Capítulo 30

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Después de que Kanon le explicara a Milo sobre aquellos boletos dónde lo invitaba de la manera más atenta a ese viaje de vacaciones, nuevamente tenían que regresar a la fiesta.

El gemelo menor guardó los boletos que le regalaría a Saga y a Camus por su boda y tomo el casco para poder subirse a ese vehículo infernal que no le agradaba para nada.
No era el hecho de que Milo lo manejara, ese no es el problema, en lo que no estaba conforme es en subirse en la motocicleta porque simple y sencillamente le daba un poco de miedo.

— ¿Estás listo? — Le preguntó Milo al salir de su casa.

— Pues así muy listo que digamos... No — Hizo una leve pausa — Si por mi fuera prefiero irme caminando, creo que estoy más seguro.

Ante eso Milo no dudó en dejar escapar una sonrisa mientras negaba con su cabeza, el mejor que nadie sabe que hay personas que piensan que usar una moto es  para personas rebeldes de la sociedad. Siempre fue una gran comodidad para el usarla ya que se evitaba mucho el tráfico de las calles, además que disfrutaba de la brisa golpear su cuerpo, a excepción del tiempo de lluvias, lo peor que le podía pasar era mojarse totalmente al grado de enfermarse de una gripe o una leve tos.

— Vamos, no pasa nada... Confía en mí, así como yo lo he hecho contigo — Le respondió Milo extendiendo su mano para darle confianza al gemelo menor.

Ahora el que se sentía nervioso era Kanon, Milo estaba devolviéndole el mismo detalle como siempre lo había hecho con él.
Dejó escapar un suspiro y colocó su mano sobre la palma de la de Milo, ambos se quedaron mirando fijamente por unos escasos segundos de no ser por el sonido del celular de Milo.

Milo interrumpió ese momento, sacó su celular de su bolsillo para ver de quién se trataba.

— Mi hermana me está buscando — Susurró Milo respondiendo ese mensaje — Como no me ha visto con los demás ya me está buscando.

— Al menos se preocupa por ti Milo.

— Lo sé, antes le daba muchas molestias... Seguramente como no me vio con Aioria y los demás habrá pensando hasta lo peor de mi.

Milo guardo nuevamente su celular en el bolsillo y se subió a la moto, espero que Kanon se colocará detrás de él; antes de encender el motor los dos se acomodaron los cascos y el gemelo menor no dudó en abrazarse a la cintura de su empleado.

— Sujetate bien, dentro de poco minutos llegaremos a la fiesta de tu hermano.

El sonido del motor haciendo combustión se escuchó en esos momentos, Milo comenzó a manejar disfrutando de ese cálido tacto con Kanon, daba gracias que el ruido de la calle era demasiado fuerte, de lo contrario los latidos de su corazón lo delatarían.




El trayecto fue demasiado tranquilo, Milo respetaba cada cambio de semáforo y procuraba bajar la velocidad para evitar que Kanon se pusiera nervioso.

Al regresar a la fiesta, Milo estacionó la motocicleta del señor Abel en su lugar y esperó que Kanon se diera cuenta que ya habían regresado.

— ¿Ya estamos aquí? — Cuestionó el gemelo menor abriendo poco a poco sus párpados, en todo el trayecto no quiso mirar todo lo que sucedía en su alrededor.

— Ya, ahora andando porque pronto tu hermano y Camus abrirán con su tan esperando vals y tienes que estar presente.

— Cierto, aunque como voy solo lo correcto es que pases conmigo — Contestó Kanon bajando de la motocicleta y después se retiró el casco.

En ese momento una tercera voz se les unió a la plática al ver que su sobrino y su acompañante regresaron con bien.

— Que bueno que ya regresaron.

— Señor Abel, le entrego sus llaves. Le agradezco este enorme favor — Milo se acercó al tío de Kanon para poder darle sus llaves de la motocicleta.

— ¿Que tal corre mi moto? Es de lo mejor, los diseños deportivos me gustan demasiado.

Kanon se acercó para entregarle el casco a Abel mientras Milo se alejaba un poco de ellos para adelantarse a la fiesta y poder buscar a Shaina quien estaba demasiado preocupada por él.

— Olvídalo tío, no me vuelvo a subir en esas cosas... Son la muerte segura.

Abel dejo escapar una carcajada maliciosa, su sobrino no cambiaba para nada — Son la muerte segura cuando no la manejas con responsabilidad, además por lo que veo tu prometido sabe usarla muy bien.

— ¡Que no es mi prometido!

— Hay por favor Kanon, si los dos se miran con ojitos de amor... Mira nada más — Abel colocó su brazo sobre el cuello de su sobrino y le mostró como su querido empleado se alejaba buscando a su hermana — Milo ya está más allá y tú no le quitas la mirada de encima; que no te quieras dar cuenta de tus sentimientos es distinto.

— Es mi empleado.

— No busques escusas.

— No es correcto.

— Si es correcto enamorarse y si no lo aceptas de una vez por todas cuando llegue alguien más y te quite lo que tienes enfrente no hay vuelta atrás — Le sugirió Abel mientras caminaba a la par de su sobrino.

— No quiero, en el amor se sufre si no te corresponden.

— Pero no lo sabrás hasta que lo descubras, deja de darle tantas vueltas al asunto.

— Tengo miedo, ya sufrí una vez y lo sabes.

Al llegar a la fiesta nuevamente frente a ellos pasaba un mesero ofreciendo bebidas alcohólicas preparadas, Abel tomó dos y le entrego una a su sobrino.

— No te cierres, no niegues lo que sientes... son momentos irrepetibles en tu vida. Admite que te gusta así como él a ti.

— El ama a Camus y por ahora está dolido por verlo casarse con Saga — Respondió con desgano mientras le daba un trago a su bebida.

— Nadie sabe lo que realmente siente hasta que lo descubras, no te guardes tu sentir. El que no arriesga no gana.

En ese momento Kanon busco con la mirada a Milo, entre tantos invitados y el molesto ruido de la fiesta pudo lograr verlo platicando con su hermana.

No negó que ver cómo Shaina le acomodaba su saco y peinaba con sus dedos la cabellera alborotada de Milo le dió una sensación de ternura porque era un amor de hermanos y ella siempre estaría para el a pesar de todo.
De un solo trago se terminó su bebida y dejó el vaso sobre una de las mesas, solo había una manera de darse cuenta de sus sentimientos y esta noche los pondría a prueba.

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Mi Dulce Adicción (Kanon X Milo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora