Efectos Amorosos╏DemLoki

Ida

❝Prólogo❞

Estaba triste pero no había vuelta atrás.

Ya es 22 de septiembre y Perséfone sabe lo que significa, empieza el otoño y ya regresara con Hades.

La diosa primaveral solo se encargaba de empacar algunas cosas que llevará en su estadía en el inframundo.

—Ummm esto de aquí y esto también es importante —Decía Perséfone mientras ponía algunas cosas en un bolso.

Ella se encontraba tranquila, pero sentía la mirada pesada de alguien en su nuca.

Deméter ve como su hija de prepara para ir allá y suelta un suspiro triste.

—Ahg —Suspira pesadamente la diosa, a lo que su hija se voltea a ver.

¿Aún sigue enfadada por el hecho de que regresaría al Inframundo?

¡Pensó que ya se había acostumbrado a ello!

—Oh mamá, no te pongas así —Sonríe  levemente la pelirroja, mientras se sienta al lado de su madre—. No es para tanto.

—¿No es para tanto?, ¿QUE NO ES PARA TANTO?, hija te vas por seis meses al inframundo con ese maníaco y ¿no quieres que me ponga triste?— Deméter jamás confiaría en Hades y nunca lo va a querer—. Es que te extrañaré mucho hija —Agacha la cabeza y mantiene su expresión triste.

Perséfone le dió una mirada compresiva y se levanta a abrazarla.

—Mamá, te prometo que todo saldrá bien y que me protejere mucho, créeme que yo te extrañaré mucho más —Deméter también corresponde al abrazo—. Aparte no estaré sola, tendré a mi amado esposo y mi querido Cerbero.

Dió una pequeña risita tierna, que conmovió mucho a su progenitora.

—Mi niña hermosa, te amo —Susurra Deméter, con un aura muy triste.

Más tarde ambas se dirigen hacia al inframundo, para dejar a Perséfone ahí con su esposo.

Durante todo el recorrido, se mantuvo un ambiente silencioso, pero no de ese silencio incómodo sino de uno bueno.

La pelirroja miraba los árboles y como sus hojas caían debido al efecto que provocaba el bello otoño.

A sus ojos, todo era muy lindo y mágico.

Deméter sigue triste por la ida de su hijita, pero piensa en que hacer durante su tiempo libre osea desde esos instante.

—Talvez vuelva con la banda, no sería mala idea —Pensó la diosa para sí misma.

Dentro de un rato, ya se encontraban en las puertas del Inframundo y era la hora de despedirse.

Deméter le dió un gran y dulce abrazo protector a su hija, quién la recibió de la misma manera.

Ambas se sentían tristes de separarse, pero dentro de unos meses se volverían a reencontrar, para estar juntas otravez.

Perséfone le sonrió a su madre y le hizo una seña de adiós, para luego irse corriendo a los brazos de su marido.

La mirada perdida de Deméter caía con unas cuantas lágrimas, ella solo miró al matrimonio dándose un hermoso abrazo.

Antes de que se vayan adentrando al Inframundo, la peli azul aprovecha y le hace un ceño grosero a su hermano.

Hades se enfada por ello, pero solo escucha la escandalosa risa de Perséfone, quién no le importó la mirada enojada de su esposo.

Sin duda, se divertirán allá en el subsuelo.