★ Brawl Stars: Orígenes ★ (TEMPORADA 2) ★

Capítulo 3: ¿Para qué quedarme?

ALERTA

Este capítulo puede contener escenas fuertes (gore) para algunas audiencias, por lo que se recomienda discreción. En caso de ser sensible ante temas de bullying/muertes/suicidios, POR FAVOR NO LO LEAN.
Si tú o alguien que conoces está pasando o lidiando con un tema parecido, visita www.wannatalkaboutit.com
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La ciudad de Starrwoods, un pequeño pueblo en la región de Brawltopia, donde cosas de lo más extrañas pueden llegar a suceder, sobre todo en la noche, pues entre la oscuridad del bosque, hay una gran mansión de madera a la que nadie, nunca, jamás se ha atrevido a entrar.

Ruidos extraños y luces extraordinariamente brillantes llegan a hacerse presentes en aquella casa, algo sucede allí dentro, pero nadie sabe qué exactamente, nadie ha ido a investigar nunca. ¿Estará abandonada? ¿Estará embrujada? ¿O simplemente todo puede ser explicado de una manera simple y sencilla mediante la lógica?

Las gotas de la tranquila lluvia caían sobre la mansión, deslizándose hasta caer al suelo y dejando charcos de agua por los senderos de tierra.

Al lado de esta casa, había un pequeño patio, estaba lleno de tumbas y estatuas, era una especie de cementerio pequeño, cubierto por paredones de piedra y rejas con púas, parecía tener una gran seguridad. Pero eso no detuvo a aquel individuo en la oscuridad de la noche, el cual ya estaba dentro del cementerio, y rápidamente salió corriendo por la salida, al tomar una pizca de tierra de una tumba y guardarla en una bolsa.

Aquella persona corrió hacia la casa, tratando de ser silencioso y ágil, abrió la puerta de la mansión, y entró como si nadie estuviera ahí. Luego, caminando de puntas de pie, llegó hasta la puerta del sótano, donde se quedó parado, en frente, mirándola por unos segundos. Echó un vistazo hacia todos lados, y luego de un rato, abrió aquella puerta, escabulléndose en el sótano y zambulléndose en un mar de secretos extraños y perturbadores.

Bajó por las escaleras, hasta llegar a pisar el suelo del sótano, y allí, tocó el interruptor de la pared para que las luces del sitio se prendieran. En eso, como si de una bala se tratase, un murciélago que estaba colgado del techo lo atacó rápidamente, directo en la cara, y el hombre entró en pánico.

¡Bob! ¡¿Qué demonios haces?! -Exclamó el hombre, con un acento rumano.

El tipo se sacó el murciélago de la cara, y ahí, el animal pudo reconocerlo, era nada más ni nada menos que su propio dueño, aquella criatura de la noche, el mismísimo portador de murciélagos... Así es, ¡hablamos de Mortis!

Mortis: Ya sabes que debemos ser silenciosos... No quiero que Frank descubra todo esto, ¡estando tan cerca de nuestra meta...! -Dijo cascarrabias, el murciélago solo pudo volver a su sitio en el techo, pues se sentía un poco mal por no haber reconocido a su dueño, Mortis se dio cuenta de su tristeza, y trató de consolarlo. Oh... No te preocupes, debí haberte avisado de que era yo... Hubieses estado genial si se trataba de alguien más. -Se quedó mirándolo por un rato, con una sonrisa honesta. ¡Pero eso no importa! ¡Lo importante es que tengo el último ingrediente!

El sitio parecía una especie de laboratorio, lleno de maquinas y distintas pociones por todos lados. Mortis había estado trabajando día y noche en aquel lugar, durante semanas, incluso meses, y pronto, su misión estaría completada.
Bob se quedó mirando sorprendido a su amo, pero él parecía feliz, al igual que el propio Mortis.