WINDOW SHOPPING [WANGXIAN-ESPAÑOL]

2- Window Shopping (PARTE 2)

Lan Wangji se preguntó si su práctica de guqin molestaba a alguien.

El anciano que compartía pared con él le dijo una vez que lo disfrutaba inmensamente y que tocara cuando quisiera. Pero esa era una persona, y fue cuando Lan Wangji no estaba en casa, sino durante unas horas durante la semana. Ahora tocaba muy a menudo todos los días, y asumió que probablemente sería molesto para algunos, si no para la mayoría, de los que vivían a su alrededor.

Pero, dado que no había hecho que nadie golpeara su pared con enojo o que deslizaran notas pasivo-agresivas por debajo de su puerta, no iba a detenerse.

Cuando era niño, había pasado por fases de amar y odiar las lecciones de guqin. Cuando era muy pequeño, cuando consiguió su primer guqin y aprendió su primera canción, estaba muy orgulloso de ello. Quería ser tan bueno como papá, quería impresionar al tío y tocar para su madre.

Después del funeral de su madre, había intentado tirar su instrumento a la basura. El tío se puso furioso cuando lo encontró tirado en la acera con los botes de basura, pero Lan Wangji había sido inflexible en que había terminado. No creía que tuviera una razón para tocar más, así que no quería seguir aprendiendo. Abandonar las lecciones había sido su primer acto de desobediencia deliberada, pero finalmente, su hermano lo convenció de que lo continuara aprendiendo.

En la escuela secundaria, a Lan Wangji le había gustado su instrumento principalmente por el hecho de que tocarlo calmaba sus nervios. Mientras cursaba la escuela secundaria, había sido propenso a sufrir ataques de ansiedad e incluso ataques de pánico en ocasiones. No le gustaba que los otros niños lo miraran y hablaran de él y trataran de ser amigos de él y se burlaran de él. Hacía que se le erizara la piel, se le oprimiera el pecho y le temblaran las manos mantenidas a los lados.

Había estado por encima de rogarle a su tío que le permitiera estudiar en casa, pero casi se rindió más de una vez y le pidió. Ni siquiera sabía por qué lo había pasado tan mal. Lan Xichen le dijo que era porque no tenía amigos. Insistió en que las cosas mejorarían si Lan Wangji hiciera amigos con quienes sentarse en el almuerzo y hablar en clase. Lan Wangji no sabía cómo decirle que la idea de hablar con los niños en la escuela lo asustaba más que sentarse solo.

Cuando estaba en la universidad, tuvo otro ataque de odiarlo porque parecía que todos querían hablar con él, ya que nadie más en el campus lo tocaba. La gente siempre se le acercaba cuando estaba practicando y le pedía que les tocara una canción o que les enseñara a tocar o le decían que se veía atractivo cuando se concentraba en tocar. Había sido insufrible

Se había acostumbrado a amarlo de nuevo, ahora que era mayor. Todavía lo calmaba cuando estaba estresado y abrumado, y a veces componía, especialmente cuando se sentía abrumado. Era cómo controlaba las emociones con las que no sabía qué hacer, cómo se relacionaba con las que no sabía cómo expresar. A veces le resultaba más fácil poner sentimientos en canciones que en palabras, así que tocaba.

Sin embargo, actualmente tocaba porque estaba aburrido, créanlo.

Xichen no había llamado en todo el día y había terminado todo el trabajo que se suponía que debía hacer temprano en la mañana. Su apartamento estaba limpio, sus conejos contentos en su recinto. Probablemente por eso terminó revisando para ver si había otra nota.

A pesar de que asumía que su nota iba a ser el final de todo, Lan Wangji todavía se encontró mirando más allá de la cortina en busca de otra.

No sabía si en realidad esperaba una respuesta, pero se encontró casi emocionado de encontrar otra nota pegada a la ventana esa misma tarde. Este estaba en papel azul claro con marcador naranja garabateando el mensaje desordenado.