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Siento una presión en mi muñeca izquierda, a pesar que tengo ganas de voltear a ver hacia atrás hay algo que me lo impide ¿Una fuerza mayor? Supongo, pero ésta no es visible para mis ojos. No puedo encontrar una salida ya que mi alrededor es completamente gris, un gris cegador. Aunque lo intentara no creo que lo lograría es como si fueran paredes grises agrietadas de diferentes maneras, algunas son más gruesas y otras grietas son más finas, entonces siento un leve pellizco en mi brazo derecho, un escalofrío recorre por todo mi cuerpo y veo como la "pared" en frente de mí se derrumba, volviéndose polvo ante mis ojos.

Tras de la pared derrumbada puedo visualizar un pequeño cuarto, el cuál está decorado con un color amarillo intenso, todo proveniente de esa habitación es amarillo, paredes, cuadros, juguetes e incluso hasta una cama arrinconada en una esquina de la habitación. Parece estar tan ordenado y pulcro pero a la vez es muy fastidioso de mirar, en la habitación solo hay un niño de aproximadamente cinco años de edad, él está sentado, su espalda no me deja visualizar su rostro ni mucho menos alguna facción que me dejarían conocer  su identidad, solo es visible su estructura y sus pequeñas manos. Él juega con un avión de madera fina, simulando que el juguete está volando, lo veo levantarse del suelo y murmurar algo inaudible para mí. Sigue caminando en línea recta por la habitación con su avión, puedo apenas visualizar su perfil izquierdo, la piel de su rostro es muy pálida incluso podría decir que esa palidez no es normal, su pómulo izquierdo está notoriamente morado y no puedo detallar su cabello por la capucha de su pijama amarilla que lleva puesta, impidiéndome observar más allá de su perfil. Él se detiene en el centro de la habitación mira con cautela su avión para luego lanzarlo con fuerza contra la pared de su habitación, el avión se estrelló con tanta fuerza que se rompió en varios pedazos, aquél niño al observar su juguete destruido en el suelo comienza a gritar, sus gritos son desesperado lleva sus manos hacia su estómago, lo veo caerse de rodillas, llenándome de angustia absoluta pero no puedo hacer nada, mi cuerpo está inmóvil.

Él sigue gritando puedo escuchar sus sollozos descontrolados, sus gritos de dolor y de desesperación son rotundamente callados por una arcada, él sigue dándome la espalda y lo único que me puede confirmar mis sospecha es aquél líquido carmesí escurriendo por toda la superficie del suelo manchando ciertas partes de la pijama de aquél niño. Él se queda quieto tratando de procesar lo que acaba de expulsar sin embargo su puerta color blanca es abierta con una fuerza brutal aombrando al pequeño niño y dejando a la vista a una señora de vestido rojo corto con escote de corazón, su cabello negro peinado con unas ondas voluminosas, su sonrisa no se borra ni aún así viendo al pequeño niño arrodillado en el charco de sangre.

—Es hora de jugar.— dice con una voz aguda y siniestra.

Luego, solo veo oscuridad.

Me despierto sobresaltada por aquél extraño sueño que tuve, mi corazón no deja de palpitar y todo mi cuerpo lo siento sudado y tembloroso. Me siento con lentitud en la cama, quito mis sábanas blancas de mi cuerpo y me dispongo a extender mi mano izquierda para coger mi celular, al encenderlo su luz me ciega por un instante un pequeño marea me invade por unos milisegundos, el reloj de mi celular marca las 6:13am.

Anoche organicé mi maleta para el viaje así que es algo inútil estar despierta a esta hora sin nada que hacer, tenemos que estar en el aeropuerto a las 9:30am. No estoy emocionada por el viaje pero sí pienso en disfrutarlo y tratar de apartar los prejuicios que me intentó meter Leila ayer en la tarde antes de irse sobre Bled. Ella quiso que rechazara la oferta de la señora Sara sobre pasar su cumpleaños disfrutando y que me fuera esos días a su casa, me advirtió que tal vez no sea tan divertido que estar en un gran hotel cerca de la playa y con piscinas enormes pero que por lo menos íbamos a pasar más tiempo juntas. Le prometí que iría a visitarla cuando vuelva del viaje pero no rechazaría la propuesta de la señora Sara ya que me he comprometido y no quiero quedar mal además cierta parte de mí sí quiere disfrutar de un ambiente agradable y sano.

SAMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora