El verdoso suelo con el hermoso aroma de recién caída las aguas hacía respirar la verdadera naturaleza, el cielo gris denotaba la tormenta que acababa de pasar con sus nubes caídas desde lejos anunciando su lluvia. Pisaba debajo de sus pies el color café del sendero que llevaba quien sabe hacia dónde, caminaba como si el dueño de todo se tratara, al menos así se sentía en ese momento.
¿Qué hacía aquel bato caminando sin su compañero de trote?
Se podía decir que lo abandonó a medio camino, se regresaba de un largo y cansador viaje.
Pensó concentrado dónde podría encontrarse su bestia.
Con paso seguro se dirigió al lugar donde lo encontraría, murmura de cosas, estaba molesto. Su supuesto mejor amigo lo dejó botado.
Yo en su lugar lo estaría, ¿Quién no?
A unos minutos llegó al dichoso sitio.
–Ahí estás, condena'o – dijo el bato, al verlo muy tranquilo bebiendo agua.
–Tss, ¿no habías tomado ya? – se queja, colocando sus manos sobre su cadera.
Sin más se acerca al animal para acariciarlo, sonríe por lo hecho anteriormente, niega con la cabeza aún con la sonrisa pintada.
Toma sus riendas en manos y hala suavemente para sacarlo del agua.
–Ven amigo, ven – lo anima a salir.
–Shh– manda a callar, subiendo su dedo índice en los labios, presta oreja –, viene alguien. – con pasos apresurados, se esconde entre las matas. Con él su semental.
–Silencio, Canela. Silencio – susurra algo espantado el hombre.
Temía ser descubierto cuando notó una figura femenina acercándose a la zona.
–Mira na' más quién se asoma – murmura por lo bajo al descubrir de quién se trataba. –.Ahora le gusta venir cuando hay mal clima.
Se escondió más cuando se dio cuenta que se volvía hacia las matas, ahora sí que temblaba como una hoja, pues no quería ser descubierto por ella.
Volvió a observar, la castaña miraba fijo el agua correr del único lugar de esos lares que se veía más bello que cualquier parte del llano.
Sin siquiera pensarlo dos veces comienza a quitarse la vestimenta, mientras lo hacía con una sonrisa, pues sabía que alguien la espiaba. Ella de tonta no tenía un pelo, notó la presencia de una persona tras los arbustos, como sabía de quién se trataba no lo desaprovechó y se sumergió en aquellas aguas con sus últimas prendas.
El hombre había visto todo, no apartó la mirada en ningún momento, aunque quiso no pudo hacerlo. Era mucho más fuerte que él, estaba en su naturaleza a observar semejante belleza y como es hombre, no se iba a resistir del todo.
Esa mujer enloquecía a cualquiera e incluso a los decentes como él.
Bueno, fue educado de manera diferente a todos los hombres que habitaba en el Arauca, era un poco diferente a los demás, ¿Cuál era?
Era que él no se comportaba como animal cuando veía una mujer con tanta belleza como la que se encontraba nadando, quien por cierto, había decidido quitarse el resto de sus prendas.
Dejando al muchacho con ganas de querer verla tal como Dios la trajo al mundo, estaba sumergida en aquellas aguas la razón por cual él no podía verla como deseaba.
Y era prohibido, o era lo que siempre le decía su padre: No te dejes hechizar por esa bruja, mijo.
Sin embargo ahí estaba, completamente hechizado.
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Yo No Me Enamoré
FanfictionUn nuevo desafío llega para Bárbara Guaimarán, es el desafiarse así misma que no se ha enamorado, porque La Doña no se enamora sino que utiliza a los hombres como quiere. ¿Tendrá razón? Historia basada en la telenovela Doña Bárbara y la novela liter...