Soy Charlotte Mikaelson. Si ese tipo de Mikaelson... soy el hereje original. Mi madre era una bruja, lo que me convertiría en una, pero yo soy un tipo de bruja especial era una bruja sifón, y mi madre al querer protegernos a mí y a mis hermanos, ter...
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Todos los Mikalson se encontraban en casa. Arreglándose para el baile de hoy. Rebekah y Charlotte les estaban haciendo manicura, obviamente a una distancia aceptable ya que en ese momento se odiaban. Y los demás se probaban los trajes para esa noche. Excepto Elijah que veía los zapatos.
- Rebekah, dime que guapo estoy
- Ay, Kol, no puedes hipnotizarme.- Le respondió Rebekah y le saco una sonrisa a Charlotte
- ¿Atacaste a Elena? ¿Qué es lo que te pasa?- Acuso Klaus a Rebekah
- Ya vas a empezar.- Le dijo harta Rebekah
- ¿Quieres otra daga en el corazón?- La amenazo Klaus
- ¿Otra amenaza de dagas?- Lo cuestiono Kol- ¿No te sabes otro cuento?
- Vuelve a admirarte en el espejo.- Le pidió Klaus
- ¿Quién eres tú? ¿Mi padre?
- No, Kol, pero estas en mi casa.
- Quizá deberíamos hablar afuera
- ¡Ya basta!- Pidió Esther- Niklaus. Ven
Charlotte sonrió. No los odiaba a ninguno. Ni a Rebekah, ella tenía una buena relación con su madre y no era su culpa que su madre no la quería. Le pareció divertido que volvieran a sus riñas tan rápido
Todo el pueblo estaba en el baile. Charlotte seguía arreglándose en su habitación. Estaba muy nerviosa. Sabia que su madre tramaba algo. Si, habían pasado mil años, pero ella no creía que las creencias de su madre sobre ella hubieran cambiado. Por otra parte, iba a poder ver a Stefan en esmoquin. No lo veía con uno desde su última graduación.
Charlotte salió y se encontraba bajando las escaleras. Justo cuando Elena entro a la fiesta. Ella había dormido por mucho, por lo que no sabia como se encontraba la relación de Stefan y Elena, pero sus dudas se aclararon cundo Damon se acerco a Elena y Stefan a ella
- Wow. Te ves hermosa.- Le dijo Stefan
- Lo sé. Pero tu no te ves mal.- Le dijo Charlotte "devolviéndole" el cumplido
- ¿Me permites?- Le pregunto Stefan poniendo su brazo para escoltarla.
- Claro. Tan caballeroso como siempre. ¿Qué hice para ganarme la lotería?
