Necesidad

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A los 18 años Wei Ying estaba experimentando su primer celo, algo tardío para ser sinceros. Hace años esa tarde en la que perdió a su amigo, parecía que iba a entrar en celo. Pero no sucedió, su cuerpo se normalizó cuando abandonó aquella casa, y de pronto había dejado de sentir a su lobo interior. Como si este lo hubiera abandonado al igual que Lan Zhan. Por lo que cuando cumplió los 18 años y tuvo su celo, se sorprendió. Pensó que jamás iba a sentir nuevamente a su lobo dentro de él.

Wei Ying sintió una punzada en su estómago, se encontraba afiebrado y con mareos, por lo que ante los primeros síntomas del celo. Wei Ying fue confinado dentro de su propia habitación. Sus padres se aseguraron de que las feromonas que su hijo estaba desprendiendo no llamaran a ningún alfa, por lo que se turnaron para cuidar el estado de su hijo. Wei Ying insistió en que se encontraba bien, solo debía de descansar. Además, ya se había tomado las pastillas supresoras por lo que solo le quedaba descansar en su habitación.

Las pastillas supresoras siempre eran buenos inhibidores para controlar el celo o cortarlo, sin embargo, debido a que era la primera vez de Wei Ying. Las pastillas no funcionaron como deberían. Wei Ying pasó su primer día de celo como lo haría normalmente un omega, pero para el tercer día podía sentir que la boca de su cueva comenzaba a lubricarse por sí sola, el calor subió por el vientre de Wei Ying haciéndolo sentir incómodo. Su garganta se secó y necesidad de atenderse su problema creciente, nació en él.

El tercer día era el peor por lo que le habían informado, las ganas de unirse a un alfa iban a ser grandes. El deseo de ser poseído por un alfa se iba a apoderar de Wei ying y el odiaba eso, por lo que estaba renuente a atenderse aquella zona.

Pero la voz interior de un omega era demasiado fuerte y por primera vez desde que perdió a Lan Zhan sintió a su lobo dentro de él. La orden era clara, necesitaba a un alfa y aunque Wei Ying era renuente en un estado de semi inconciencia Wei Ying dirigió sus manos hacia aquella zona que necesitaba atención. Al tocar la base escalofríos le invadieron, recorriendo desde su pelvis hasta su pecho. Soltó un suspiró de satisfacción cuando su mano comenzó un masaje por la longitud de su virilidad.

Por más que Wei Ying se acariciaba algo no se sentía bien; aquella zona, su virtud estaba palpitando exigiendo atención también, por lo que dejando la vergüenza de lado dirigió uno de sus dedos hacia la zona, y se penetró a sí mismo.

La sensación de intrusión le hizo soltar un gemido, y abriendo las piernas para sí mismo siguió complaciendo a su cuerpo de omega. No obstante, y pese a la satisfacción de las caricias, Wei Ying no era capaz de llegar al orgasmo. Necesitaba más, necesitaba que un alfa lo tomara y reclamara su cuerpo.

Wei Ying cerró sus ojos en negación, queriendo ir en contra de la voz omega que le pedía buscar un alfa. Y en un momento de debilidad el rostro joven de Lan Zhan apareció en su mente. Aquellos ojos le miraban con deseo, su mirada recorría su cuerpo viendo el estado lascivo en el que se encontraba. La idea de Lan Zhan recorriendo su cuerpo con esas cálidas manos que recordaba, le estremecieron y dándose cuenta que el pensamiento le excitaba más. Siguió imaginándose a Lan Zhan con él.

Primero Lan Zhan le miraba mientras se masturbaba, luego el mismo le tocaba su virilidad y le llamaba por su nombre con deseo.
Wei Ying gimió el nombre de Lan Zhan, pidiéndole que lo tomara en ese instante, rogándole que profanara su cuerpo. Wei Ying gritó su nombre con deseo mientras se penetraba a sí mismo con los dedos.

-Wei Ying- oyó la voz grave de Lan Zhan, en su oído. Por fin lo que tanto había deseado se cumplió, el de ojos dorados abrió sus piernas y se colocó entre ellas. Dejando libre su propia virilidad y penetrando con fuerza al omega que gemía por atención.

En cuanto asimiló la penetración el omega sintió una descarga de energía recorriendo con fuerza su cuerpo. Haciendo imposible que pudiera soportar más la satisfacción.

El alfa de mi infancia (WangXian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora