8.

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Lo tenía entre sus brazos, ambos sentados en la sala, eran las cuatro de la mañana y ninguno dormía, izuku lloraba mientras se aferraba con su débil fuerza al cuello de Bakugo.

Habían pasado cinco días, optaron por contratar una enfermera de tiempo completo, una castaña que iba todos los días, todo para que izuku estuviera bien, pero nada lo estaba. Tal vez los dolores de izuku no eran tan fuertes, tal vez en una persona sana y normal bastaría con un día de descanso, pero en izuku, en él, que llevaba consigo el cuerpo más débil por crear una vida dentro suyo, era lo peor.

Tomaba varias pastillas diariamente, le daban inyecciones con medicamento y intravenosas con suero, en vez de subir de peso parecía bajar y hasta el soplido de aire más tenue lo hacía enfermar.

Ese día parecía haberse rendido ante sus "estoy bien" que decía siempre, ahora lo mostraba con quejidos y lágrimas, prefería hacerlo a solas, pero Bakugo lo terminó descubriendo, razón por la que ahora trataba de calmarlo.

- te sientes mejor?
- estoy cansado, quiero dormir, porqué no puedo dormir kacchan? - soltó entre sollozos, lloraba cómo si fuera un niño pequeño al que habían lastimado.

Bakugo suspiro pasando su mano sobre la espalda de Izuku. El también quería dormir, no sabe cómo le hacía últimamente para levantarse si llevaba semanas sin descansar, lo abrazo con un poco más de fuerza y le dio un beso sobre sus labios húmedos por lágrimas.

- trata de dormir, yo voy a vigilar que nada pase deku, te voy a cuidar.

Izuku enternecido acercó su frente a la de Bakugo y la frotó mientras soltaba una débil risa para convencerse a dejar de llorar.

- también duerme kacchan.

Dijo esto y se acercó al hombro de su esposo para recostar su cabeza mientras aún lo abrazaba, parecía negarse a separarse de Bakugo.

El de ojos rojos se acomodó sobre el respaldo del sofá con izuku y cerró los ojos, continuó pasando su mano sobre su espalda, una y otra vez, con delicadeza, con cariño y con calidez, así hasta que se quedó dormido, solo dos horas más hasta que sonó su alarma, tenía que ir a trabajar.

Abrió los ojos mirando el techo, aún sostenía a izuku así que se levantó del sofá y lo llevó hacia el cuarto, su esposo parecía profundamente dormido, se veía tierno y a la vez agotado, no lo quería despertar y la enfermera llegaría solo en una hora más así que deposito un beso sobre sus labios y después de cambiarse salió de casa.

Eran cerca de las nueve cuando izuku se despertó, abrazaba su almohada, miró hacia su lado y no vio a Bakugo, igual que todas las mañanas, escucho un ruido provenir de la cocina y supo que la enfermera ya estaba preparando el desayuno, después de unos minutos entró la castaña con la bandeja de comida.

- buenos días izu, cómo te sientes hoy?

El de ojos verdes le sonrió con tristeza mientras se sentaba y se acomodaba sobre el respaldo.

- de nuevo no deje dormir a kacchan, nunca lo dejo descansar.. y él trabaja todos los días - dijo esto con la voz quebrada, como si estuviera a nada de volver a hundirse en lágrimas.

La enfermera castaña dejó la comida a su lado y se acercó a abrazarlo.

- entonces ayer te volviste a sentir mal?, tranquilo, yo puedo intentar arreglar eso, no te sientas culpable

Le dio su comida e intento distraerlo contándole su día, la nueva enfermera parecía nunca parar de hablar, izuku agradecía eso, se sentía menos solo en casa y siempre tenía historias entretenidas que escuchar.

Mientras tanto Bakugo estaba saliendo de su segunda junta, entró a su oficina con un café negro que se tomó solo de un trago para luego arrugar y aplastar el vaso de papel y aventarlo al bote de basura, se sentó detrás de su escritorio y aunque aún no fuera ni medio día encendió un cigarrillo, solo parecía buscar formas para mantenerse despierto, agarro el folder que tenía alado de su lapicero y lo leyó.

- toc toc, puedo pasar?
- ya estás adentro idiota - dijo Bakugo, viendo a su amigo de cabellera rojiza.

- estaba pensando que hace mucho no vamos por unos tragos, que opinas de ir hoy?
- no

- ni siquiera lo pensaste dos segundos bro! porqué no?, izuku no es de los que se molesta si llegas tarde a casa -

Bakugo lo escucho y separó la vista de su folder para ver furiosamente a kirishima.

- aparte últimamente te ves más gruñón
- cállate
- porqué estás molesto?

El rubio soltó un suspiro y frotó sus ojos.

- solo estoy cansado
- eso es obvio, tus ojeras superan a las de shinso del departamento de contabilidad

Bakugo rio.

- no me compares con el jodido emo
- anda, vamos a tomar hoy
- tengo que llegar rápido a casa, ve con alguien más
- no hay nadie más, todos me dicen lo mismo que tú
- entonces deberías buscarte a alguien que te haga llegar rápido a casa
- no necesito a nadie, disfruto mi soltería

Bakugo continuó leyendo como si ignorara lo último que dijo, era obvio que su amigo necesitaba a alguien, pero también era sabido que prefería cosas de solo una noche.

- mañana voy a faltar
- que?! no!! me niego bakubro, porqué siempre faltas?
- tengo cosas que hacer idiota

El día continuó su curso, el sol se puso sobre las nubes y izuku suspiró antes de tomarse una pastilla más.

- izuku, adivina que día es
mañana? - preguntó animada uraraka mientras sostenía el vaso de agua que le regresaba el de ojos verdes.

- qué día es?
- ¡mañana cumples tres meses!

Izuku la miró, le sonrió mientras se levantaba del comedor, caminó hacia el cuarto y se detuvo antes de cerrar la puerta.

- ya te tienes que ir verdad?, solo deja los trastes ahí, yo los haré luego

Y cerró la puerta, la enfermera se mostró un poco confundida, dejó el vaso en el comedor y se acercó a su bolso.

- dije algo malo? - se preguntaba mientras se acercaba a la puerta y salía.



















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En Espera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora