Narra Alba:
Era la mañana de Navidad. Había estado trabajando todos los días de los ultimos meses. Era dificil mantenerse por uno mismo. He de aceptar que era un trbajo bien pagado, pero costaba ser constante. Me cansaba mucho el hecho de ir a clase de lunes a viernes por la mañana. A penas tenía tiempo de comer y sobre las 16-16:30 me dirigía a mi trabajo. De allí salía a las 21:30. Tras eso, tenía 40 minutos largos de viaje a casa y porfin veía a mi pequeña. Le preparaba y le daba de cenar. Jugaba con ella hasta que se durmiese. Y para finalizar el día, cenaba mientras hacía los trabajos de la Uni. Era agotador el día, pero al menos, los martes y los domingos no tenía que trbajar y tenía mas tiempo para mi misma y para mi hija.
Hoy, como era festivo, me daban el día libre. Asi que sobre las 17 de la tarde, a decir verdad, la pequeña se había portado realmente bien. Asi que prepare a Marina, es decir, mi bebe; para salir a dar una vuelta. La metí en su sillita, le puse una mantita para que no tuviera frio y un peluche nuevo que optubo como regalo de Navidad. A pesar de tener casi dos años, le gustaba ser mimada, y la verdad, me gustaba mimarla. He de confesar algo, al principio, lo de ser madre era demasiado jodido, ecesitaba de muchos, pero muchos cuidados, tambien necesitaba de mucha atención. A parte, sumemosle, que estaba repitiendo segundo debachiller. No repetía por haber suspendido, sino porque no llegaba a la nota que necesitaba para una beca. Asi que eso hizo que todo fuera más complicado. Pero a pesar de eso, conseguí salir adelante. Conseguí la beca, una casa para ambas, un trabajo estable. Estaba en un momento realmente bueno.
Al salir, un viento frio llegó a nosotras; al menos estabamos bien tapadas. Creo que Marina no se estaba enterando de nada, ya que en poco tiempo se queda dormida. Era reamente muy mona. Fuimos a una plaza, no muy lejana de allí. Compre un cafe calentito para mí. Acabe sentada en uno de los bancos de aquella plaza, tomando mi cafe. Ví a Maria y a Marta, a lo lejos, sentadas en una cafeteria. Creo que sería buena idea acercarme a saludar. Me levante, me acerqeue a ellas, arrastrando el carrito conmigo. Creo que ellas me vieron ya que chillaron mi nombre en modo de saludo.
- ¡Ey Alba! -esa era Marta, me acerque
- Hola chicas, ¿qué tal? ¿cómo van las vacaciones?
- Pues como veras estamos aquí asi que aburridas -ambas miraron a la sillita, yo cogí a mi pequeña en brazos. No se si estaban o flipando o juzgando pero pensemos en positivo.-. ¿Quién es?
- Mi hija, Marina. -la pegue más a mi, la rodee bien con un bracito. Las mire. Vi a ambas flipando. No se porque siempre tenían la misma reacción. No es para tanto.
- Wow. Tienes una hija -dijo Marta. Ambas quedaron boquiabiertas. Yo asentí-. ¿Y cómo lo llevas? ¿No es difícil?
- Ahora no tanto, los primeros tres meses fueron los más difíciles.
- Wow. -solo dijo eso Maria.
A ver, no entendía porque reaccionaban tan de sorpresa, si me seguían en Instagram. Allí subía fotos de ella y mías, ambas juntas. Se suponía que deberían de intuirlo. Pero bueno, supongo que tampoco pensarían que yo podría tener una hija. Vi como ambas, hablaban por lo bajito y miraban algo en el móvil. Me empezaba a sentir incómoda, ahí empezaba a sobrar. Creo que se escucharon mis pensamiento ya que poco tiempo después, se acercaron un par de personas a ellas y sabía que era mi hora de irme. Cogí bien en brazos a mi bebé y llevé el carrito hasta otra plaza. Algo más lejana. Me senté en otro banco. La puse sentada sobre mis piernas y juega a con ella. Ella reía y sonreía mucho, ese era mi motivo de vivir. Ver eso me alegraba muchísimo el corazón. Ella era el único motivo por el cual vivía.
Cuando se fue haciendo de noche, metí a mi granuja en el carrito. La tape bien bien con las mantas y en poco tiempo cayó rendida. Era una monada. Fuimos hasta casa. De vez en cuando acariciaba su carita, a lo que ella, aún estando dormida, se pegaba más a mi manita y sonreía. Joder. No podía ser más feliz en el mundo. No podía tener más suerte con ella. Al llegar a casa, le cambié la ropita, la acosté en su cunita y fui a prepararle su comida. Sabía que, en media hora o así lloraría por hambre, ella era muy puntual con el horario de su comida,m. No se como lo hacía, pero no aceptaba alimentarse minutos antes, a pesar de no tener reloj siempre tenía que ser a la misma hora o no estaba a gusto. Como dije previamente, sobre las 21, "lloro", entre comillas ya que solo se quejaba. Me acerqué a ella, la cogí en brazos y le dí de comer. Cuando quedo satisfecha, le saque los aires, la tumbe en la cuna nuevamente, la arrope bien, para que no hubiera nada de frío y la mecí hasta que se durmiera. En pocos minutos el sueño la ganó. Yo me cambié de ropa y vi una serie, e hice lo de bastantes noches. Cuando eran como la 1am, me cambié de ropa, me puse un pijama. Fui a ver cómo estaba Marina, comprobé que todo estuviera correcto. Volví a mi habitación, me metí en mi cama, me tape bien con las sábanas, hasta arriba; y caí rendida en muy poco tiempo. En serio, a penas fueron segundos o pocos minutos lo que tarde en dormirme. Al parecer, estaba agotada.
A la mañana siguiente, fue como todas las demás, estuve en casita, únicamente salí a comprar algo. Pase toda la mañana con mi bebé hasta que se hizo la hora de que me fuera. Eso ya era por la tarde. No quería. Lo que yo quería era quedarme en casita, tumbada en la cama con Marina a mi lado, pero para poder tener esa cama, tenía que trabajar. Así que, me puse ropa calentita y salí camino al trabajo.
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Fallas En La Vida (Albalia)
FanfictionNatalia, una chica, con una vida 'simple' a primera vistas, pero con muchos, demasiados, problemas tras la fachada. Edad: 19 años. Sexualidad: Ella cree que heterosexual, pero a veces duda demasiado. Estado: Con pareja. Amistades: Bastantes. Alba, u...