Capítulo 3

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No llevaban ni cinco minutos encerrados en el baño sin dejar de lanzarse indirectas y estar discutiendo, culpando al contrario por la situación incómoda en la que estaban.

Kanon buscó en el pequeño mueble que estaba justamente arriba del lavabo para ver si encontraba algo que le fuera de ayuda para abrir la puerta.

— Vaya hasta que al fin tienes una idea para abrir y salir de este lugar— Respondió Milo en un tono burlón, se encontraba sentado en el suelo observando con detenimiento los movimientos del gemelo menor.

— Si tanto te crees tan bueno ven y hazlo tú.

Kanon se giró dándole la espalda a Milo molesto, se cuestionaba el mismo porqué tuvo que conocer a Milo, si es una persona detestable que disfruta molestar a los demás. Pero ahora que lo pensaba mejor, solo era con él, porqué cuando llegó a la casa de Saga, Milo no estaba discutiendo con alguien más.

— ¡Saga! — Gritaba con desesperación con la esperanza que alguien los escuchara, mientras golpeaba con sus palmas la puerta.

— No sé tú, pero desde hace rato que no se oye la música a todo volumen — Respondió Milo levantándose del suelo.

Entonces eso quería decir que...

— ¡No puede ser! Estaremos encerrados hasta que alguien regrese — Exclamó Kanon con preocupación.

— Ve el lado positivo de esto... Al menos estamos encerrados en el baño y no tendremos que lidiar con nuestras necesidades fisiológicas.

El gemelo menor rodó los ojos, quizá eso sonó muy molesto pero en realidad Milo tenía razón — ¡Bien escúchame! — Lo tomó de la camisa — Solo espero que respetes mi privacidad si tengo que hacerlo ¿De acuerdo?

Milo sonrió ladino — Lo dice el que arruga mi camisa sin razón alguna.

Kanon al escuchar esto soltó rápidamente a ese sujeto que lo hacía perder la cordura, se dio la media vuelta y siguió buscando algo que les pudiera servir para abrir la puerta.






En la casa de Camus:

A diferencia de Saga, Camus había optado por contratar los servicios de un bufette con gastronomía de su natal país.

— Camus esto es exquisito y pensar que este platillo solo lo conocía por una película de niños — Respondió Mu mientras se servía más de esa comida que le había fascinado.

— Es ratatouille y si, es un buen platillo acompañado de un buen vino — Respondió el galo tomando una copa y sirviéndole un poco a su amigo.

— Me pregunto que estará haciendo los demás muchachos — Contestó Shaka acercándose a la plática también.

— No te preocupes por Aioria, Shaka. También está con ellos Aldebarán así que no creo que pase nada malo, ya los conoces — Respondió el joven de cabellos lilas con suma tranquilidad después de darle un sorbo a su copa.

— No me refiero a eso, digo no creo que estén comportándose como unos santos cuando no lo son.

— Ja, ja, ja — Se burló  el sueco acercándose también a ellos— Si Milo está con ellos créanme que tienen la diversión garantizada. Oigan ahora que lo pienso, no le conocemos una novia — Afrodita se llevó su pulgar a su mentón pensando.

— Ó un novio ja, ja, ja — Contestó Shura entrando con un ramo de rosas en la mano.

— ¿Y esas rosas?— Cuestionó Shaka al ver a su amigo español con ese ramillete.

— ¡Ah! ¿Estas? — Respondió nervioso llevándose una mano a su cabeza — Me las dejaron en mi auto, quiero pensar que son de Aioros, lleva ya varios días enviándome mensajes insistiendo en que salga con él.

— Alguien tiene pretendiente— Dijo Camus sonriendo mientras caminaba hasta su cocina para ir por más bebidas.

Tomó su celular y comenzó a buscar entre sus contactos  — Mmm Milo — Indeciso comenzó a marcarle a su celular pero la llamada inmediatamente le avisaba que se encontraba apagado o fuera del área de servicio.

Dio un suspiro sin percatarse que estaba Mu detrás de él.

— ¿Intentas comunicarte con Milo?.

— Si, esperaba que me contestara para que me acompañe mañana a comprar mi atuendo para mi boda, tiene buenos gustos para escoger — Contestó Camus desanimado.

— No soy muy bueno para eso pero... Puedo acompañarte si quieres y... — Mu no terminó de hablar, fué interrumpido por el sueco.

— Si de ropa se trata, créeme yo puedo ayudarte — Respondió muy animado Afrodita abrazando a sus dos amigos.

— Muchas gracias, entonces mañana iremos — Los tres nuevamente se volvieron a dar un abrazo, entre risas nuevamente se fueron a la sala para seguir conviviendo.

Cuando llegaron a la sala notaron que habían tres personas de muy buen cuerpo, vistiendo ropas negras, uno de cabellos rubios y cejas muy tupidas, el segundo de tez morena y cabellos obscuros y el tercero tenía su cabello largo color plateado.

— Sé que sonará muy raro provenir de mi pero....  ¡Esta es nuestra sorpresa para ti! — Gritó Shaka presentando a esos tres chicos bailarines solo para deleitar la vista del galo.

— ¡Wow! — Se sorprendió Camus justo en el momento que bailaban para él, la fiesta apenas empezaba.









Habían pasado dos horas encerrados, ninguno era capaz de entablar alguna plática amena, solo miraban el suelo esperando el momento en el que alguien llegara.

— ¿Siempre eres así de serio? — Preguntó Milo observando de reojo a Kanon quien había tomado una de las toallas de Saga que guardaba en un mueble para cubrirse del frío, de haber sabido que estaría metido en ese embrollo hubiera preferido quedarse con su camisa llena de cerveza.

— Si ¿Algún problema?— Respondió molesto.

— ¡Huy que genio! Deberías de tener un letrero en tu frente que diga: No molestar — Se burló.

— Mira no colmes mi paciencia... ó —

— Ó qué — Milo sonrió con malicia al ver a Kanon perder la paciencia con el.

— Nada — Le dio la espalda — Mejor quédate callado como estabas hace rato.

— ¡Oye! A mi nadie me calla — Milo se levantó del suelo y fué a encarar a Kanon.

El gemelo menor comenzó a forcejear con él, esperando que lo soltara  pero parecía que entre más peleaban, más se aferraba a molestarlo.

Entre los jalones que ambos se daban, ahora fué el turno de Kanon dejar a Milo acorralado en la pared, cayéndose la toalla que cubría a Milo de la cintura para abajo.

Que gran problema porqué ninguno se percató de que alguien más abría la puerta del baño con ayuda de unas pinzas rápidamente al escuchar los gritos  provenientes de ese lugar.

— ¡Kanon que esto!.

El gemelo menor dirigió su mirada a esa persona que estaba en la puerta mirando todo lo que pasaba, en su mano derecha sostenía una herramienta para poder abrir.

Era su padre Aspros, fué el que llegó y se alarmó al escuchar el disturbio que provenía de la recámara de Saga.

Milo al darse cuenta del gran problema en el que se había metido, recogió la toalla del suelo y se la colocó rápidamente.

— Te espero afuera — Contestó Aspros alejándose del baño, quizá todo el disturbio era porqué su hijo estaba en un momento muy comprometedor con su pareja...

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Mi Dulce Adicción (Kanon X Milo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora