Capítulo tres

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Axl era un muchacho de carácter fuerte, a veces solía tener reacciones muy agresivas o que llegaban a incomodar a las personas, como la vez que golpeó a un tipo por estar tomándole fotos en su espacio de trabajo.

O quizás la vez que había quemado la gorra de uno de sus compañeros de trabajo por estar diciendo barbaridad y media, en su mayoría falsa, sobre él. Por eso y mucho más le parecía sorprendente que alguien siquiera mostrara un mínimo interés en su persona, aunque sea a primera vista.

—. ¿Por qué? — Solo pudo articular aquello mientras su mirada se perdía en el angelical rostro frente a él, no entendía como alguien podía ser más radiante que el sol con solo respirar.

—. Courtney no me dejó hablar mucho contigo, no sé tu nombre. — Se removió en su lugar con algo de nerviosismo, se veía un poco más alto gracias a los patines pero no dejaba de ver pequeño y frágil, probablemente medían lo mismo.

—. Me llamo William, pero mis amigos me llaman Axl. — La brisa nocturna les golpeó haciendo que sus cabellos se despeinaran, el pelirrojo no pudo evitar sentir ternura ante los cabellos teñidos que golpearon el hermoso rostro del ojizafiro.

—. Claro... ¿Vives en esa dirección? No quiero irme solo... — Por la poca luz que brindaban los faroles pudo notar un pequeño rubor en el teñido, su dedo apuntaba la dirección hacia la que solía caminar para llegar al edificio donde estaba su departamento.

Dió un asentimiento y le hizo una seña con su mano para que empezaran a avanzar, no tenía mucho tiempo puesto que en quince minutos estaría frente a su «hogar» y no sabía la dirección exacta del chico a su lado que patinaba con total relajación, parecía tener mucha práctica.

—. Me sorprende que nunca hayas ido a la pista si eres bueno patinando. — Se sinceró cruzando sus brazos sobre su pecho, mientras avanzaban lograba escuchar sus llaves haciendo ruido dentro de su mochila.

—. Es primera vez que mis padres me dejaron venir, y tal vez sea lo última porque tenía que estar en casa a las nueve treinta. — Le sorprendía tanto que el pelifucsia fuera bastante sincero con él aunque no se lo pidiera.

—. ¿Qué edad tienes? — La curiosidad mató al gato pero el gato murió sabiendo.

—. Diecinueve, mis padres no me dejan salir a pie, solo en auto y debe ser ida y vuelta para no meterme en problemas. — Verle girar alrededor de un poste de luz le causó gracia y ternura al mismo tiempo, aún más cuando empezó a ir de espaldas.

Ese chico era tan hilarante a simple vista, brillaba en el cielo y brillaba en sus ojos como una hermosa estrella nocturna, había algo en él que le hipnotizó desde que lo vió.

—. Me miras mucho, Axl. — Su voz le sacó de su ensoñación, el chico se había volteado de nuevo pero iba viendo el cielo con una sonrisa relajada.

—. Lo lamento, no quiero incomodarte. — A otra persona le habría dicho que le importaba una mierda, pero sentía que si trataba así al menor podría perder su oportunidad de conocerle mejor.

—. No te preocupes, ¿Es por mi cabello? — Las manos del ojizafiro acomodaron los mechones teñidos de forma descuidada haciendo resaltar sus uñas negras.

—. Tu cabello se ve increíble.

Se detuvo al estar frente a su edificio, eso provocó que el chico a su lado también se detuviera unos cuantos metros después al darse cuenta que iba solo, yendo a pararse frente al colorín se columpió un poco en su lugar.

—. Ojalá verte mañana, Axl. — El ojiesmeralda no pudo evitar la sonrisa atontada que se curvó por sus labios tras escuchar esas palabras.

—. Me encantaría volver a verte. — Podría incluso despertarse más temprano de lo normal solo por verse con ese chico tan encantador.

—. Soy como una estrella fugaz, a menos que me llames. — De los bolsillos, el pelifucsia sacó un trozo de papel mal doblado entregandoselo al mayor. —. Nos vemos.

Dió una vuelta alrededor del colorín antes de irse patinando, el mayor le perdió de vista cuando le vió doblar a unas cuantas cuadras de donde se encontraba, se adentró al edificio yendo al elevador.

No tardó mucho en estar de vuelta en su pequeño departamento, tenía una pequeña sala que solo era dividida por el desayunador de la cocina y un pasillo que daba hacia su habitación y el baño, parecería grande pero no lo era.

Se fue a su cuarto, se quedó solo en su ropa interior para poder recostarse mirando el papel entre sus dedos, no sabía si el chico solo estaba jugando o en serio había un número de teléfono escrito en tinta. No lo dudó más cuando abrió la nota, en efecto, habían un par de números escritos de forma muy preciosa.

Lo que más le asombró fue la ortografía tan prolija con la que estaba escrito el nombre del muchacho, «Kurt Cobain» decía, tenía una letra cursiva tan preciosa que no podía sentirse más impresionado. Lo otro que llamó su atención fue aquel mensaje:

«Tengo miedo de mis padres, ayúdame por favor».

Para gran lástima el cansancio le terminó ganando haciendo que cayera dormido en menos de cinco minutos, las preocupaciones podían esperar una noche, o menos de una noche.

Porque en cuanto sonó su alarma para ir a ejercitarse se encargó de enviarle un mensaje a aquel encantador muchacho de cabello extravagante, un simple: «Ya te agendé, ¿Necesitas hablar?» y se fue a correr con su auriculares puestos, como siempre se quedaba en el parque que estaba cerca de la hermosa residencial de gente adinerada para poder terminar su rutina de ejercicios. Lo hacía ahí porque estaba más cerca de su casa, odiaba cruzarse con todas esas personas altaneras que le miraban por vestir un simple pantalón deportivo negro al igual que sus zapatos y una camisa blanca sencilla, como si su ropa dijera más de él de lo que quisiera.

Ese día ellos no eran su preocupación, era el pelifucsia de ojos oceánicos y tristes, tenía una escencia tan alegre pero al parecer su mirada decía más que mil palabras y el brillo de ilusión era porque vio en Axl Rose un poco de esperanza.

Se sentó en un banco a beber un poco de agua antes de retomar su camino de regreso a su hogar, se daría una ducha, desayunaría algo simple y si no había que hacer compras dormiría un par de horas más antes de arreglarse para ir al trabajo.

—. Axl... — Aunque al parecer sus planes no podrían concretarse, reconoció esa voz casi a la perfección.

໒❛ 𝐋𝐄𝐕𝐈𝐓𝐀𝐓𝐈𝐍𝐆 ♡ ❫ ◗ ʚ₍ᐢ 𝙠𝙪𝙧𝙩𝙖𝙭𝙡 ᐢ₎ɞ ᵕ̈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora