reírse, pero nadie dijo una palabra hasta que ____ exclamó:
-Hola -se chupó un dedo que escurría con mantequilla con ajo-. ¿Quién ha perdido la partida?
-Sehun -contestó Chen sin ocultar su satisfacción.
Sehun no le escuchaba, pues toda su atención estaba fija en ____ mientras imaginaba lo que experimentaría al sentir esa delicada lengua en su piel.
-Pensé que continuaríais el resto del día jugando -comentó ____, mirando el rostro de Seuun-. Tengo hambre, así que he decidido preparar algo de comer.
Sehun cogió un trozo de pan que había saltado de la cacerola, lo metió en su boca y lo masticó.
Cuando lo degustó frunció el ceño sorprendido. Luego metió una cuchara en la carne y mojó la punta de un dedo en la misma.
-No está mal -dijo a regañadientes.
-Eres muy amable -respondió ____ con voz dulce, mientras uno a uno los empleados empezaban a escurrirse de la cocina, presintiendo que ella iba a despertar uno de los habituales arranques de ira de su jefe.
-Por supuesto -acepto Sehun, comiendo varios pedazos de carne a pesar de no estar aún en su punto.
Con un suspiro, dejo caer la cuchara de nuevo en la cacerola.
-Si no muero antes de que cenemos, tienes trabajo con nosotros hasta que ahorres lo suficiente para tu pasaje a casa.
-¿Cómo sabes que no tengo dinero? -preguntó ____ antes de darse cuenta de que había caído en la trampa de nuevo. Al igual que con su virginidad, Sehun lo había supuesto y ella se lo había confirmado.
-¿De cuánto dinero dispones? -preguntó él, cogiéndola de la barbilla en el momento en que ella estaba a punto de darse la vuelta.
-De unos dólares.
-Unos cuantos dólares -repitió él, dejando escapar un suspiro. Luego añadió con
expresión seria-: ¿Cómo esperabas regresar a casa, caminando y comiendo hierbas?
-Siempre está la profesión más antigua, ¿no te parece? -le espetó ____.
-Cariño, eres tan torpe que tú tendrías que pagar el sueldo a tus clientes.
Por segunda vez ese día, ____ sintió deseos de llorar. Odiaba a Sehun por haberla humillado de esa manera y se odiaba a sí misma por ser tan vulnerable. De pronto, se apartó de él instintivamente.
-Ya te lo he dicho, pequeña. No me obligues a hacer lo que no deseo -exclamó Sehun con un amargo juramento.
Atontada, ____ asintió y siguió rallando queso sin apenas darse cuenta.
-Si quieres el trabajo, pediré a Suho que recoja tus cosas cuando lleve a D.O-agrego Sehun con voz grave.
____ sabía que Sehun deseaba que se negara. Ella también quería hacerlo, pero no tenía otra alternativa. A su paso por Massacre Creek no vio ningún anuncio ofreciendo trabajo. Ese día, como tantos otros, no podía permitirse el lujo de rechazar nada. Tenía que aceptar todo lo que le ofrecieran, sonreír y sacar el mejor provecho. Por regla general eso no le molestaba pero en esa ocasión sí.
Respiró hondo antes de hablar, temiendo que la voz le temblase. No deseaba que eso ocurriera. Prefería morir antes que volver a mostrar a Oh Sehun un signo de debilidad.
-Sí, quiero el empleo -le dijo al fin en voz baja.
Sehun contempló la esbelta espalda de ____ durante un rato, maldiciendo en silencio al advertir el profundo brillo de sus ojos. Salió de la cocina poniéndose el sombrero y dando un portazo... rogando a Dios que pudiera mantener las manos lejos de ____ hasta que ganase lo suficiente para comprar un pasaje de regreso a la ciudad, que era el lugar al que realmente pertenecía.