Un encuentro peculiar

165 22 0
                                    

Bárbara

La patrona se hallaba sentada en su sofá luego de haberse dado un baño, vestirse con un pantalón vaquero, una camisa blanca y botas marrones.

Se dirigió luego a su despacho para revisar unos papeles donde le decía cuanto llevaba en la venta de ese mes, la ganancia y si hubo alguna pérdida.

En ello la puerta se oye golpear, una voz detrás de la tabla de madera que reconoce como la de su nana interrumpe su lectura de sus papeles, su nana indica que Mr. Danger había llegado.

Bárbara deja los papeles sobre el escritorio para dirigirse a la puerta y dejando entrar al Danger, un extranjero que llegó a ese país de forma ilegal.

—Buenas Barbarita. — su asento gringo remarca en cada palabra dada.

Bárbara le ofreció a sentarse haciendo un ademán con su mano en una silla frente a su escritorio, luego ella se sentó en su silla, así ambos estaban frente a frente para poder hablar de su ansiado negocio.

—Y bien gringo, vamos por lo nuestro... Los negocios. — Bárbara toma su fuete en manos.

—Tú siempre yendo a tus intereses, the business, muy bien, muy bien. —asiente el gringo. —Yo querer chusmita, esas tierras tienen que ser mías.

—Ya te he dicho que la tendrás, pero sin la firma de los Luzardo no puedes hacer nada. — la doña se encoge de hombros.

—Tú ser astuta, saber qué hacer para dármela sin que ese Luzardo firme nada.

Bárbara sonríe de lado, la conoce bastante bien.

—Tienes razón gringuito, sé cómo hacerlo déjame y lo hablo con Pernalete. Dentro de muy poco tendrás la chusmita para ti. — la doña sonríe con complicidad con el gringo.

—Very good, my friend. Muy bien Barbarita, entonces esto lo dejamos cerrado aquí. — agrega él.

—No así nomás por supuesto que no Danger, sabes que me debes de dar algo a cambio de todo esto. Mira siendo sincera, no me creo nada que quieres la chusmita porque te encariñaste con ella... yo ese cuento como ese no me lo como así como así. — Bárbara se levanta de su silla tomando en mano un puro, lo lleva a su boca sacando de su bolsillo un mechero para encenderlo.

Danger quedó un poco sorprendido, puesto que pensó en que ya estaba todo en regla y dentro de poco tiempo tendría las tierras de la chusmita para él solo.

Pero que Doña Bárbara le hablara de ello, no se lo esperaba, realmente había creído en que la había engañado.

Claramente no fue así, ella era muy astuta y debió pensarlo muy bien en las razones por las que quería las tierras.

Sin embargo ahora, no sabría cómo actuar para que ella no lo descubra, que no sepa cuál es la verdadera razón por la cual quiere la chusmita.

—Anda gringo, suéltalo. — dijo Bárbara después de unos minutos en silencio.

Suelta humo por su boca, Mr. Danger le mira un momento buscando la manera de enredar las cosas a su conveniencia.

—Mi querer tierras para tener un poco de producción, es todo Barbarita. — responde él lo más seguro posible viéndola a los ojos.

Bárbara medita su respuesta, sus gestos, su manera de hablar.

Le da una calada a su puro y suelta el humo con lentitud.

Observa a su socio una vez más sin expresión alguna.

«Mientes maldito gringo, algo ocultas y lo voy a averiguar» pensó mentalmente con rabia contenida.

Yo No Me EnamoréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora