Me resulta un sueño .

6 1 1
                                    

Lucas se despidió y se fue, entre al departamento. Sam ya descansaba, me duché, me puse mi pijama. Mi celular sonó haciéndome saltar del susto era un mensaje de texto de Christian. (Espero estés descansando cariño, sueña conmigo.). Reí al leer su absurdo mensaje.
(Engreído descansa), respondí. Me acosté junto a Sam.

-Hola cariño. Saludó Christian al verme.
-Pasa. Ordenó. Tomándome de la mano. Observe la presencia de una mujer en la sala, era más alta que yo, con ojos azules, era muy bonita, con camisa azul que resaltaba sus ojos, llevaba una pollera tuvo color negro. Cariño ella es Josefina. extendí mi mano. -Josefina ella es Rosie. ambas
estrechamos la mano, ella reflejaba calma en su semblante. Yo le sonreí, aunque al principio me asuste.
-Mucho gusto. Dije.
-Josefina es mi secretaria. Sonaba
burlón Christian, al notar la mueca que había hecho al principio sin saber que, hacía una mujer en su sala.
-Yo limpié, mientras Christian y Josefina ojeaban unos papeles, no me quise entrometer, ya que ni siquiera
sabía en que trabajaba Christian. Pasado un instante Josefina sé retiró del departamento.
-Cariño, deja de limpiar. Ordeno caminando hacía mí.
-Para eso me pagan Christian debo limpiar. Lo regañe.
-Soy tu jefe verdad. Ya se podía notar la sonrisa juguetona que tenía.
-SI. Respondí, aunque dude por un momento, su mueca me pareció totalmente bonita.
-Entonces te ordeno que dejes de limpiar. Insistió, besando mis labios. -Salgamos. Lanzo de repente.
- A donde quieres ir Christian? Masculle, observando, sabía que algo se tenía entre manos.
-Vamos a buscar a Sam al colegio. Y vamos de picnic.
Sabía que ya había pensado un plan, no era él mismo si las cosas no le salían bien. No sabía si aceptar o no, pero termine por aceptar. Llame a Margarita y le avise que
pasaríamos a buscar a Sam, ella acepto feliz, y dijo que iría a la casa de Pablo. Margarita había dejado el trabajo
en el bar ya que un cliente le falto el respeto, y Pablo estuvo de acuerdo con que deje. Él era un inversionista en una empresa, se notaba que amaba a Margarita
siempre se los veía felices, había insistido a Margarita para que se fuera a vivir con él pero ella no quizo aceptar al menos por ahora.
-Espera cariño que me preparo. Dejó un beso en mis labios y se encaminó a su habitación. Los jogging y sus remeras pegadas al cuerpo lo hacían ver un atleta.
Salimos del departamento y fuimos a una tienda, era algo como una juguetería, era extraña, pero Christian compro una pelota.
-Una pelota? Pregunte perdida sin saber para qué.
-Si cariño, para jugar con Sam. Su respuesta hizo que casi me derritiera de amor. Compramos otras cosas, me hizo reír cuando compro la manta roja, era como pedirle a un artista que dibuje el picnic perfecto. -Quieres algo cariño. Tomo mis manos para mi sorpresa.
-No Christian, tranquilo. Susurre. Él hizo una mueca de desagrado, de donde sacaba tanto dinero este hombre, acaso tenía una maquinita en el bolsillo, o llevaba en si un
cajero. Me pareció extraño que me besará o tomará de la mano en público, yo era su empleada, pero a él eso no le importaba.
-Christian? No quería preguntar esto, pero lo debía hacer y sentí que éste era el momento.
-Si cariño, que sucede. Nos paramos en el camino y él aun tomando mi mano se giró, para mirarme.
-Y Tania.?. Por fin me había animado, eso me daba vueltas la cabeza.
-Cariño, ya te dije, Tania es una amiga, que si es verdad tuvimos algo en el pasado, y estuvimos algunas veces juntos, pero solo fue cosa del momento ella no significa nada para mi. Sonaba sincero, beso mi frente y yo le sonreí en aprobación, si le creía porque antes ya me lo había tratado de explicar.
Fuimos en busca de Sam al colegio, pero jamás le dije la dirección del colegio aun así llegamos. Capaz Sam le había comentado.

-Mami. Corrió, hacía mí el pequeño.
-Christian.... Ahora corrió hacía él
-Eh pequeño cuanta fuerza. Alabó Christian, mientras le hacía algunas cosquillas, él niño no las aguanto y hecho a reír. -Te tenemos una sorpresa. Dejó  de
hacerle cosquillas.- Mami y yo te llevaremos de picnic. Cuando termino la frase una sonrisa se dibujó, en sus labios y allí quedó.
-Si, si. Gritaba Sam, mientras daba
saltos alrededor de Christian. La maestra que aun aguardaba con algunos alumnos se despidió con un leve movimiento de mano, le respondí con una sonrisa, y los
tres subimos al auto. Sam amaba los autos creo que jamás se cansaría de admirarlo. Nos fuimos a un inmenso y hermoso parque verde y espacioso con muchas
personas.
-Sam quieres jugar. Invito Christian al niño, con la pelota que hace un instante había comprado.
-Es muy linda. Sam tomo la pelota entre sus manos y la observo.
-Es tuya pequeño. Christian le hablaba mientras Sam aun admiraba el círculo rojo que tenía en las manos.
-Gracias Christian. Hablo asomándose mientras Christian se arrodillo para poder recibir bien el abrazo del niño.- Vamos. Apuro Sam a Christian.
-Rosie toma. Extendió, su mano con la llave del auto hacía mí.
-Para qué?. Pregunté aun sin tomarlas
-Saca lo que necesites para armar el picnic. Las deposito en mi mano y se marchó.

Siempre juntos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora