Narra Alba:
Era lunes, estábamos en a primera hora. Dios. Tenía mucho sueño. Por lo que vi. Natalia aún no había llegado. Sus amigas si. Pero ella no. Os preguntaréis, por qué recalcó eso. Porque quería empezar una amistad con ella, o al menos hablar un poco. Por lo que sé y lo que veo; es una chica muy maja, bastante tímida, muy calmada, pero tmb muy reservada y que va a su bola.
No apareció por el insti hasta la segunda clase, que era dos horas después de que abrieran las puertas para las clases. Cruzo el pasillo, rápido, e intento que nadie supiera quien era. Pero era fácil de reconocer. Intente ir tras ella, quería saber que le había pasado. Pero Maria y Marta se me adelantaron, al estar yo más lejos de su taquilla, llegaron antes para preguntarle. Decidí que lo mejor sería preguntarle en la siguiente hora.
Ahora mismo, habían pasado varias horas desde que quise acércame a ella. Peor al parecer no quería ni ver ni hablar con nadie. Algo grave le tendría que haber pasado. Solo quería saber, quería intentar ser su amiga. Jo. En un momento, sus amigas desaparecieron de mi vista y me acerco rápidamente a Natalia.
- Ey, Lacunza -toque su brazo para que supiera que estaba ahí. Ella no me miró, pero asintió para hacerme saber que me escuchaba.-. ¿Qué te ha pasado? ¿Por qué ha faltado a la primera clase?.
- No importa. ¿Qué tal estás tú? -aun no me miraba. Eso era raro.
- Yo bien. ¿Por que no me miras? -intenta hacer contacto visual con ella pero nada.
- Alba...
- Perdón, perdón -mire el cuadro al que le estaba dedicando el tiempo. Era realmente bueno. Dios. Pero la verdad, sensaciones positivas no transmitía. Ella siempre era de pintar con colores vivos, pero ahora estaba usando, azul, morado y negro. Y no explícitamente los colores llamativos.-. Algo te pasa Lacunza -no recibí respuesta alguna, creo que ya la estaba molestando.-. Lo siento si te pareció que estoy siendo muy pesada o algo, solo me preocupaba por ti. Ya te dejo sola. Perdón por insistir.
Si no quería contarme no podía obligarla. No éramos ni amigas, no tenia porque contarme. Solo quería entablar una conversación con ella sin que fuese forzosa. Me diriji a mi silla y me dispuse a seguir coloreando el dibujo que terminé anteriormente.
Teníamos 7 horas y media de clase, y llevábamos 5, se me estaba haciendo eterna la mañana. Después de eso, teníamos un tiempo de media hora donde podíamos hacer lo que quisiéramos. Yo como siempre, cogí mi comida de mi taquilla y me dirigí a los bancos del patio. Se estaba realmente bien. Además el sol daba algo de calorcito, eso estaba aún mejor. Me tumbe en la yerba, en serio, cualquiera que me viera pensaría que estaba loca, pero dios que gustazo.
Note como alguien se sentó a mi lado y me tocó la pierna. Mire a mi derecha y estaba Natalia, aun que no me miraba. ¿Ahora quería hablar?
- Perdón por lo de antes -jugaba con su piercing.-, no quería que te molestaras, solo no creí que te importaran mis cosas.
- Quería entablar una conversación contigo, nada más. Así un día, cuando quedemos para agradecerte lo del otro día, no sea tan rato e incómodo. -le sonreí.
- Me alegro, creo...
Me senté y la intenté mirar a la cara. Pero ella me evitaba.
- Natalia, ¿qué pasa? Hoy esta realmente rara. -hice que me mirara.
Puse mis manos en su cara y se la gira a mi dirección. Entonces lo tenia un gran moretón en el ojo, y apenas podía abrirlo. Dios. Tenía una pinta muy rara. Creo que puse una cara realmente de sorpresa o nose, porque ella solo quitó mis manos de su cara y se iba a ir.
- Natalia... ¿Qué ha pasado? ¿Quién te ha hecho eso? -agarre su muñeca, se soltó rápido, pero le pedí que se quedara. Ella negó.- Estoy aquí para escucharte, ¿vale?
- Me caí y me golpee el ojo contra la manilla de la puerta. -empezó a jugar con el piercing, no era del todo verdad.
- Bueno...
- ¿Estas segura de que estas bien?
- Alguien me pregunta eso una vez más y me
largo a llorar. -confesó- ¿Qué ha pasado?
- Problemas... -al parecer no quería hablar del
tema.- ¿Te parece bien si mañana quedamos sobre las siete? -me sonrió y asintió
- A no ser que me surja algo de último momento, me parece perfecto.
Se quedó ahí, observando el al rededor; al parecer le gustaba observar las cosas. Yo termine mi sandwich, ella su zumo y cuando era la hora nos dirigimos para dentro.
Narra Natalia:
La mañana fue todo perfecto. La verdad, estuvo agradable el poder conversar con alguien nuevo. Pero la tarde y fue a peor. Al llegar, Pol me esperaba en la puerta, encima estaba borracho. Me pidió el móvil, ¿para qué? porque supuestamente le escondía algo, y la verdad es que nada. No se porque pensaba que yo le sería infiel. No entendía ese comportamiento hacia mi. Después de eso, lanzó y rompió mi móvil para que no pudiera conversar con mi supuesto amante. Que si quería usar el móvil se lo pidiera a él decía. Dios, mi móvil. Me había costado muchas horas de trabajo, lo trataba como mi bebe y lo había roto en apenas unos segundos. Eso me enfureció mucho. Le mande a tomar vientos y le dije que me dejara en paz. A él no le gustó mi actitud por lo que, me metió a mi casa y me uso como saco de boxeo. Al parecer no se quedó a gusto con lo del día anterior.
Aquello a penas fue el comienzo de un infierno. Cada día la cosa iba a peor. En serio, aquello ya no era una relación. Se pasaba mucho conmigo, y yo ya no le decía nada de nada. Venia borracho de madrugada y me golpeaba por aburrimiento. Más de una vez quise dejarle pero cuando lo intentaba solo empeoraba las cosas que hacía. En clase no decía nada sobre ese tema, aprendí a llevarlo conmigo, como si nada pasara. Pero esto es adelantarnos a los hechos.
El próximo día, falte a clase, a penas podía moverme, pero eso sí, avise a Alba de que por la tarde no iba a faltar a nuestro encuentro. No se de donde había sacado la fuerza de voluntad o las ganas de salir de casa pero lo hice. Me vestí con unos pantalones vaqueros largos, una sudadera ancha y larga y por dentro un top con cuello alto. No quería que se viera ni que se notara ninguna de las marcas ni nada por el estilo. Y exacto, algo de cuello alto ya que tenía sus manos impresas, en color morado y rojo, en mi cuello. Estuvimos casi tres horas hablando, contando anécdotas, riendo, etc. Hacia tiempo que no lo pasaba tan bien con alguien jamás. En serio. Parecía que nos conociéramos hace mucho tiempo. Y además de eso, cuando yo hablaba ella me prestaba atención y viceversa. Hacia tiempo también que nadie me escuchaba completamente.
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Fallas En La Vida (Albalia)
FanfictionNatalia, una chica, con una vida 'simple' a primera vistas, pero con muchos, demasiados, problemas tras la fachada. Edad: 19 años. Sexualidad: Ella cree que heterosexual, pero a veces duda demasiado. Estado: Con pareja. Amistades: Bastantes. Alba, u...