4

4.7K 347 11
                                    


―¿Qué le sucedió?

―Se golpeó la cabeza durante el enfrentamiento con Klaus.

―¿Ha estado desmayada por ocho horas porque se golpeó la cabeza? ¿Con qué? ¿Concreto?

―Con una mesa. No te burles, ella puede quemarte las manos. De cualquier manera, nuestro encuentro con Klaus fue un poco ... Intenso.

Ojalá mis ojos estuvieran abiertos para poner los ojos en blanco. No hubo nada intenso en nuestro encuentro con Klaus, fue simplemente vergonzoso para ambos lados. Debo haber perdido el conocimiento después de que me lanzara contra la mesa porque no recuerdo mucho después de eso. Era mucho dolor... no físico, sino emocional, el no podía creer que fuera real.

Supongo que no puedo culparlo. Klaus ha pasado años y años tratando de salir adelante después de nuestra aventura. Parece que nuestro tiempo separados fue más dañino que cualquier otra cosa, pero eso ya lo sabía. Debería dejar de actuar tan sorprendida cuando todo lo que he oído de él a lo largo de los siglos es lo monstruoso y cruel que es con cualquiera que lo desafía.

―Damon, si vas a contarles lo que pasó, hazlo― Gimo, mi garganta está extremadamente seca porque no la he usado en un tiempo. ―No hay razón para seguir con rodeos.

Extiendo la mano para frotar mis cansados ojos antes de abrirlos ante la escena frente a mí. Damon se sienta al final del sofá en el que estoy, sosteniendo mis pies cubiertos con una manta sobre su regazo. Me mira con escepticismo, al igual que Elena, que está a unos metros de distancia en la cocina. Se inclina sobre la isla, mirando rápidamente entre Damon y yo. Ella parece tener distintas razones para preocuparse por mí.

Un nuevo rostro se vuelve para encontrar mis ojos justo cuando lo noto. Es un hombre un poco mayor en comparación con su compañía, pero su pasado apenas se nota con sus hermosos ojos color avellana y un aura amistosa a su alrededor. Mi magia capta instantáneamente su estado humano, pero puedo decir que es mucho más de lo que parece.

El silencio ante mi presencia es ensordecedor, así que trato de romperlo con una broma: ―A menos que estés esperando a que queme tus manos.

Damon pone los ojos en blanco. El nuevo hombre toma un vaso de la encimera, lo llena con agua del fregadero y se acerca a mí. Levanto el brazo y trato de sentarme para aceptar el bonito gesto, pero Damon inmediatamente me empuja hacia abajo tan suave como puede. Gimo cuando él mismo toma el agua y trata de pasármela con cuidado.

―Al menos ayúdame a sentarme si vas a obligarme a quedarme aquí― Respondo ante sus acciones protectoras y me río cuando él duda en hacerlo.

Damon siempre me ha mirado como si fuera una simple humana, lo que significa frágil. No es exactamente algo que disfrute, pero me he cansado de intentar demostrarle que mi magia puede hacer mucho más para protegerme de lo que él jamás podrá.

Los ojos de Elena nos miran ahora. Me gustaría aclararle que Damon es un hermano mayor a mis ojos, pero disfruto un poco de su angustia por el otro Salvatore, aunque ella nunca lo admitirá.

―Alaric dice que tendrás que tomártelo con calma para tener un buen día― dice Damon, con expresión seria.

El hombre ahora llamado Alaric asiente con la cabeza. confirmando que fue él quien hizo el diagnóstico. Observo como da unos pasos hacia atrás para pararse protectoramente frente a Elena. Ella no parece darse cuenta de tal acción.

―Mi magia dice lo contrario― respondo mientras dicha magia revolotea alegremente dentro de mí, ―De verdad, Damon, solo fue un golpe en la cabeza. No tengo ninguna herida ahora,

I M M O R T A L S | Klaus Mikaelson | EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora