17 | Final

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~Una hora antes~

Jimin se encontraba recostado sobre su cama, Yoongi había ido al trabajo esa mañana así que no encontró nada más que hacer, estaba muy cansado, su espalda estaba matándolo, sus pies estaban hinchados y tenía muchos antojos.

— Bebé ¿Quieres comer helado? papá tiene muchas ganas — habló a su abultado estómago, su bebita pegó una patada, respondió al parecer — tomaré eso como un sí.

Jimin se pusó de pie y bajó a la cocina en busca de su ansiado helado, se le hacía agua la boca de tan solo pensarlo, abrió el refrigerador y buscó pero...

— ¿Qué? ¿no hay?...demonios.

Pero no, Park Jimin no se quedaría con las ganas, oh, claro que no.

— Bebé, iremos por nuestro helado, como que me llamo Park Jimin.

Decidido, subió a su habitación y se abrigo con una gran sudadera lila, peinó un poco sus cabellos y bajó a la sala donde tomó su celular y un poco de dinero, sería rápido, iría a la tienda cercana y tomaría dos tarros de helado, no, mejor que sean tres, se iría a casa y los comería.

Sí, eso haría, nada podía salir mal ¿no?


— Mierda. — exclamó.

La tienda estaba cerrada pero Park Jimin no se rendiría ahí, claro que no, no podía dejar a su preciosa bebé con esos antojos del demonio. Volvió a emprender camino a la siguiente tienda que recordaba, esta estaba un poco más lejos de casa pero podía ir, un poco de caminata no haría mal, dicen que es bueno para le embarazo.

Cinco minutos más tardes y Jimin respiraba con dificultad ¿Como es posible que dos cuadras cansarán tanto? ¡y ni si quiera llevaba una cuadra!

Jesucristo.

— Nosotros podemos, sí — se animó, sentía una pequeña molestia en el vientre pero supuso que fue por la caminata reciente, camino lo que quedaba y por fin llegó a la ansiada tienda. — ¡llegamos!

Entró y fue directamente a la sección de refrigerios, donde saco tres tarros de helado.

—Vamos bebé, se que también lo deseas — habló con su bebita, le encantaba hacerlo, otra vez sintió esa pequeña molestia en su vientre. —. Alguien se ha estado moviendo mucho últimamente.

Se dirigió hacía la caja para pagar por todo y así poder irse de una vez.

— Buenas tardes ¿eso es todo?
— Jimin asintió a la cajera. La cajera paso todo y le dio el precio por todo — awws ¿cuántos meses tiene? — preguntó viendo su abultado vientre.

— Ocho meses — sonrió amablemente para luego sacar el dinero y pagar.

— Awws, tomé, tomé — le ofreció un chocolate que estaba en la caja — para los antojos.

— Gracias.

— Que tenga un lindo día, adiós. — la cajera le sonrió.

— Igualmente. — sonrió de vuelta.

Que chica tan agradable, pensó.

Comenzó su camino de vuelta a casa, esta vez iba más relajado mientras tarareaba una canción.

Sintió una punzada.

Dejó de caminar e intento calmarse, seguramente por la caminata que dio antes, una vez se calmó volvió a dar otro pasó pero volvió a sentir otra punzada junto a algo húmedo, miro hacía abajo y tenía los pantalones mojado.

Oh Dios, rompió fuente.

— Ok, ok, cálmate y llama a Yoonnie.— sacó su celular y presiono llamar.

Síndrome de Couvade •• PJM & MYGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora