Capítulo uno

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Luego de un pequeño reposo por la mañana, durante la tarde debía empezar a arreglarse para ir al trabajo, peinaba sus cabellos pelirrojos con muchísimo cuidado, a su ver era parte de su atractivo aquella melena larga y colorina.

Su uniforme consistía en una camisa blanca con un bordado pequeño del lado del pectoral izquierdo de una malteada y un jeans acampanado de color azul, comúnmente utilizaba zapatos de vestir para verse, según él, mejor.

Trabajaba en una pista de patinaje con temática retro, vendían malteadas y todo eso, a pesar de no ser de su gusto le pagaban lo suficiente para poder mantenerse el solo en su departamento no tan de lujo.

Salió del lugar con su abrigo puesto, a pesar de ser invierno aquel establecimiento solía estar lleno de personas, a veces veía a las mismas de siempre y en otras ocasiones veía rostros que solo iban de paso, quizás nunca los volvería a ver pero era interesante conocer gente nueva aunque sea por unos minutos.

El camino de su edificio al local era de quince minutos a pie, lo tomaba así por la costumbre, no por necesidad, ya que, él salía a hacer ejercicio todas las mañanas antes de seguir durmiendo hasta que llegara la tarde.

Una ventaja de su trabajo también era que podía usar sus cadenas sin recibir reclamos, anillos no por cuestiones de higiene. En fin, que su trabajo tenía muchas ventajas, como que entraba a las cuatro de la tarde y salía a las diez de la noche.

Al adentrarse al lugar por la puerta trasera se veía como un almacén común y corriente, con sus casilleros, en el suyo dejó su mochila y su abrigo, un par de bancos para descansar y una puerta que llevaba al refrigerador donde guardaban las frutas y la leche.

Fue hacia el mostrador encontrándose con su compañero de trabajo, y uno de sus mejores amigos, un moreno de cabellos azabaches y rizados. Al parecer había llegado hace un par de minutos y había encendido las luces de colores, sumando que había abierto la puerta principal.

—. Buenas tardes, Axl. ¿Listo para otro día de ajetreo laboral? — El tono bromista del rizado logró sacarle una sonrisa.

—. Nunca lo he estado, cierra el perro hocico. — Sus risas inundaron el ambiente silencioso que se mantenía en el lugar.

Frente a ellos estaban un par de mesas con aquel aspecto retro que caracterizaba el establecimiento, cruzando esa zona estaba la pista de baile/patinaje la cual solía tener varias personas divirtiéndose cada noche.

Tuvieron que retomar su postura de seriedad en cuanto las personas comenzaron a llenar el lugar, llegaban en su mayoría adolescentes y jóvenes adultos de entre dieciséis y veinticinco años.

Rondando las edades de Axl y Saul, siendo el menor el pelirrojo con veintitrés y el mayor el moreno con veinticinco.

Pero, ¿Por qué Axl trabajaba ahí? Bueno, desde siempre había tenido problemas con sus padres, discusiones, peleas, malos entendidos que terminaron en un: "Vete de la casa y no vuelvas más" a lo que él no se negó.

Luego de solo una semana de haberse ido de aquella casa se enteró del divorcio de sus padres, con la única que mantenía un poco de comunicación era su madre, le preguntaba sobre su trabajo y si pensaba asistir a la universidad en algún momento. "No me lo he planteado" solía decirle, aquella mujer se mostraba decepcionada por dicha respuesta tan indignante para ella, pero Axl en verdad que no se lo planteaba.

Las horas iban pasando con lentitud y cada vez el lugar era más concurrido, como a las dos horas de haber empezado con su trabajo por la puerta apareció una chica rubia teñida, venía con sus propios patines y vestía un hermoso vestido cromático de tonalidades entre rosas y púrpuras.

La conocían perfectamente, era una cliente frecuente con la cual se habían amistado un poco, se llamaba Courtney y hasta donde ella les había contado estudiaba gastronomía en la universidad.

No venía sola, con ella venía un chico de cabellos un poco largos, estaba teñidos de fucsia y eran desordenados, vestía una camisa roja de vestir con las mangas dobladas hasta el codo, iba dentro de un pantalón acampanado de un azul oscuro y al igual que la rubia traía sus propios patines.

Ambos chicos llevaban gafas, las de la muchacha tenían forma de estrellas y se transparentaban por el color rosa, el pelifucsia llevaba unos ovalados de marco blanco y lente negro.

A Axl se le aceleró el corazón que creía ya no tener cuando ambos se acercaron al mostrador, el chico subió las gafas hasta su cabeza para reposarlas ahí dejando ver mejor su rostro.

Parecía un hermoso y delicado ángel, sus facciones eran marcadas, sus orbes azules brillaban tan bonito como los zafiros, sus labios eran casi de la misma tonalidad que las malteadas de cereza que solían preparar en el local; pudo notar que también tenía sus uñas pintadas de negro más una roja, al igual que la rubia.

Era primera vez que lo veía en su vida y se sintió atrapado por la belleza y el aura que el chico emanaba.

໒❛ 𝐋𝐄𝐕𝐈𝐓𝐀𝐓𝐈𝐍𝐆 ♡ ❫ ◗ ʚ₍ᐢ 𝙠𝙪𝙧𝙩𝙖𝙭𝙡 ᐢ₎ɞ ᵕ̈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora