Francis había tomado una triste decisión.
Y esa era que no se molestaría en estar con el omega. Lo seguiría tratando como siempre lo había echo.
Ignorarlo era su trato.
Si se pusiese a defenderlo de las burlas, sólo sería sospechoso y no se permitiría arriesgarse así. Él sabía que era un puto cobarde, pero habían momentos en la vida en que se debía ser egoísta.
Éste era un momento.
Desde que escuchó al omega habían pasado tres semanas, todo iba peor a como se lo esperó.
Porque ahora la culpa era mayor. Su alfa estaba renuente a hablarle, su cuerpo pesaba cada vez que el alfa se escondía en un rincón de su mente.
Su lado animal sólo hacía acto de presencia cuando miraba por los pasillos al omega, en esos momentos el animal movía la cola como loco y empezaba a gemir tratando de llamar la atención de su pareja.
Pero Francis, también renuente a que su plan falle; lo sometía para que dejara el alboroto y no era una tarea sencilla.
Estar sin el alfa presente le cansaba, se agotaba más rápido y sumando las descargas de energía que sufría su cuerpo para mantenerlo quieto cuando San aparecía no le ayudaba.
Y sinceramente pensaba que era mucha coincidencia que el chico se apareciera a cada rato. Estaba harto de tener que verlo.
El chico no salía de sus pensamientos.
Estaba empezando a odiarlo por la culpa que montaba en sus hombros.
No era asunto de Francis que recibiese bullying, no era culpa de Francis que estuviese enamorado solo.
Dios, sólo quería golpearlo y quitarle la expresión de sufrimiento de su rostro para ver si así calmaba la presión en su cuerpo.
Su cabeza ese día pesaba y estaba con una migraña de muerte. Su alfa no quería hablarle, ni siquiera había visto a Matthew para asegurarse de si el animal que habitaba en su interior seguía vivo.
El sol, el sol pegaba directo a su cara y el entrenador gritando sólo lo hartaba más.
Por suerte la práctica terminaría pronto y podría irse a las duchas a relajarse un poco.
🕛🕐🕑🕒
Cuando el agua fría cayó sobre su cabeza, gimió.Enjuagó su cuerpo con jabón y dejó que el agua se lo llevara mientras pensaba en qué hacer con su alfa.
Sintió un toque en su hombro y volteó encontrándose con uno de sus compañeros, Gilbert, su tacle ofensivo.
El chico tenía una toalla enrollada mientras veía a Antonio con una mueca preocupada.
—¿Qué? —Francis no quería sonar brusco, pero no estaba de humor.
—Lamento molestarse Francis, pero quería hablarte de algo—
—Te escucho— Francis le respondió y volvió a meter su cabeza bajo el chorro ignorando el hecho de que estaba completamente desnudo ante uno de sus compañeros, que también estaba desnudo.
—Bueno, quería hablarte de los chicos. La actitud que tienen—
—Yo los veo normales— respondió cortante.
—Francis, no intentes tapar el sol con un dedo. Todos saben que estás en contra del maltrato hacia los omegas, y los chicos no respetan eso—
Francis cerró la llave y tomó una toalla para empezar a secarse.
—¿De qué hablas? Yo veo que tratan normal a los omegas, no he tenido quejas de ninguno— Gilbert lo miró indignado.
—Por favor, no seas cínico. Has visto como tratan a Matthew sólo por su contextura, que por cierto, a mi no me parece que ese little bird se vea mal. Me parece que es un chico Awesome—
—¿Por qué tanto interés por ese omega obeso? No es que fuese la gran cosa, además, él no se queja— Francis no negaría que una parte de su corazón se marchitó ante sus propias palabras. Tragó grueso y desvío la mirada tratando de que sus injustificados celos salieran a la luz delatándolo.
—Fran, sus familiares vienen muy seguido a tratar ese asunto, pero nadie de administración hace nada—
—¿Y por qué debería hacer algo yo?— el alemán suspiró.
—Porque mandas aquí, ellos te siguen. Estoy realmente impresionado por tu desinterés. Matthew el chico tiene sólo 18 años, es uno de los omegas más jóvenes aquí. No puedes ignorarlo. Todos lo molestan—
—Gil, no puedo simplemente imponerme a mi equipo. Estamos en un mundo libre y ellos pueden hacer lo que deseen. Si tanto te gusta ese ridículo omega, entonces defiéndelo tú—
Gilbert se quedó atónito ante las palabras de su capitán y mejor amigo.
En realidad, Gilbert pensó que lograría algo, porque si había alguien que podía detener las burlas era Francis y confiaba en que el alfa era un caballero.
Que se hiciera la vista gorda ante el asunto le decepcionaba.
🕛🕐🕑🕒
Francis luego de hablar con Gilbert debía admitir que su jaqueca empeoró. Se sentía frustrado y que el chico se acercara para decirle la verdad en su cara le sacaba de sus casillas.
Y más que nada, le había dolido. Le había dolido saber la verdad.
Porque estaba siendo injusto con un ser que no lo merecía.
Se adentró a los baños y tiró la puerta con fuerza tratando de disipar un poco la ira que envolvía a su cuerpo en ese momento.
Deseaba golpearse la cabeza contra un muro de granito para ver si el cansancio tanto mental como físico se iba.
Pero obviamente no sería así.
Se arremangó el suéter hasta los codos y se apoyó en el mesón del baño frente al espejo. Vio su perfecto rostro demacrado por unas ojeras que en la mañana definitivamente no estaban. También una inusual resequedad en sus labios.
Inspiró hondo cuando un aroma a frutilla y coco inundó sus fosas nasales. Se quedó un rato estático, analizando la fragancia hasta que se dio cuenta que provenía de uno de los cubículos del baño escolar.
Él conocía muy bien esa fragancia.
Siguió el rastro del olor y abrió el último cubículo haciendo saltar a la persona que se encontraba ahí.
Y Francis pensó que su suerte no podía ser peor, porque no podía simplemente pasarle esto.
No podía ser que eso le pasara al grandísimo Francis Bonnefoy.
—Joanna. —la aludida miró asustada al alfa mientras que era abrazada por el chico a su lado.
Francis sabía muy bien lo que pasaba ahí. Los labios hinchados de los dos, las ropas arrugadas y los olores mezclados...
Estaban cogiendo.
Su novia estaba cogiendo con uno de sus compañeros.
—¿Es en serio? ¿Con él?— Francis preguntó con una tranquilidad tortuosa. Demasiado tranquilo estaba para haber encontrado a su novia encerrada en un cubículo con otro alfa.
Y para más colmo. No le importaba.
—F-Francis... Y-yo, déjame explicar...—
—Joanna, me duele la cabeza. Explícame otro día, por ahora dejemos las cosas así. —finalizó y salió del baño dejando atónitos a los otros dos.
Definitivamente, no se encontraba bien.
Y fue peor cuando en su recorrido a la salida se encontró con el omega esperando afuera.
Eso aumentó su cansancio.
Continuara...

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Omega Gordo
FanfictionPorque el atlético y mujeriego Francis Bonnefoy no podía creer que su pareja destinada fuese Matthew Wiliams; el omega gordito de la escuela. Francis Bonnefoy (Francia) Casta/Tipo/Clase: alfa Olor: Chocolate, rosas, canela y menta Familia Padre:Fran...