Un pequeño accidente

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Adrien.

Un largo día,pero por fin aquella horrible y estresante sesión de fotos había terminado.
Ahora que tenía tiempo libre, podría ocuparme de aquello que había estado resonando una y otra vez en mi mente, y es que tenía que admitir que era imposible sacarla de ahí, solo tenía ojos para ella y nadie más.
Rápidamente llamé a Plagg y me encaminé hacia aquel balcón para que por fin, después de todo un día, nuestras miradas volvieran a conectarse.

-Buenas tardes prrrincesa-

Y ahí estaban, aquellos enormes y bellos ojos azules prestándome toda su atención, acompañados de una hermosa sonrisa que no podía compararse con nada.

-Hola gatito, te esperaba más temprano-

Pude notar que estaba haciendo un esfuerzo por no dejar caer aquella máquina de coser que tanto adoraba. Sin pensarlo dos veces la ayudé con aquel artefacto que no era nada para la superfuerza que adquiría junto con el traje.

-Lo siento, tenía algunos asuntos que atender, ya sabes lo difícil que es mi vida-

-No importa, que bueno que llegaste. Déjala ahí, gracias-

Me indicó con un dedo una parte de su escritorio, lugar donde cuidadosamente la coloqué, y sin fijarme lo cerca que ella se encontraba a mis espaldas, me giré rápidamente y ambos chocamos uno con el otro, un golpe en la cabeza y de paso un empujón de mi cuerpo que terminó por desestabilizarla. Ese choque me había dejado un tanto desorientado, sin duda había dolido, y por supuesto que en segundos no reaccioné, por lo que terminé por acompañarla en el suelo una vez intentó evitar la caída al sostenerse de mí.

-Auch...¿estás bien?, lo siento Mari-

Estuve a punto de levantarme y ayudarla, pero detuve toda acción al divisar el muy lindo y leve sonrojo que se asomó en sus mejillas mientras frotaba la zona en que había recibido el golpe, eso claro que atrajo mi atención, muy tierna.
Y ahí estábamos, uno sobre el otro en total silencio mirándonos fijamente a los ojos, fue cuando una tímida y tierna sonrisa se formó en aquellos tiernos labios que moría por volver a probar...¿era normal que fuera tan hermosa?

-¿Adrien?-

-¿Sí...princesa?-

-...Te amo-

-Y yo a tí, te amo Marinette-

Lentamente ella pasó sus manos hasta mi nuca para acariciar mi cabello, yo me acerqué lentamente con la intención de unir nuestros labios en medio de una sonrisa.
Para los que pregunten, este no es el primer beso que nos damos, y la pregunta que yo me formulo es ¿cómo es que llegamos a esto? Simplemente me enamoré de esta chica, pero se los contaré desde el inicio, desde aquel día en el que nuestros sentimientos cambiaron.
Todo comenzó con una fría y lluviosa noche en París, las calles totalmente solas por el clima que obligaba a las personas a resguardarse, la luna llena apenas visible por las oscuras nubes que cubrían los cielos, y yo, un héroe con vestimenta de gato, me encontraba merodeando por ahí algo decaído y sin ánimos, tanto que no me importaba que la lluvia me terminara empapando por completo, yo solo estaba hundido en mis pensamientos a pesar de las advertencias que los relampagos daban.
Luego de unos minutos, por fin reaccioné gracias a un fuerte rayo que encendió por unos escasos segundos el cielo. Rápidamente tomé mi bastón y con ayuda de este artefacto, comencé a saltar de techo en techo en dirección a mi casa, sin embargo, otro rayo azotó la ciudad y fui yo quien recibió el impacto justo cuando mi bastón se encontraba en el punto más alto de uno de los tejados. Perdí el conocimiento, comenzé a caer a gran velocidad hasta terminar chocando contra una ventana.
No sabía cuánto tiempo había estado ahí, ni siquiera sabía qué era lo que me había pasado, para mí de un momento a otro pasé de estar saltando los tejados de la ciudad, a estar recostado en el suelo de una habitación.

-(¡Esta reaccionando!)-

-(Escóndete rápido)-

Aquella voz me era muy familiar. Lentamente me fui reincorporando al mismo tiempo que frotaba mi cabeza, la cual no dejaba de dar vueltas y solo veía oscuridad.
Poco a poco comencé a percibir algunas sombras, en especial una que se encontraba frente a mí preguntando si me encontraba bien; era la voz de una chica, tan dulce que era difícil no distinguir, me recordaba a una persona en especial.

-¿M-my lady?-

.
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Y con este pequeño capítulo doy inicio a una nueva historia que espero también les guste.
Solo quiero decir que esta vez la publicaré por partes y no toda completa como las demás, ya que aún la estoy escribiendo.
Ya no los voy a aburrir así que me despido.
😜🙋

¿Destino o casualidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora