11.- El príncipe de Hielo

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Abrió los ojos cuando el telón se abría, las luces lo cegaron un momento mientras se mantenía en su posición, poco a poco sus ojos se acostumbraron a los reflectores ahora viendo a todo el público sentado frente a él.

Soltó lentamente el aire mientras la música comenzaba lenta y juguetonamente comenzando a hacer su rutina con una falsa sonrisa en los labios mientras se paseaba por el escenario con vueltas, saltos, interacción con los demás que hacían de aldeanos, no podía sentir la música, era demasiado feliz, no entraba a tiempo se sentía muy incomodo, lo que una vez fue la escena más fácil de hacer y que mejor le salía tanto por el baile como por los sentimientos, ahora era forzada e incómoda, trató simplemente de terminar lo mejor que podía, al finalizar esa escena empezaba la música misteriosa del hechicero que hizo su aparición a un lado del escenario, Jimin recordó cuando le bailó esa misma escena a Jungkook en su casa, flaqueando la sonrisa por el recuerdo, se supone que tenia que actuar curioso y encantado por la presencia del hechicero, el hechicero quien lo convertiría en hielo... el fin de la escena era con el hechicero saliendo del escenario y el príncipe corriendo tras de él, entonces salían todos los aldeanos a hacer un numero intermedio mientras Jimin se cambiaba rápidamente de vestuario, estaba respirando con dificultad.

- ¿Acabamos de empezar y ya estas cansado? - preguntó preocupada la profesora

- Estoy bien - dijo Jimin mientras le ataban el corsé de su traje

La mujer lo miraba preocupada, no parecía estar bien, desde que había llegado estaba desenfocado, pero ya no había nada que hacer, era solo seguir para adelante.

Después de tres minutos que duraba el número de los aldeanos empezaba la escena del acercamiento inocente del príncipe con el hechicero, era una escena misteriosa, encantadora, el compañero que hacía de hechicero tenía que seducirlo, encantarlo, jugar con él... Volvió a recordar a Jungkook ¿Porqué? ¿Lo estaría viendo? ¿O se habría ido con Eun-Ji? Meneo ligeramente la cabeza ¿porque todo le llevaba a Jungkook? Estaba tan roto...

Después de que el hechicero le hiciera dar un par de vueltas terminaba sosteniéndolo por la espalda inclinándolo casi paralelamente con le piso, entonces Jimin actuaba enamorado, pero salía de la escena dando a entender que lo esperaban en el palacio, entonces salía del escenario y empezaba el número en solitario del hechicero, mostrando su verdadero ser, con un música pesada y oscura.

Jimin estaba mareado, se sostuvo de una pared en el fondo mientras respiraba con mucha dificultad, su corazón le dolía y su cabeza estaba nublada, no podía seguir con eso... la obra se parecía a su historia con Jungkook, él siendo de principie y Jungkook el hechicero que lo congela y destruye.

- Jimin... - Su profesora se acercó a él tocándole el hombro, algo le pasaba, estaba muy perturbado.

- No puedo hacerlo - lloró - no puedo, no puedo

- Jimin

- Duele - comenzó a llorar

La mujer le dio una cachetada, no se le ocurrió otra cosa para hacerle reaccionar, Jimin la miró sorprendido.

- No sé lo que te pasó cuando te fuiste - la mujer le miró a los ojos - no sé lo que te está lastimando pero tienes que calmarte, es el día que muchos deseamos que llegara, tú el que más, tienes una gran oportunidad de mostrar el nivel de tu baile, no te sabotees. Usa lo que estés sintiendo como motor de tu baile

- ¡No puedo mostrar emociones! y ahora solo quiero gritar - La mujer frunció los labios

- Escucha, déjalo salir, muéstranos un príncipe distinto, encuentra la manera, es lo que un bailarín de élite hace - Jimin retomó el ritmo de su respiración - Clarett - llamó a la maquillista quien se acercó a ellos, quedaba un minuto para que vuelva a salir a escena - retoca su maquillaje - la chica actuó rápido a contra reloj mientras Jimin se clamaba, estaba comportándose como todo un aficionado, había practicado duramente, no solo esos cuatro últimos meses, sino los 13 últimos años, bailar era lo que más amaba. La imagen de su mamá volvió a proyectarse en su cabeza, no podía fallar o le daría la razón a ella.

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