I M M O R T A L S | Klaus Mikaelson | Español

10

El día pasa volando más rápido de lo que me hubiese gustado. La paz y la tranquilidad de mi casa personal posiblemente podrían ser el sonido más hermoso del mundo para mí. Sin embargo, termino muy pronto, ya que Damon vuelve a llamar a mi teléfono.

Cuando me lo solicitan, le doy a Damon mi nueva dirección después de que me dice que es seguro para la tripulación reunirse ahora, aunque no le gustó escuchar que el apartamento en sí vino de Klaus de todas las personas. Sus quejas no son nada para mí en este momento ya que todavía estoy enojada con él por actuar precipitadamente la otra noche.

―Tienes que superarte. ¡Alaric está totalmente bien ahora! No le ha hecho ningún daño― Damon dice cuando finalmente se da cuenta de que le estoy dando el trato silencioso de camino a la escuela.

Ruedo los ojos, ―¿Y esas son las palabras de Ric? ¿O las tuyas?

Evito su ojo vigilante y miro por la ventana. Esa noche, cuando Alaric yacía allí muerto, me sentí completamente responsable de su muerte. Entonces, se volvió aún más frustrante tener que explicarle todo a Elena, desdeccómo se deletrea el anillo de Alaric para traerlo de vuelta de entre los muertos.

―Ric sabe en lo que se ha metido, Clara― Hace una pausa, ―¿Qué es eso?

Antes de darme la vuelta para mirarlo, sus dedos recorren el costado de mi cuello donde Rebekah me había mordido. Muevo el parasol del pasajero hacia abajo para revelar su espejo oculto y lo inclino para poder inspeccionar el área. El lugar exacto en el que me mordió, las heridas punzantes y todo, está delineado en forma de una cicatriz.

―Maldita sea ... ¿Quién te clavó los dientes?― Pregunta, sin molestarse en mirar la carretera.

Toco cada círculo con cuidado. Todo parece completamente curado, como debería ser. No debí haber notado la marca anoche cuando la sangre seca cubría el área. Incluso después de ducharme, no recuerdo haber visto nada fuera de lo común.

Entonces, recuerdo las palabras que me dijeron cuando sucedió. Mi magia me llamó patética por no poder luchar contra Rebekah o porque realmente no quería. Fue el castigo que Rebekah eligió para mí después de lo que le hice a los Mikaelson. Parece que mi magia esta de acuerdo con ella aunque sea por razones diferentes.

―Mi magia me está castigando― suspiro, ―por no luchar contra Rebekah cuando me atacó.

―¿Te mordió la diabla?― Él sonríe, riéndose para sí mismo. ―Es casi tan patético como tener un chupetón de Klaus.

Le doy un puñetazo en el brazo de forma más juguetona de lo que me gustaría admitir. Extraño su presencia y sus constantes bromas. Tal vez podría darle un poco de holgura, al menos sabía que Alaric en realidad no moriría.

Ojalá nuestra reunión pudiera ser en cualquier otro lugar que no sea la escuela. Después de anoche, no puedo evitar preocuparme de que cada esquina que damos nos pueda llevar a una de las trampas de Klaus. Es casi como si este lugar fuera un punto de peligro y no quiero formar parte de él.

Afortunadamente, el salón de clases de Alaric en realidad tiene un ambiente tranquilo. Supongo que no es una sorpresa para mí, ya que su personalidad ha demostrado estar más allá de la bienvenida y la comprensión en todos los sentidos. Puedo decir que tendremos una forma de conexión muy fuerte entre nosotros si decido quedarme en Mystic Falls.

Todo el que entra en la habitación es alguien a quien reconozco ahora. Estoy seguro de que todavía no saben mucho sobre mí, así que trato de estar lo más cerca posible de Damon o Alaric.

Cuando suena su teléfono, Damon nos dice que Elena y Caroline llegarán tarde. Alaric aprovecha esta oportunidad para intentar ponerme al día con lo que me he perdido durante el transcurso del día.