Capítulo 17

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Por más que trataba de buscar cualquier excusa para no presentarse a ese lugar donde acordaron verse, Degel dejó escapar un suspiro para tratar de tranquilizarse.

— Aquí vamos... Sólo vine aclarar esta situación y ya, sólo eso — Trató de darse ánimos, se acomodó el abrigo que llevaba puesto, armado de valor, entró al restaurante.

Deuteros trataba de no perder la paciencia, su antiguo amor de antaño se había demorado ya casi una hora en llegar.
Estaba decidido a levantarse y pasarse a retirar, sacó dinero de su cartera y se dio la vuelta. De manera repentina alcanzó a tomar a esa persona con la que había chocado, ambos estaban muy distraídos que jamás se dieron cuenta de la presencia del contrario.

Con su mano sobre aquella delgada cintura se perdió en esa mirada enigmática de tonalidad violeta.

— Degel — Susurró mirándolo de frente, ahí estaba aquel amor jamás volvió a ver... Hasta ahora.

— Deuteros — Murmuró el contrario al sentirse acorralado, sus manos se posaban sobre ese pecho donde  claramente podía sentir el latido repentino de ese hombre al que siempre ha guardado en su  corazón.

Los pocos  comensales que se encontraban cerca de aquellas mesas, se quedaron sorprendidos porqué con ese choque repentino habían pasado a tirar a uno de los meseros que pasaba  con su charola de postres, mientras que esa pareja seguían mirándose fijamente a los ojos...









Se le había hecho muy extraño el hecho que Milo no lo molestara en todo el tiempo que transcurrió del día.
Se la pasaba haciendo garabatos y rayones como niño pequeño con las hojas de rehuso que Kanon usaba para anotar pequeños detalles que le surgieran.

— Milo puedes llevarle este informe a mi tío por favor, mientras lo llevas termino de recoger aquí para acompañarte  — Contestó el gemelo menor mientras guardaba algunas hojas dentro de las carpetas.

Muy a su pesar se levantó de su asiento y fue a dejar esos documentos, esta ocasión sin intentar de halagar a su secretaria, se sentía muy apenado por tratar de llamar la atención de una dama que no puede hablar.

— ¿Es la situación de tus padres que te tiene así? Ó ¿Es la boda que está a un paso de celebrarse? — Se dijo a si mismo al verlo sin ánimos y arrastrando sus pies cuando salió de su oficina.

Se quedó pensando unos momentos, ahora que lo analizaba mejor esta semana si lo ha molestado... Poco pero lo ha hecho, pero también quizá se muestre triste por la razón de que aquella persona por la que guarda un sentimiento, unirá su vida con alguien más.

Kanon sabía que Saga sería incapaz de dañar a Camus, desde que lo conoció lo ha tratado como la gran persona que es y Milo...
Era todo un caso ese hombre de cabellos  cerúleos, sin duda le faltaba una chispa... Una razón por la cual vivir y no precisamente la compañía de personas que solo llenen su vida por un rato.

Terminó de acomodar sus papeles y su escritorio cuando Milo llegó corriendo con los mismos papeles en la mano.

— Milo ¡Te dije que le entregaras esos papeles a mi tío y...! — El gemelo menor  no terminó de hablar, fué interrumpido por su empleado quien se encontraba un poco sofocado después de correr rápidamente.

— ¡Kanon, tu tío no se presentó a trabajar! Chris me lo escribió en una hoja cuando se lo pregunté.

— Eso no puede ser... Mi tío es una persona muy responsable — Negó con su cabeza y se acercó para retirarle esos documentos de la mano — Si quieres prepara tus cosas para irnos de una vez... Yo entraré a su oficina y se los dejaré.

Mi Dulce Adicción (Kanon X Milo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora