Relatos de terror

¡Quiero gritar, pero no puedo!

Desde que nací he padecido esto, me he querido morir tantas veces que creo ya hasta perdió todo sentido desearlo, no es que mi vida sea un infierno o algo intolerable, es solo que siento como si fuera una especie de pasajero dentro de mi propio cuerpo, deseo tanto sentir, tocar, oler, saborear todo cuanto me rodea, pero este maldito cuerpo no quiere responder.

Deseo con toda el alma tocar algo o asirlo con mis manos pero o estas no se mueven ni un milímetro o si logran tomar cualquier cosa, de inmediato se cae; mis manos son como esas maquinas donde controlas un brazo mecánico pero por mas que lo intentas jamás logras atrapar nada.

O también ocurre que escucho a alguien decir mi nombre, quiero, ansió voltear y ver a quien me esta llamando, pero esta pobre excusa de cuerpo que me toco solo mira apático hacia adelante.

También ocurre que quiero jugar, correr divertirme con otros chicos como yo, tirarme en el césped o en lodo, una vez mas este maldito trozo de carne con forma apenas humana solo sabe moverse como esos muñecos títeres.

Ansió, deseo, añoro poder ser como los otros niños... Pero estoy atrapado en esta maldita prisión de maldita carne, esta fofa celda  incapaz de mover un musculo. 

Parece mentira que un ser humano ansié tanto algo tan simple como poder llorar, y asea de felicidad, tristeza o la razón que sea... Creo todos dan por supuesto ese tipo de cosas, después de todo es algo tan sencillo; las cosas sencillas de la vida son las que mas aprecian las personas. En mi caso no es asi, es todo lo contrario, no puedo llorar, gritar, expresar emoción alguna en pocas palabras, ni siquiera puedo abrazar a mi madre... Mis pensamientos son interrumpidos bruscamente por la profesora que me llama por mi nombre

—Vamos, se que tu sabes la respuesta; ¿Cual es el animal que hace "mu"?

—Mmmh... Es el único sonido que sale de mis labios.