CAPITULO 19

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Salimos de aquel desagradable lugar, para mí sorpresa un vehículo nos esperaba afuera. Los vidrios polarizados, la puerta de atrás de abrió invitándome aquel intimidante ser a subir.

_ Hola jefe. _ Lo saludó un vampiro de aspecto gánster, sombrero de copa, traje entero y lentes oscuros. La melena dorada apenas era visible, su cabellera contrastaba con su pálida piel. _ Menudo desastre. _ Continuo. _ Nadie sobrevivió. _ Refiriéndose de seguro a mi demostración en una de las casas de seguridad de Asiel.

_ Sí bueno, hemos llegado a un acuerdo, no habrá más berrinches ¿Cierto Bianca? _ Me miró con una sonrisa de media luna.

Asentí con un leve movimiento de mi cabeza. Como si tuviera opción, le dije a mi fuero interno.

_¿Y el humano? _ Consultó el conductor.

_ Lo llevaremos a casa. _ Eso me tranquilizo pero hasta no ver a Alec a salvo no tendría paz.

Llegamos a aquel conocido vecindario, el corazón se me oprimió de dolor al pasar por la vivienda que tan solo unas cuantas horas vivíamos. Dejamos a Alec en frente de su hogar, alejándonos. Observe antes de girar en una esquina como ingresaba como si nada hubiera ocurrido. Me encargué de borrar todo recuerdo traumático, seguiría con su vida, y yo con la mía, nuestros caminos se separaban quizás así fuera mejor, nunca estuvimos destinados a estar juntos.

El trayecto duro horas, hasta arribar a una desviación por un camino estrecho de lastre, a lo lejos atisbe una mansión sacada de un cuento de hadas o de terror en este caso, afuera varios vampiros esperaban.

Una mujer nos abrió la puerta, haciendo una reverencia cuando Asiel salió, su caoba cabello, lo traía recogido en una trenza. Los demás la imitaron, se veía que lo respetaban y temían a la vez.

_ Noticias. _ Pidió Asiel ayudándome a salir del auto. La mujer me miró mal, con cierto recelo y algo más que no sepa descifrar.

_ Sabemos donde los retienen. _ Le informa.

_ Eso ya lo sé, dame noticias frescas Amadia.

_ Tenemos los planos del laboratorio, encontramos una forma de entrar, pero es complicado, el sitio es una fortaleza y se encuentra bien resguardado. _ Sus ojos azules se clavaron en mí con cierto reproche, percibía su antipatía. Perfecto ya gané una enemistad sin conocer la razón.

_Prepara un equipo, saldremos esta noche. _ Gira la instrucción. _Ella se limita a asentir de nuevo, yéndose con otros dos vampiros.

Las miradas curiosas me recorrían, un sentimiento de incomodidad se albergó en mi interior, conocían sobre mí de eso estaba segura. Asiel me condujo hasta una habitación que abrió al encontrarnos en frente de la puerta, por dentro me encontré con una estancia similar a la que desperté, todo parecía de otro siglo.

_ Haré que te traigan de comer, debes estar hambrienta.

En realidad los intestinos se me retorcieron, con la adrenalina de lo ocurrido no tuve tiempo de pensar en alimento. Tome una larga ducha, al salir ropa limpia yacía cobre la cama y en una mesa pequeña con una sola silla,  una bandeja plateada. Al destaparla un agradable olor a pato en salsa agridulce y papas hervidas me invadió, acompañado de un vaso con sangre.

Comí de buena gana, me supo delicioso, al terminar suspiré, satisfecha con lo consumido. Una repentina tristeza me invadió, el pecho se me oprimió y un horrible vacío se incrustó en mis entrañas. Comencé a llorar desconsoladamente, pensando en padre, en Kyle, en Evans, en lo transcurrido en tan poco tiempo.

Me tiré a la cama sin ánimos de nada. ¿Que es este sentimiento que me devoraba de adentro hacia afuera?. Cuando Asiel hizo su aparición llevaba otra mudada, me observó con atención frunciendo el ceño.

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