3.

9.7K 944 151
                                    

Bakugo apago el motor del auto, abrió la puerta de su lado y salio, camino hacia el lado del copiloto escuchando el viento agitado de la noche golpear las hojas sueltas de los árboles.

- deku

Izuku abrió su mirada cansada, sintiendo como su esposo le ayudaba retirando el cinturón de seguridad que lo mantuvo sujeto a su asiento todo el camino.

- llegamos, nerd

Izuku lo miró, algo confundido.

- lo siento, kacchan
- porqué?
- me quedé dormido

Bakugo sonrió, inevitablemente, la disculpa sin sentido que acaba de escuchar fue tierna, demasiado. Besó su frente.

Lo ayudó a bajar del auto y instintivamente se puso del lado de donde venía el viento para que izuku no lo sintiera.

Abrió la puerta de casa después de sacar las llaves, después de tres días fuera de ella.

- aún no vayas a la cama, nerd, preparare algo para cenar, hoy solo comimos el almuerzo

El de ojos verdes asintió adormilado, dejó que bakugo fuera hacia la cocina mientras el se concentraba en cambiarse a su pijama, poco después fue con su esposo y lleno dos tazas con agua caliente.

- mañana a que hora te iras kacchan?
- tengo que ir a la oficina a las antes de las ocho
- despiértame antes de irte, quiero despedirme de ti

Katsuki lo miro con disimulo, por obvias razones no lo iba a levantar, prefería dejarlo dormir, sabe que de los dos, es el él que está más cansado.

- quieres té o café, kacchan?
- café, tu toma té, lo sabes, no?
- kacchan, hace meses que no tomo café, la doctora me recomendó no hacerlo hace mucho tiempo

- lo siento, no lo recuerdo

Izuku rio.

- porqué el, lo siento?
- bueno.. tu
- esta bien kacchan, de cualquier forma nunca me gustó demasiado

Bakugo soltó un "de acuerdo" aún sabiendo que era la bebida favorita de izuku de todas las mañanas.

Katsuki llevó los dos platos a la mesa, ayudó a izuku a llevar las tazas con líquido caliente y se sentaron uno frente a otro en su comedor.

Parecía un día normal, a pesar de que horas antes salieron de la clínica con su posible bebé. Saben, de experiencia ya, que alardear o pensar sólo en eso no era bueno, por eso no hubo lágrimas de felicidad o regalos tiernos de apoyo, sabían que se necesitaban sólo el uno al otro, con la misma simpleza de siempre.

Por eso, después de unos minutos y después de lavarse los dientes mientras se veían de manera divertida, apagaron las luces y se acostaron sobre aquella suave y cálida cama.

Durmiendose a los minutos.

Ya en la mañana, cuando del exterior no se escuchaba más que el canto suave de los pájaros, izuku abrió su mirada.

Despertó gracias a un dolor ya conocido en su vientre, un pinchazo molesto que duraba algunos segundos, izuku cerró sus ojos con fuerza y soltó un suspiro cansado de su boca mientras se hacía bolita entre las cobijas abrazando su estómago.

Segundos después abrió su mirada de nuevo, giro hacia su lado, fue cuando cayó en cuenta de que Bakugo ya se había ido.

Izuku suspiro una vez más y se sentó sobre su colchón.

En Espera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora