Cap 4

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Cuando Matthew llegó a su casa, se tiró en su cama boca abajo tratando de callar sus sollozos.

Con la intención de que no lo escuchara su inoportuno hermano.

Lloró lo más bajo que pudo, ahogando sus penas en la pobre almohada que de tantas lágrimas ya el objeto empezaba a tenerle lástima.

Matthew sabía lo que pasaba. Quizás fuese tonto, lento y hasta despistado...

Pero sabía que Francis Bonnefoy lo odiaba. Podía sentirlo en su presencia, en su aura oscura y violenta cada vez que le pasaba al lado.

Matthew también sabía, sabía y aceptaba con mucho dolor que Francis Bonnefoy no quería ser su alfa.

El apuesto alfa estaba consciente de lo que pasaba con ellos, Francis sabía que eran pareja destinada y lo evitaba a toda costa.

Matthew sólo podía llorar por su desdichado destino.

Él sabía que Francis hacía todo lo que se encontraba a su alcance para evitar que su lado animal tome el control de su cuerpo.

Matthew sobio su nariz y casi cae de su cama al ver a su hermano menor mirarlo con seriedad.

Matthew era el mayor entre los dos por un año, pero a veces parecía que el joven alfa era su padre por la seriedad y sobreprotección que irradiaba su presencia.

—Si es por él, te juro que lo mataré. Me he aguantado mucho y quiero molerle los huesos junto con su cara— Matthew hizo una mueca inconforme y negó a su hermano.

—No Bonnefoy, no vale la pena. Además, tus hijos, piensa en ellos— El menor frunció el ceño.

Matt, cuando lo dice así suena muy raro. Por favor para— Matthew rió y sorbió su nariz.

—Es verdad, además; estoy superando a Francis Bonnefoy. No he llorado tanto como pensó— le mintió mientras tomaba sus lentes de descanso de su mesita de noche y se los colocaba. —Él no vale la pena, es un pobre alfa—

—Sé que estás mintiendo, así que no intentes verme la cara de tonto— el menor se sentó a su lado y acarició su frente, dándose cuenta de algo importante —Tienes fiebre ¿Te sientes mal?— Matthew negó —¿Se acerca tu celo?— Matthew volvió a negar —Qué extraño... Bueno, debes descansar. Por nada del mundo te dejaré salir así— Matthew le sonrió y le extendió los brazos para que el menor se acurrucara entre ellos.

Cuando el chico se acostó sobre su pecho pasó sus brazos por su cuello dejándolo atrapado. Hundió su nariz en el cabello del menor, inhalando el delicioso aroma de su hermanito,
Pastel, caramelo y helado. Sonrió y dejó un besito ahí, escuchando una pequeña risa del alfa.

—Eres un omega consentido y caprichoso ¿Te lo he dicho?—Matthew hizo un puchero y soltó una queja cuando se separó.

—Siempre me lo dices, pero nunca dejas de consentirme— el otro asintió y se levantó para dejar un beso en su frente y salir por la puerta sin antes decirle.

—Te amo— y salió dejando sonrojado al mayor.

Dios.

Matthew amaba a su hermano. Era un hermoso alfa.

Por ese momento Francis no pasó por su cabeza.

🕛🕐🕑🕒

Al siguiente día Matthew no asistió a clases, pues su fiebre no bajaba y tanto sus padres, su hermano y su cuñado le prohibieron salir de cama.

Omega GordoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora