Instructor Hale ✨🐺

Capítulo 17

✨¿Pañuelos a la mano?✨

Después de tres semanas sin cambios Scott estaba convencido de que estaban atascados en "lo mejor" que Derek obtendría. Derek cada vez era más pequeño. Para Scott era difícil regresar y verlo así porque el hombre en la cama no era su amigo. No era el hombre quien aterrorizó a los jóvenes reclutas.

Para su sorpresa, Theo y Jamie Raeken fueron a visitar a la familia durante unos días. Bob Beaver y Jeff Roach se habían convertido en elementos permanentes en todo el hospital. La hermana y el hermano de Stiles entraron y se quedaron con los Hale.

Liam no había podido irse, pero llamó todos los días para ver cómo estaba Derek. Jackson estaba teniendo más episodios desde que Derek fue transferido a Texas. Lydia estaba haciendo todo lo posible, pero ella no era lo que Jackson necesitaba. Así que Jeff y Robert se hicieron cargo cuando Jackson se fue a la hora de Bagdad.

Había pasado casi un mes después del accidente antes de que Isaac finalmente obtuviera su licencia. Scott tuvo que ir a buscarlo a Dallas a las dos de la madrugada de un sábado por la mañana.

Stiles finalmente llamó a Lydia. Scott había retenido a Lydia durante horas después de la llamada telefónica. Ella dijo que Stiles sonaba horrible y completamente derrotado. Ella estaba preocupada de que su cabeza no estuviera en Irak. No querían enterrar a Stiles además de lidiar con la condición de Derek. Pero ninguno dijo eso en muchas palabras.

Alexander les envió un correo electrónico regularmente. Él quería actualizaciones. Y él les hablaría sobre Stiles. Scott no se sorprendió cuando recibió una llamada del Sargento fresco como un pepino.

—Hola, Scott. Lo siento, te estoy despertando.

—Hola, Krutz. No te preocupes por eso.

—Solo quería que supieras: Stiles está de vuelta en el juego —dijo Alexander—. Algunos de los muchachos y yo tuvimos que usar un poco de amor. Pero él ha vuelto.

Scott parpadeó y una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.

—Bueno. ¿Alguna palabra del Teniente?

—No es que lo sepa, pero el Teniente está presionando para que obtenga su licencia en el siguiente grupo.

—Bien.

—Bueno, debo irme. Solo quería que supieras que está viniendo.

—Bien. Mantén la cabeza baja —dijo Scott. Bostezó y colgó el teléfono.

***

Scott esperó ansiosamente junto a la puerta. El aeropuerto Dallas-Ft. Worth hizo que los chicos pasaran por la aduana.

Tenía que dárselo a la gente de USO. Ellos siempre estuvieron ahí. Ningún avión fue recibido en silencio. Nunca. Eran las tres de la madrugada y seguían vitoreando y gritando por cada soldado que bajaba por la pasarela.

Su mirada se lanzó a cada cara. Cara a cara pasaron junto a él. Uno a uno los revisó como si no fueran Isaac.

Estaba empezando a preocuparse de que había llegado en el momento equivocado. Incluso las agradables damas de la USO estaban empezando a pensar que había llegado en el momento equivocado.

Dos hombres más salieron juntos y Scott los despidió a los dos.

El más pequeño de los dos parpadeó y levantó su mano.

—Sé que me veo duro, pero maldita sea.

Esa voz era innegable, inconfundible.

—¡Isaac! —Scott saltó la barandilla y tiró de Isaac en sus brazos—. ¡BEBÉ! —Levantó al tipo más bajo, que se rio e intentó escabullirse.