Capítulo 22

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Estaba muy aburrido, eso de esperar en el auto observando como llevaban los arreglos florales para la boda era algo muy desesperante.
Milo observaba a Kanon a través del retrovisor, se veía feliz platicando ese muchacho que estaba a cargo de ese invernadero.

No sabía porqué pero desde que llegaron aquel joven de cabellos lilas parecía tratar de coquetear con el gemelo menor  y eso a Milo comenzaba a molestarle.

Quién se creía ese sujeto para estar cerca de Kanon y tratar de llevarse con él de lo mejor. Es por ello que optó por subirse al auto para no escuchar más a ese par.

— Mejor me hubiera quedado en mi casa — Se quejó molesto cruzando los brazos.

Milo era el único que podía molestarlo y hacerle la vida imposible al gemelo menor, no ese chico que a cada rato recargaba su mano sobre la espalda de Kanon.

Nuevamente alzó su mirada para verlos por el retrovisor, afortunadamente ya estaban terminando de cargar los arreglos hechos con rosas blancas en forma de corazón, dentro de la cajuela y Kanon ahora tenía su billetera en la mano para poder pagarle a ese joven.

— Menos mal ya terminaron — Respondió sin muchos ánimos, rodó los ojos y trató de entretener su vista con algo que no fuera ellos dos.

El gemelo menor se despidió con un ligero apretón de manos y el contrario con una sonrisa coqueta.

Milo apretó sus puños molesto, le enfurecía que Kanon le prestara atención a ese tipo, en demasía.

No demoró mucho en subir al auto, los arreglos florales estaban completos.
Kanon tomó su lugar y se abrochó el cinturón de seguridad sin percatarse de la molestia de Milo.

— Están completos los arreglos... Los adornaron muy bonitos ¿No lo crees Milo? — Preguntó Kanon tomando el volante con su mano izquierda, su mano derecha se posó en la palanca de velocidades para adentrarse de nuevo a la carretera y regresar a la casa de su padre, el jardín principal sería el lugar donde se llevaría a cabo la fiesta de la boda.

— ¡Oh, si claro! — Respondió Milo intentando sonreír de manera forzada.

Tenía ganas de tomarlo de los cabellos y dejarle claro que no le agradó para nada verlo con el sujeto del invernadero. Sin embargo intentaba controlarse antes de perder la cordura.

— Aún no comprendo porqué te metiste al auto cuando comencé a platicar con Sorrento, por un momento creí que estabas cansado y solamente querías descansar.

Milo comenzó a molestarse aún más — Bueno... No quería interferir en tu plática cómoda con ese sujeto de ojos rosas — Contestó Milo con desdén.

Kanon desvió su mirada ligeramente a su derecha, comenzó a notar que Milo se veía molesto. Pero ahora que lo recordaba él no hizo algo malo para que se comportara así.

En el trabajo toda la mañana se la pasó tranquilo, incluso sin problema accedió acompañarlo a recoger los arreglos para la boda de su hermano. En todo el camino rumbo al invernadero Milo estaba totalmente entretenido cambiando la música del estereo.

Entonces...

No entendía porqué ese cambio repentino en su actitud.

— Milo... Algo te molesta.

— Claro que no — Milo se negó totalmente cruzando los brazos y mirando el paisaje rural que ese lugar le brindaba.

Kanon necesitaba saber que rayos le ocurría a Milo, algo tuvo que pasar para que cambiara así de manera repentina.

— Tu te traes algo en manos Milo.

— Creo que venir no fue una buena idea.

Kanon buscó un lugar en la carretera donde pudiera estacionarse y de una vez por todas hablaría seriamente con él.

Mi Dulce Adicción (Kanon X Milo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora