Cap 6

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Cuando despertó tenía a su padre sentado a su lado. La cabeza ya no le dolía y definitivamente el dolor en su cuerpo se había ido.

Suspiró tranquilo y miró a su padre que lo observaba con atención. El alfa mayor sacó una pequeña linterna y la pasó por cada ojo.

—¿Te duele la vista?— Francis asintió mientras se apartaba de la molesta luz —Es normal. Eso pasa cuando nunca dejas a tu alfa tomar parte de tu cuerpo, aún no se acostumbra a la luz natural—

miró los ojos rojos de su hijo y suspiró.

—Aún te falta descansar, todavía el color de tus ojos está manchado y tu lobo está letárgico en tu cuerpo, por eso no te puedes mover— En definitiva, los brazos le pesaban y se sentía agotado —para mañana deberías estar bien y los síntomas de tu celo volverán con normalidad. Pero me temo que no podrás ver a tu omega así, la primera vez el único instinto del alfa es calmar a su pareja y preñarla, ustedes no están en edad para pañales—

Dicho eso salió y apagó la luz, caminó hasta su habitación y se tiró en la cama con su omega.

La omega veía algo en el teléfono de su hijo, después de que pasó y le dejó otro té, Françoise había aprovechado para quitarle el teléfono y revisarlo.

—¿Sabías que tiene fotos del omega? O eso supongo, son las únicas fotos que hay en su galería y no hay carpetas ocultas. Ni de su novia hay—

Se inclinó y miró las fotos, frunció el ceño y miró al joven muchacho en la pantalla.

—El niño es hijo de los Jones, por una mierda—

—¿Cómo no te habías dado cuenta?—

—No es como si fuese a la oficina de el sólo a preguntarle cómo se llama su hijo. Además, ni siquiera me cae bien, sólo he visto al chico por fotos. ¿Sabías que el chico está forrado en oro? Su padre es embajador de Canadá, su madre directora de Samsung Estados Unidos y su hermano es miembro del equipo internacional de fútbol americano—

La omega miró con el ceño fruncido al alfa.

—¡¿Por qué sabes tanto de esa gente?! Sabes más de ellos que de tu propia esposa— La omega se cruzó de brazos y desvío la mirada. El alfa sólo suspiró

—Trabajo en el FBI y tenemos en la mira a todas las familias importantes. Él por ejemplo, llama bastante la atención porque su familia toda la vida ha sido de mucha fortuna, lo que muestran a simple vista es nada comparado a la cantidad de ceros que hay en sus cuentas—

la rubia lo miró y le abrazó escondiendo el rostro en su cuello

—Estoy celosa— puchereó y el alfa sonrió mientras le dejaba caricias en la espalda.

🕛🕐🕑🕒

Ni aunque se gastara la mano, se complacía.

Tenía ya desde la mañana con la misma erección y ni el agua fría se la bajaba. Su alfa jadeaba excitado, su aroma era más fuerte que otras veces y su madre estaba abrumado porque su padre alfa había entrado en celo, sumándole el desastre de omegas que tocaban a cada rato la puerta por el aroma de Francis...

No era un buen día, al menos para ellos.

Tomó su erección entre una de sus manos y se la acarició soltando frustrados gemidos.

Se encontraba bajo el aire acondicionado y todavía su frente se encontraba perlada en sudor, los supresores hacía horas que los había tomado y no le hacían efecto.

Soltó su miembro molesto y se dejó caer contra la cama, con la camisa pegada al torso y el rostro rojo.

Miró por la ventana, estaba oscureciendo y las estrellas se asomaban junto con unas nubes oscuras. Mordió su labio inferior para levantarse de la cama y salir de su cuarto.

Omega GordoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora