Wei Ying

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En un mundo donde existen tres subgéneros además de los principales.

Los omegas encadenan la línea principal de importancia, seguida de los alfas y por último los betas, que se asemejan más a ser personas normales de los antiguos tiempos.

Los movimientos socialistas para erradicar la discriminación contra el subgénero Omega, tras un par de décadas había comenzado a rendir frutos. Posicionando a los omegas como un subgénero que merece prioridad en la sociedad.

Los omegas son personas que necesitan atenciones, cuidados y mucha comprensión por el estado físico a los que están anclados. Por otra parte, los alfas siendo capaces de realizar cualquier cosa sin problemas de sufrir consecuencias graves como lo omegas, y ser poseedores de cuerpos con buenas condiciones saludables, son destituidos a una posición con menor atención.

Al principio, dichas destituciones crearon un grave rencor contra los omegas, muchas familias como los Wen y Lian dueños de importantes bancos alrededor de la ciudad se opusieron con severidad el nuevo orden social; sin embargo, sus quejas se vieron ahogadas cuando familias importantes como los Lan y Jiang se opusieron a su negativa tornando el estado social en uno que favorecía a los Omegas sin desmeritar los demás subgéneros.

Esto les pareció risible, que dos de las familias más importantes de alfas pusieran como prioridad los deseos y necesidades de los omegas. Sin embargo, ambas familias se caracterizaban por ser honorables y detestar las diferencias sociales, por lo que, firmemente creían que nada ni nadie a pesar de su estado social podía pasar sobre otra persona.

Todos tienen derecho a una vida digna sin importar su género o subgénero.

Al pasar los años la familia Wen se resignó a seguir las nuevas reglas sociales y todo había comenzado con una nueva década donde todos deberían ser tratados por igual...

Con la bendición de los dioses en una pequeña casa especial dentro de la residencial de la familia Jiang, el lloriqueo de un bebé de ojos color gris anunciaba el nuevo miembro que pertenecería a la familia Wei, familia que se encarga de ser la protección personal de la familia Jiang.

Wei Changze habló mientras sostenía a su hijo en brazos — Desde el vientre de tu madre has ocasionado molestias, y ahora que estas entre mis brazos parece que ese será tu objetivo en la vida—.

Cangse Sanren sonrió. — Es igual a mí, según lo que madre me ha contado. Wei Ying será mi viva imagen—.

La pareja sonrió plácidamente, mientras admiraban al llorón de su hijo querer llamar la atención de todos dentro de la habitación.

A los cinco años Wei Ying se había vuelto un niño adorable, con grandes ojos grises similar a los de su madre y mejillas regordetas, que lo hacía parecer un muñequito abrazable y comible para su madre. Wei Ying era tan travieso que controlarlo era difícil para sus padres. Aunque el hecho de que la familia Jiang no tenía muchas reglas, y muchas de estas eran muy flexibles, Wei Ying se había convertido en un niño indomable; sin embargo, a pesar de su comportamiento Wei Ying se había ganado la adoración de todos e inclusive el amor de los miembros principales de la familia Jiang.

Feng Mian, el líder actual de la familia Jiang, adoraba al niño travieso que correteaba a su hijo menor Wan Yin mientras jugaban a los cazadores, inclusive y a regañadientes madame Yu amaba ver como su hijo jugaba con el mayor, adoraba oír las risitas divertidas de ambos niños que corrían por el jardín. Por supuesto, no lo demostraría y los reprendería diciendo que no debían correr por el jardín. Una manera muy madura para ella de decirles que, podrían hacerse daño y que tuvieran cuidado.

A los 7 años Wei Ying se enteró que como miembro de la familia Wei su deber sería cuidar de Wan Yin, puesto que su familia se caracterizaba que desde generaciones antiguas habían servido a la familia Jiang como sus guarda espaldas personales. Con ese enunciado Wei Ying que había crecido junto a Yanli; la mayor de los hijos de Feng Mian y Wan Yin; el menor de la familia, había decidido que entregaría su vida por ellos. No importaría el costo, ambos lo habían tratado como un hermano para ellos y estaba seguro que sin importar qué, su vida sería para cuidar y vivir para proteger sus vidas.

El alfa de mi infancia (WangXian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora