Capítulo 12

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Se encontraba en una sala de interrogatorios con las manos esposadas. Luego de subir al auto le inyectaron algo que la durmió, cuando despertó, se encontraba en ese lugar, no sabía cuánto tiempo llevaba ahí, pero por el entumecimiento en su cuerpo apostaría que algunas horas.

—Señorita Miller —un hombre alto entró a la sala y la miró—. Perdoné la demora, estábamos resolviendo unos asuntos —sonríe de manera misteriosa y Hope lo mira en silencio—. Verá usted llamó nuestra atención —se apoya en la mesa y Hope puede ver el pequeño dije en su traje y lo mira.

—Pensé que Hydra había caído con su jefe —dice irónica y el hombre sonríe con arrogancia.

—Corta una cabeza y crecerán dos más —abre la carpeta—. Aunque ahora tenemos que andarnos con cuidado, ya sabe, bajo las sombras —la mira—. Como le decía, es una mujer fuerte, pelear en la guerra al lado del capitán América no debió ser fácil.

Hope lo mira y enarca una ceja.

—En realidad fue todo un paseo, patear sus traseros era satisfactorio —sonríe irónica.

Sonríe de lado.

—Hizo más que muchos hombres.

—Todos peleamos por igual, en diferentes lugares pero en la misma guerra.

—Si, claro —mira la carpeta—. Hemos estado al tanto de su trabajo con la agente Cárter —Hope se tensa—. Sí... Ella también iba a ser una opción, pero preferimos quedarnos contigo.

—¿Para qué? —lo mira.

—Oh para cosas —sonríe—. Ya sabes, si colaboras con nosotros, no te va mal, te daremos lo que nos des.

—Por mí, te puedes ir al diablo —sonríe irónica— Tú y todo tu culto de basura.

El hombre ríe leve.

—Lamento que tomarás esa decisión, podía haberte ido mejor.

Dos hombres entran al lugar y se acercan a ella, la levantan y ella se sacude de ambos.

—Espero disfrute su estadía señorita Miller —sonríe y los hombres la guían afuera.

Hope mira alrededor, guardias iban y venían, había visto a varios, el hombre que iba todas las mañanas por un café, el vagabundo de aquella calle por donde pasaba en las noches, el chico del mercado, no podía creerlo, la tenían vigilada desde el principio y estaba tan metida en sí que no se había dado cuenta, ahora la tenían encerrada, esperaba que Stark hiciera caso a su advertencia, no los quería cerca de esto, mejor que la dieran por muerta antes de involucrarse con Hydra.

Llegan a un área más apartada, Hope intentaba memorizar tantos lugares como podía, pero ese lugar era gigante. Ve las celdas en el lugar, algunas chicas estaban ahí, hizo una mueca, se veían tan aterradas, no pasaban de los 25 años, el guardia abrió una y la dejó dentro, antes de salir quitó las esposas y cerró la celda.

Hope acaricia sus muñecas y mira la celda, revisa cada lugar buscando algo que la ayudará a salir, pero el lugar estaba sellado, revisó sus bolsillos y lamentó la pérdida de su sombrero, esperaba que Peggy y Howard estuvieran bien. Hizo una mueca y se sentó en el suelo.


—Debes estar bromeando —Peggy lo mira.

—No bromearía con esto Pegg —niega—. ¡Comenzó preguntando por la búsqueda de Steve y dijo que si ella llegará a desaparecer no la buscará! Dijo que le gustaría tener más tiempo —la mira—. Luego colgó y no ha contestado el teléfono.

—¿Qué esperamos? —se levanta—. Iremos a su casa —camina a la salida.

Los tres salen y suben al auto, Jarvis conduce lo más rápido que puede, la tensión se siente en el auto, el temor reflejaba su mirada, cuando llegan bajan rápidamente, suben las escaleras y tocan la puerta, silencio total, Howard saca su llave y abre.

—Hope —dice alto y entra al apartamento, todo luce intacto—. ¡Hope!

—¿Cómo es que tienes llaves del lugar? —Peggy lo mira.

—Oh, en casos de emergencia —Howard se gira.

Jarvis camina a la habitación principal, Peggy camina buscando algo, Howard revisa las ventanas.

—No hay nada, luce tan normal como siempre —Howard mira a Peggy—. ¿Crees que solo era una falsa alarma? —Peggy niega.

—Eso es distinto —señala la puerta de la habitación de Steve la cual se encontraba abierta, saca su arma—. Esa puerta nunca está abierta —la carga y camina hacia allá—. Hope —entra y apunta, se inclina y revisa debajo de la cama—. Está vacío.

Howard camina al armario.

—Aquí también —la mira.

—Esta caja está abierta —Jarvis mira la caja.

—Son las cosas del sargento Barnes —Howard frunce el ceño—. Ella nunca abre esa caja —Mira a ambos.

—La ventana está abierta —Jarvis se acerca.

—Debemos pensar como ella —Peggy los mira—. De eso valdrá que la encontremos.

—Podemos empezar desde la llamada —Jarvis la mira—. Llamó desde aquí.

—Tienes razón —Peggy sale y se coloca al lado del teléfono—. Cuando llamó sonaba preocupada aunque quería ocultarlo —mira la ventana—. La cortina está levemente corrida, estaba viendo por ella —corre un poco la cortina—. Dijo que tenía compañía.

—Es inteligente, busca otra salida —Howard la mira—. Pudo salir por la ventana de la habitación.

—Sí... —asiente—. Caerían por el callejón, vamos —sale del apartamento.

—La pregunta es, ¿quien la seguía? —Howard sale seguido de Jarvis, bajan y solo dan unos pasos hacia el auto cuando una explosión resuena en el apartamento.

Peggy se gira y mira alarmada el apartamento.

—¿¡Hay gente dentro!? —los mira alarmada y se acerca pero Jarvis la hala hacía él—. No había nadie, era un edificio casi abandonado —se escuchan las sirenas—. La policía nos querrá de testigos.

—¡Era la única pista que teníamos! —se apoya en el auto— Debemos movernos.

—¡Maldición! —Howard patea el auto—. ¿E ir a donde? Hope dijo que se encargaría, ahora su apartamento explotó junto con sus cosas, tenemos cero pistas, no sabemos quiénes la buscaban, ni que querían.

—Puede ser alguien buscando venganza por ayudarnos —frunce el ceño—. Buscaremos al culpable.

Hope and winterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora