don't you dare ; jjk

𝒸𝒽𝒶𝓅𝓉𝑒𝓇 𝓉𝓌𝑜

jjk

La mirada de decepción atravesó mi cabeza como una bala. Fuerte y penetrante. Inmediatamente el alcohol en mi organismo desapareció y la tristeza tomó su lugar.

– Tu hermano no volverá pronto, Jungkook. Alégrate de que te evitaste la vergüenza de que te encuentre de esta manera. – Soltó mi padre, escupiendo decepción y enojo en cada palabra. – Llegar borracho y drogado a tu casa por segunda vez, ¿cómo te atreves?

Las palabras en mí simplemente no lograban salir. Mi boca se abría y cerraba, como el de un pez fuera del agua. Quería explicarle que la primera vez me habían metido algo en la bebida. No fue por voluntad propia. Y esta vez solo estaba un poco tomado. Era el cumpleaños de Hyung, solo quería divertirme... pero eso para mis padres, es la peor cosa que puedes hacer en la vida.

– ¿Cuándo cambiaste, Jungkook? – La voz entré cortada de mi madre hizo que voltearla a mirar, las ganas de abrazarla invadieron todo mi cuerpo. Lo iba a hacer hasta que el brazo de mi padre me detuvo, me volteó a él y comenzó a gritar con todas sus fuerzas.

– No te atrevas a voltearme la mirada, Jungkook. ¡Imagínate que habría pasado si no le hubieras arruinado la vida por completo a tu hermano! ¡Sabías que estaba enamorado de esa chica y aun así lo hiciste!

Las lágrimas comenzaron a quemar la parte trasera de mis ojos. Ver a mi padre gritando de esa manera era algo que nunca había presenciado, menos que esos gritos estuvieran dirigidos a mí. – ¡Por tu culpa se fue al servicio mucho antes de lo que debía! ¡POR TU CULPA PODRÍA MORIR!

Sus manos me empujaban con cada palabra. Las lágrimas estaban saliendo sin control de mis ojos. Las palabras entraron como una bala en mi pecho. Dolía. De reojo pude ver como mi madre me miraba preocupada.

– Cariño, e-estas siendo muy duro. – Intentó intervenir, pero mi padre negó furioso con la cabeza.

– ¡No te quiero volver a ver en esta casa, Jeon Jungkook!

Mi corazón se detuvo. – ¿Q-qué? – Soltamos mi madre y yo al unísono con incredulidad.

– ¡Estas siendo realmente duro! ¡Tiene 17 años, no puedes correrlo de la casa! – Mi padre se giró a ella con violencia.

– Si tiene la suficiente edad de emborracharse de esta manera, la tiene también para vivir solo.

Mi madre soltó lágrimas tratando de volver a hablar, pero mi padre prosiguió, interrumpiéndola. – En esta casa se hace lo que yo diga. – Su mirada regresó a mí. – Eres una decepción para esta familia, Jungkook. No te quiero volver a ver hasta que tu hermano esté de vuelta... – Se giró y comenzó a caminar a su habitación, no sin antes susurrar: – ...con vida.

Me quedé mirando su espalda hasta que desapareció en su habitación. Mi madre me miró con lágrimas en los ojos para luego ir detrás del hombre de la casa.

Los gritos no tardaron en envolver la casa. Y yo no tarde en ir a mi habitación y arrepentirme por milésima vez de lo que le había hecho a Junghyun. Aún drogado o no, lo hice.

El timbre de la casa comenzó a sonar con insistencia despertándome del maldito recuerdo. Al levantarme y sentir la brisa del aire entrando por la ventana, me di cuenta de que mis mejillas estaban húmedas por las lágrimas.

Me sequé rápido y me dirigí a la puerta de mi apartamento. Al abrir un enano con ojos de línea apareció en mi campo de vista. Su sonrisa al verme creció.