Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ Vᴇɪɴᴛɪᴏᴄʜᴏ

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Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ Vᴇɪɴᴛɪᴏᴄʜᴏ

Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ Vᴇɪɴᴛɪᴏᴄʜᴏ

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|Nᴏʀᴍᴀʟɪᴅᴀᴅ|

❝El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional.❞

-Las ventajas de ser invisible.

          



          -PHASMATUS ODIUM CONFRACTUS, UT SIT VICULUM PROSPERORUM SUSPECTAM, NORMALITATEM IAM REDIT- recite el hechizo varias veces mientras miraba las cuerdas de cada Mikaelson desligarse de las mías.

Las cuerdas eran oscuras, ligándose entre ellas con las mías, liberando aquel conjuro que Esther y Dakota habían hecho para que ellos me tuvieran desconfianza y odio, las cuerdas comenzaron a desligarse hasta quedar de una manera vertical. Suspire, el hechizo estaba desecho. Una idea cruzó por mi mente.

-Aeterna praesidium -comencé a recitar, era un conjuro de protección que había inventado hace tanto tiempo, cuando finalice suspire.

Tome las cuerdas lanzándolas al fuego, y me senté frente de la chimenea replanteando todo, el sentimiento de traición que tenía en mi corazón se fue disipando conforme los minutos pasaron, sabía que el hechizo ya había hecho efecto.

Me puse de pie y comencé a bajar las escaleras hacia la sala, Damon se encontraba sentado delante de la chimenea mientras tenía un libro en manos, El Infierno de Gabriel, se encontraba tan sumido leyendo mientras suspiraba, tenía un perfil tan atractivo, mandíbula definida, el ceño relajado, el cabello le caía perfectamente, su piel perfectamente bronceada.

-¿Vas a seguir admirando desde la oscuridad o vendrá aquí? -su pregunta me hizo rodar los ojos, con una sonrisa comencé a caminar hacia donde él estaba.

-Qué egocéntrico, tan perfecto como yo, pero soy mas -dije mientras me sentaba en sus piernas y le daba un beso en la frente -He acabado el hechizo -murmure.

-Todo estará bien, preciosa -dejo su libro de lado y puso su mano sobre mis piernas y me miró fijamente a los ojos -Notarán el cambio y te hablaran, no falta mucho.

-Eso espero, las cosas igualmente con Hope han ido bien, mucho antes del hechizo -mencione mientras recargaba mi cabeza en su hombro -Me ha pedido disculpas por todo varias veces, pero mi orgullo del momento no me dejaba sentir aquello.

Antes de que Damon pudiera responder a lo que le estaba comentando, mi teléfono comenzó a sonar, pude ver que era Elijah y los nervios comenzaron a abordarse; me baje del regazo de Damon y rápidamente conteste la llamada.

-Hola -murmure.

-Delphini -dijo el honorable al otro lado de la línea -¿Qué has hecho? -su pregunta me hizo sonreír.

𝐓𝐇𝐄 𝐋𝐀𝐒𝐓 𝐏𝐒𝐘𝐂𝐇𝐈𝐂 |𝐋𝐞𝐠𝐚𝐜𝐢𝐞𝐬|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora