CAPITULO 12

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-Has estado muy callada, ¿Estás bien?-Sus ojos azules me escrudiñaron tratando de averiguar el porqué de mi cambio de temperamento.

-No es nada. –Contesté odiando de verdad mi vida.

Casi salíamos del enorme vivero que encerraba aquel jardín majestuoso, cuando Alec se detuvo.

-Bianca, hay algo que quiero decirte.

-Ah sí. –Pude escuchar como su corazón se acelera. -Pues dime.

-Sé que tenemos poco tiempo de conocernos, pero me gustas, mucho, y me encantaría saber si tú sientes lo mismo por mí.

Juro que deje de respirar, había visto por televisión cuando los chicos se declaraban a sus novias e imaginé que eso sería lo que sucedería.

-Bianca. –Esa voz hizo que se me descompusiera el organismo. Mi hermano estaba de pie a unos cuantos metros de nosotros.

-¿Qué haces aquí? –Le hablé en su mente

-Tú sabes. –Se limitó a contestar.

-Me das unos minutos por favor, prometo irme contigo. –Le dije en voz alta para que Alec escuchara.

Él asintió, pude sentir su enojo, de seguro le contó a Sanders lo que pasó y él de inmediato mandó a buscarme. Era lo malo de estar empáticamente unida a Kyle, lo que le sucedía a uno, el otro lo sabía.

-Tu hermano parece tu sombra. _Manifestó Evans mirándome de reojo.

-Sí, es una molestia cuando se lo propone, pero ignóralo, ¿Qué ibas a decirme? –Quise recuperar el hilo de la conversación.

-Más bien estoy esperando que tú me confirmes si yo te agrado.

-Claro que me agradas. –Pronuncio con fluidez. –Pensé que era obvio. –Sonrío como una tonta. Siempre critiqué a esas tontas de los libros o películas que se derretían cuando su chico les decía que las amaba, ahora me encontraba en su lugar, y las comprendía.

Evans se fue acercando poco a poco, sabía que me iba a besar, y mi corazón casi explota en mi pecho, el estómago me dio un vuelco cuando al fin tocó mis labios, moviéndose con lentitud, su lengua acarició la mía y se sintió bien. No me di cuenta en qué momento lo rodee por el cuello y él me tomó por la cintura. Odiaba y amaba a la vez, esa multitud de sensaciones que naufragaban libremente por mi organismo, aspiré su aroma, es delicioso, no puedo explicar con exactitud a qué huele, pero me encanta. Sin embargo, la magia terminó cuando el disgusto y la impaciencia de mi hermano me alcanzaron.

Rompí el preciado contacto, y mis dedos se sumergieron en su castaño cabello, nuestras frentes quedaron juntas, mi nariz rozó la de él y una descarga eléctrica me recorrió, amaba a mi hermano, pero en este preciso instante, deseaba ahorcarlo.

-Debo irme, Kyle me espera.

-Sabes que tu hermano ha sido inoportuno.

-Lo sé, pero se ha presentado una emergencia en casa.

-¿Cómo lo sabes? Apenas y se dirigieron la palabra.

-He recibido un texto cuando estábamos en el jardín, se me olvidó contarte.

-Espero que no sea nada malo.

-Nada que no tenga solución. Gracias por traerme aquí.

-Con gusto, ¿Crees que podamos vernos luego?

-Yo te aviso ¿Te parece?

Él asintió y me vi zafándome de su abrazo, sintiendo la ausencia de su calidez. Me encaminé con paso presuroso donde Kyle me esperaba y para mi sorpresa papá estaba con él.

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