Capítulo Cinco.—¿Ahora te gusta el estilo tumblr o...?—la pregunta de Dylan no me sorprende, de hecho, ya esperaba que me hiciera un interrogatorio.
—No.
—¿Eso que huele es colonia de hombre?
—Sí—ruedo los ojos. El estaciona y gira sobre su asiento para mirarme con sorpresa.
—¡¿Qué?! —la observa detallandola—Es la camisa de un hombre—se cruza de brazos —Ok, ahora necesito una explicación.
Suelto un suspiro cansado—No es nada extraño solo... —
—¿Que no es nada extraño?—me mira incrédulo—En la universidad no llevabas esa camisa, además tu no sueles vestir de esa forma, ¡y huele a hombre! ¡Por Dios!
Ok, mi mejor amigo aveces podía ser bastante exagerado.
—No exageres—hundo mis cejas—Es de un chico, su nombre es Chris—
—¿Te metiste con el?—pregunta dudoso.
—¿Qué? ¡No!—suspiro frustrada—Es un chico que trabaja en centro comercial, derramó mi batido de chocolate sobre mi blusa, fue un accidente, se ofreció a prestarme su camisa porque la mía era un total desastre—le muestro mi blusa manchada, el parece comprender.
—Oh...
—Sí, estúpido—ruedo mis ojos, me cruzo de brazos observando que estamos frente a una casa gigantesca y hermosa de ventanas victorianas, un jardín bien cuidado y precioso ¿de quien es esta casa?—Wow...¿Donde estamos?
—En la fiesta, Dah.
Le doy una mirada asesina—No me digas—vuelvo a mirar por la ventana y veo a algunas personas en el patio conversando y tomando, una música proviene de adentro y puedo divisar a bastantes personas dentro de la casa. La verdad, se escucha un verdadero desorden. Muchos autos estacionados al frente y otros llegando al igual que nosotros—¿De quién es esta fiesta?
—De Diana.
—¿Quién es Diana?
—Una chica que conocí hace unos días, es cool—explica.
—¿Es de la universidad?
—No, ella está en otra—veo a un montón de chicas vestidas para la ocasión, desde vestidos, jeans ajustados y maquillajes geniales y yo.
Pues yo mal vestida con una camisa de hombre y sin una gota de maquillaje, aparte, con una cola alta desordenada. Genial.
—Al menos debiste dejar que me arreglara—hago un mohín.
—Ya eso está arreglado, vamos.
—¿Ah?
Dylan sale del auto y camina hacia la entrada, hago lo mismo y lo sigo. Entramos y caminamos hacia la cocina donde nos encontramos con varias personas, pero una chica pelirroja hermosa de ojos verdes se nos acerca con una sonrisa de oreja a oreja.
—¡Dylan, guapo!—lo abraza.
—Preciosa—le responde el. Observo la escena curiosa. El me mira—Hera, te presento a Diana, la dueña de la fiesta.
Ella me da una mano—Un gusto nena.
—Oh, igualmente—ella sonríe y me mira de arriba a abajo.
—Ven conmigo, necesitas cambiarte—dice con seguridad. Miro a Dylan pero solo me hace señas para que la siga. Lo hago. Ya en una habitación gigantesca y bien decorada, que supongo es la suya, ella saca un vestido negro con tiras y unas botas altas del mismo color.
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El es así.
RomanceHera, sí, como la Diosa Griega, una chica que ama leer y las historias cliché (el chico arrogante y mujeriego que se enamora de la chica tímida e inocente) pero que sabe que eso solo es ficción. Ella jamás se enamoraría de un chico como ese, y lo sa...