Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ Vᴇɪɴᴛɪᴅᴏ́s

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Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ Vᴇɪɴᴛɪᴅᴏ́s

|Lᴏs Mᴜᴇʀᴛᴏs Nᴏ Cᴜᴇɴᴛᴀɴ Cᴜᴇɴᴛᴏs|

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|Lᴏs Mᴜᴇʀᴛᴏs Nᴏ Cᴜᴇɴᴛᴀɴ Cᴜᴇɴᴛᴏs|

❝Esperaba demasiado de las personas incorrectas, por eso me deshice de todos, los mate.❞




          LOS BESOS DE DAMON SALVATORE ERAN FOGOSOS, llenos de deseo y anhelo, sus manos exploraba cada rincón de mi cuerpo mientras nos encontrábamos en su automóvil dirigiéndonos a Nueva Orleans. Habíamos salido en la madrugada de Mystic Falls, estábamos a las afueras de la ciudad creciente, solo que justo en ese momento nos encontrábamos explorándonos a fondo.

Durante las vacaciones de navidad donde tomamos mas tiempo juntos, comenzó a salir esta relación, después de tener sexo durante noche buena; las cosas con los originales no estaban cerca de ir mejor, realmente las cosas se pusieron peor, mucho peor, hasta el mismo Elijah me había llegado a amenazar de muerte, la ironía carcomiendo todo lo vivido. Después de correr de mi habitación a Klaus él se encargó, personalmente, de joderme cada que podía y Hope no se quedó atrás.

Y ahora me encontraba aquí, en la ciudad que de alguna u otra manera, mi madre tiene que ver, y como soy una perra vengativa, estaba dispuesta a recuperar lo que de alguna u otra forma, me pertenecía. La manada creciente.

-Hay que continuar -murmuré separándome del pelinegro, que tenía una sonrisa de medio lado en su rostro -Y si seguimos así sabemos como acabaremos.

-No tengas miedo, no es como si fuera la primera vez que te haría mía. -mis mejillas enrojecieron al escuchar sus palabras, le di un ligero golpe en el brazo.

-Eres un imbécil, maneja esclavo -dije mientras ponía mis pies encima del auto y él manejaba con una sonrisa.

Las calles de Nueva Orleans seguían igual de pintorescas que hace algunos años atrás, cuando vine por última vez; la música de jazz inunda las calles mientras miraba gente bailar, pintar y cantar con tanta alegría que me hizo sonreír. Salimos justo de ahí, rodeando las calles adentrándonos al bosque para pronto llegar al pantano, al lugar donde habitaban los lobos crecientes. Hace mucho pensé jamás venir, pensé jamás pelear contra Hayley sobre el poder de la manada creciente, pero hoy, después de todo, me merecía tener algo mío, al final del día me debían la vida y estaba cansada de que los Mikaelson se quedarán con todo.

Damon estaciono el auto justo en el camino para autos, este no era pavimentado, era de tierra y lo cubrían enormes árboles, había un ligero camino, pequeño para caminar, donde ambos seguimos, adentrándonos mas y encontrándonos con pequeñas casas, todo está tan silencioso que me daba mala espina, una extraña vibra que no me hacía querer correr, hacia que una curiosidad creciera en mi interior. Tras dar otro paso el sonido de una flecha aproximándose me hizo voltear rápidamente deteniéndola con mis manos, la hice cenizas con magia, una sonrisa de medio lado apareció, Damon sostuvo otra flecha.

-Vengo a hablar, en son de paz -hable fuertemente, y fue entonces que algunas personas salieron de sus escondites. -No soy una amenaza.

-¿Quien eres? -preguntó una mujer de piel morena, era la que cuidaba a Henry.

-Soy Delphini Atticus Bennett Jenner, hija de Madisson Jenner -todos comenzaron a murmurar entre ellos, me quite mi chaqueta negra, revelando la marca de los crecientes -Soy de la psíquica de la que han escuchado.

-No puede ser -murmuraron algunos, fue entonces que todos, al mismo tiempo, se arrodillaron ante mí -La princesa perdida. -sentí mis mejillas enrojecer levemente ante tal mención, ¿en serio no sabían que era yo?

-He venido a darles una escapatoria a tener miedo por los brujos o por los vampiros del barrio -todos me voltearon a ver -Yo formo dos facciones, soy una hibrida -todo se voltearon a ver entre ellos -También soy una psíquica, tengo el poder de crear mundos prisiones, alternos al nuestro.

-¿Y cuál es tu idea? -preguntó una mujer blanca mientras se acercaba -Porque en lo que nosotros respecta, Hayely Marshall es nuestra representante, y es la reina.

-En lo que a mi respecta yo también soy una reina -cambie mis ojos de color, dejando verles como mantenía el cambio fácilmente, haciendo que el viento soplara. -Puedo hacer que sean libres.

-Hayley...-corte a la mujer.

-No importa lo que ella haya dicho en el pasado, importa que yo he vuelto y que ese lugar me corresponde tanto como a ella, yo tengo poder, mucho poder y puedo hacer lo que yo desee -todos comenzaron a murmurar entre ellos -Está en ustedes la elección, yo no hablaré por las brujas, hablará por ustedes, no me dividiré, no como lo hizo ella.

-¿Tenemos tu palabra? -preguntó un hombre.

-La tienen completamente.

-Entonces vean a nuestra nueva reina.








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          LA MANADA Y YO NOS ENCONTRÁBAMOS CAMINANDO POR LAS CALLES DEL BARRIO FRANCÉS, eran las diez de la noche, Damon se encontraba siguiéndonos de cerca, estaba en medio de todos, la mujer de tez morena, iba al frente, dirigiéndonos; varios vampiros aparecieron en el radar haciéndose a un lado algunos dejándonos pasar; mi sonrisa se hizo grande, pero al frente nuestro aparecieron tres personas: Marcen, Freya y Hayley.

-Alto ahí -la híbrida hablado parándonos, yo encontrándome en las sombras -¿Que hacen? Hay un acuerdo, una democracia.

-Si bueno, digamos que hemos llegado a la conclusión de que eres una mal reina -habló la misma mujer -Y ahora tenemos a otra.

-¿Ah sí?, ¿a quién? -preguntó con sarcasmo y una media sonrisa -Yo que sepa que no hay nadie que tenga sangre real en su venas.

-Te equivocas -hablo ella nuevamente.

-Exacto Hayley -hable mientras los de a mi alrededor se abrían dejándome a revelación, me quite aquella capucha y ella me miro fijamente -Te equivocas, yo tengo sangre real, soy hija de Madisson Jenner, la hermana de Jackson.

-Delphini -hablo Hayley negando con su cabeza, su mirada era tan fría -No hagas esto -murmuró entre dientes.

-¿Por qué no? -pregunte encogiéndome de hombros -Es mi derecho, soy una princesa, corrección -dije con una sonrisa acercándome frente a frente a ella -Soy una jodida reina.

-No inicies una guerra, Delphini -Marcel habló acercándose a mi, pero la manada le gruño en advertencia, haciendo que retrocediera.

-¿Te ha llegado tarde la invitación, chupasangre? -pregunte con una sonrisa -La guerra ya inició, y solo correrá sangre de traidores y débiles; les sugiero que alisten sus mejores guerreros porque los muertos, cariños míos, no cuentan los putos cuentos, y yo soy una maldita leyenda.

𝐓𝐇𝐄 𝐋𝐀𝐒𝐓 𝐏𝐒𝐘𝐂𝐇𝐈𝐂 |𝐋𝐞𝐠𝐚𝐜𝐢𝐞𝐬|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora