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Eran ya las tres de la tarde y Min Yoongi se encontraba en su estudio, trabajando en una nueva pista ¿cuál es problema? ¡que eran las tres de la tarde y él aún seguía en el estudio y no con su hermoso novio, mimando su preciosa pancita de embarazado!

— Aaagh estúpida pista— dijo en voz alta. — maldita sea, yo debería estar en casa, dándole besitos en la pancita a Jiminie— suspiró frustrado.

Nuevamente intentó volver a su trabajo para poder terminar la pista y volver a casa, luego de diez minutos de arduo trabajo, volvió a suspirar y hablar a la nada.

— Tengo hambre.

Decidido a comer algo, desbloqueó su celular y ordenó comida para luego pagar por la aplicación, claro que no podría trabajar sino estaba bien alimentado.

Dah, obvio que no.

Quince minutos más tarde, tocaron a su puerta y Hoseok entró en ella con un chico tras él.

— Yoongi, vino este chico y dice que tiene algo para ti.

El chico entró al estudio y bajó de sus hombros una mochila roja, la abrió y comenzó a sacar todo.

— Traigo para Min Yoongi...una pizza con piña, un kilo de helado de frutas, un litro de coca-cola, sushi, kimbap, una ensalada, dos porciones de ramen, una porción de kimchi y arroz. Eso sería todo señor Min, que tenga buen día.— dijo el chico haciendo una reverencia y saliendo del estudio.

Hoseok observó todo con grandes ojos y luego miró a Yoongi.

— ¿Comerás todo eso?.

— Sí— respondió simplemente.

— ¿Tú solo?.

— Es obvio. Ya puedes irte, Hoseok.

Hoseok se dio media vuelta hacia la puerta, estaba apunto de abrir la puerta pero se detuvo y se giró.

— ¿Me das? — dijo mirando toda la comida.

— No, compra la tuya.

Síndrome de Couvade •• PJM & MYGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora