Protector felino

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Después de esa tarde no pude dejar de pensar en ella por alguna razón,simplemente quería estar con ella,sentía gran curiosidad por conocerla más,sin embargo no me atrevía a visitarla,era un sentimiento simplemente extraño,¿como llegaría a su casa?,no podía decirle,“quiero estar pegado a tí”,debía encontrar una forma de no decírselo tan directamente,o alguna excusa para verla.

-Hola prrrincesa,¿hermoso día no lo crees?-

-Pausa...¿por qué tengo que fingir que soy Marinette?-

-Plagg no te salgas del papel que me desconcentro...bien una vez más-

-En serio,esto es raro chico,dices que no la amas,pues esto me parece algo que haría alguien obsesionado si es que no es amor-

-...-

Plagg tenía razón,¿por qué estaba haciendo esto?,solo yo me entendía...es más,ni yo me entendía.

-Desde esa noche,no has dejado de pensar en ella-

¡Eso era!,me sentía en deuda con ella,ahí estaba mi excusa,y la explicación a mi repentina "obsesión".
Si eso era,entonces ¿qué mejor forma de devolverle el favor,que protegiéndola y ayudándola tal como ella lo hizo conmigo?,no sería tan malo si se trataba de Marinette mi buena amiga.

-¡Guardaespaldas reportándose al trabajo princesa!-

Grité a sus espaldas mientras ella sostenía una bandeja llena de galletas recién horneadas,parecía que sus padres no estaban,pues no los escuché preguntar la causa del grito de Marinette seguido del mío,además del enorme ruido de la bandeja a la hora de caer al suelo.

-Primer trabajo,yo limpio-

Avancé hasta el pequeño armario de limpieza mientras una confundida Marinette me seguía de cerca.

-¿Chat Noir...d-de qué estás hablando ahora, guardaespaldas?-

-Claro,toda prrrincesa tiene alguien que la cuide,y tienes suerte,porque algo mejor que un protector,es un protector felino-

Ella seguía algo confundida,pero esto si que le sacó una pequeña risa.

-¿Estás jugando verdad?-

-Claro que no,jamás e hablado más enserio-

-...Chat,no necesito alguien que me cuide,yo sola puedo protegerme-

-No se sabe,un guardaespaldas puede ser muy útil-

-Gracias,pero no gracias-

-Por favor-

Le dije mientras me acercaba a ella en modo de súplica con mis orejas abajo.

-¿Es enserio,el mismísimo héroe de París,está en mi casa suplicándome algo?-

-Sí,por favor Marinette-

-No entiendo cuál es el gusto por hacer esto-

-Solo quiero devolverte el favor,tú me ayudaste,estoy en deuda-

Ella simplemente se encogió de hombros y arqueó una ceja.

-Con que es eso,ya te dije que lo hice porque debía hacerlo-

-Y esto es lo que yo debo hacer ahora...por favor princesa-

Tan solo suspiró pausadamente y se cruzó de brazos.

-Sí que eres orgulloso Chat Noir-

En cuanto escuché eso,me levanté y me puse en pose de soldado,sacándole una sonrisa más.

-Aunque te diga que no...lo harás,¿o me equivoco?-

Yo simplemente le sonreí inocentemente mientras rascaba mi nuca y ella sonreía.

-...Okey okey,está bien...¡pero con la condición de que no me vigíles si yo no lo sé!-

-Eso sería acosarte,claro que no lo haré...es todo un honor servir a una princesa tan hermosa,usted pone las reglas y yo las cumplo-

Dije mientras me arrodillaba ante ella y besaba su mano,ella simplemente se sonrojó un poco y  rápidamente se fué con la excusa de que tenía trabajo,aún cuando no había nadie en el mostrador.

-¿Entonces puedo empezar desde ahora?-

-...La verdad sí me serviría de mucho un ayudante,veamos que puedes hacer-

-Puedo hacer lo que sea princesa,solo dime en que te ayudo-

-Te pediría que me ayudaras con el inventario,pero ¿acaso el gatito sabe hornear?-

-...Ammm...paso-

-Bueno...creo que tengo tiempo para enseñarte-

Mis ojos brillaron,una tarde entera con esta chica no se oía tan mal.
Sin embargo,nuestras clases de cocina tuvieron que esperara,ya que por un mal chiste del destino,comenzaron a llegar montones y montones de clientes,¿quién sabe?,tal vez por aquel apuesto y astuto ayudante con el que Marinette contaba,que curiosamente también era el héroe de París.

-Bien,ese fué el último cliente,un día muy atareado,gracias por atraer a más clientes Chat-

-No hay problema,me encantó ayudarte princesa,pero creo que ya tengo que irme-

-¿Que no estabas cuidándome?-

Dijo arqueando una ceja,con una sonrisa que jamás había visto en ella.

-...Bueno sí,pero no creo que te ocurra nada más esta noche,por cierto,estoy ansioso por empezar las clases de cocina-

¿Destino o casualidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora