Se encontraba sentado frente a mí, una pierna doblada con elegancia sobre la otra, una mano casualmente apoyada en el antebrazo de la silla, la otra sostenía su varita con diplomacia. Parecía una pose casual, pero podía ver a través de la sutil amenaza.
Otro chico estaba parado a su lado, lo conocía lo suficiente para saber que era mejor no toparse con él.
-No suelo repetir lo que pregunto.
-Lo siento señor, él es mi hermano y bueno, en casa se me enseñó a respetar a mis mayores.
Formó una sonrisa que no llego a sus ojos -Me alegra que tengamos un acuerdo- mi cara de confusión hizo que la sonrisa desapareciera.
-Creí haber sido lo suficientemente claro- Malfoy se levantó y la diferencia de altura se hizo presente, sin embargo, aún no me causaba miedo -Está es tu casa y por lo tanto solo debes obedecer y convivir con los miembros de la misma.
-Pensé que podíamos hablar con otros compañeros en Hogwarts- él levanto una ceja, de repente sentí un látigo impactar contra mi cara, solo la experiencia al recibir esa clase de golpe evitó que cayera al piso.
La cara de Nott era pura ira, mantuvo su varita lazada contra mí, por acto reflejo mi cuerpo se tensó.
Sabía por experiencia que debía mantener una postura sumisa, así todo terminaría más rápido. -¿¡Cómo te atreves...
-Tranquilo Nott, seamos un poco indulgentes en esta ocasión- tenía la mirada fija en la silla así que vi a Malfoy de frente cuando la ocupo. -Es un chico de primero, supongo que si le damos cierto margen de tiempo entenderá lo que significa tener a todo Slytherin en contra- la expresión de Malfoy era de piedra, pero algo en sus ojos brillaban de forma curiosa.
-Si somos indulgentes con él, los demás lo verán como un acto de debilidad, propongo que con el incentivo adecuado será capaz de recordar lo que sucede si mantiene contacto con gente inadecuada.
Con la mejilla ardiendo y el labio sangrando, me jure demostrarles que yo no había sido seleccionado a Slytherin solo por mi apellido.
Después de ese día me había quedado más que claro, si quería seguir hablando con mi hermano y sus amigos, debía tener el doble de precaución. Era obvio que alguien me seguía, no había otra forma en la que se enterarán y decirle a Sirius no era una opción, lo amaba pero sabía que lo complicaría todo.
Estaba sentado cerca del lago negro, no tenía ganas de ver a Malfoy y aún menos a Nott.
-Evitarlo lo hará peor, ¿Lo sabes verdad?- salte en mi propio lugar, Remus me miro con cariño y preocupación durante un segundo, en un instante su mirada se tornó seria.
-¿Qué te paso en la cara?
Me había olvidado por completo del incentivo, Nott realizo un maleficio para que la marca del latigazo permaneciera y que mi labio no se curara.
Encontraba efectivo exhibir los castigos que provocaba, (costumbre que se convirtió en su firma).
-Una pelea con un chico en la sala común- no era malo mintiendo, pero Remus no pareció creerme.
Se limitó a observarme y cuando menos lo note, su mano acaricio mi cara, con suavidad me preguntó -¿Es por esto que lo evitas?- algo en su mirada me dijo que confiara en él, que de alguna forma me ayudaría, que no estaba solo.
Termine contándole el castigo que Nott me dio, se le hizo extraño que Malfoy decidiera ser compasivo conmigo, pero supuse que era porque los Malfoy y los Black tenían ciertos negocios juntos.
-No sé qué maleficio es, pero tal vez si investigamos un poco en la biblioteca, podamos encontrar algo útil – lo mire perplejo –No pueden vernos juntos pero el hecho de fingir que no hablamos, no significa que sea así.
-Es un maleficio, para encontrar una solución deberíamos buscar en la sección prohibida
De repente me di cuenta que estaba hablando libremente con él, y con el dolor de la cara tenía suficiente. Desesperado vi alrededor.
-Tranquilo, desde que me senté no ha llegado nadie- lo mire con duda –Confía en mi Reggie, aquí no hay nadie, podría escuchar los pasos de alguien en cincuenta metros.
-¿Cincuenta? ¿Cómo puedes...
-Alguien se acerca, te veo en la biblioteca mañana a las 6, cuídate- tan rápido como llego se había ido.
No supe cómo reaccionar, aparte de Sirius nadie me llamaba Reggie, se sentía un poco extraño, ¿Y que demonios significaba lo último? había dicho cincuenta metros... ¿¡Cincuenta!?
El crujir de una rama me saco de mi estado, la verdad estaba paranoico, no quería meterme en mas problemas, a madre no le gustaría, solo iba en primero, tenía una imagen que mantener ya que Sirius resulto ser todo lo que madre despreciaba.
-Es agradable estar afuera ¿Verdad?- la sedosa voz de Malfoy se filtró por mis oídos, por instinto me encogí sobre mí mismo, Malfoy solo me observo, hizo una mueca al ver la marca del látigo.
-Considero que ha pasado tiempo suficiente para que reconsideres tus lealtades, ¿Tu qué opinas Severus?
No me di cuenta de que Severus estaba de pie casi frente a mí, -que chico tan sigiloso- pensé, que lástima que nunca sabré como hace eso. Simplemente aparecía.
-Creo que él ha aprendido la lección- la mirada de Severus estaba fija en la herida de mi mejilla, al mirarme directo a los ojos note que su mirada normalmente dura tenían un velo de empatía.
Lentamente la comisura de su boca se estiro formando una media sonrisa, una amable.
Nadie, hasta el sol de hoy me ha provocado tantas emociones tan solo con una sonrisa ¡Y ni siquiera era una completa!
La presencia de Malfoy había desaparecido por completo.
Solo estaba Severus mirándome fijamente, su media sonrisa y el estúpido latir de mi corazón resonando fuerte en mis oídos como tambor, recuerdo haberme angustiado por si alguno de los presentes podía escucharlo.
Sentí que algo en mi había cambiado, solo que la imagen era tan abrumadora que no le preste atención en ese momento.
Cuatro años después lo supe, ahí, sentado apoyado en un árbol, escuchando los suaves sonidos del lago, mirando fijamente a un chico con su túnica de segunda mano, con su pelo en extremo negro y liso, nariz aguileña, dándome una media sonrisa, descubrí lo que era estar enamorado.
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Piel de serpiente
FanfictionCuando lo vi en la estación de Hogwarts nunca pensé que cambiaria mi vida. Sus ojos tan tristes y a la vez furiosos me llamaban. Y yo, como bien me decía Sirius, era demasiado bueno para mi propio bien. •El universo de Harry Potter le pertenece a J...