Buenas flores!!!!! Estoy planificándome y creo que podré actualizar esta historia cada LUNES - MARTES Y MIÉRCOLES.
No obstante, avisaré por redes si algún día no podré hacerlo, estoy en plena fase de mudanza todo este mes y con un bebé es un poco complicao jejeje, de todos modos voy a intentar estar más activa por redes las próximas semanas y así os voy contando un poco, que la mayoría de veces no lo hago porque siento que os aburro con mi cotidianeidad, jejejePd: Se avecina POV de los protas de mis historias, eso implica también a Alexandre, así que os espero en mi INSTAGRAM!
Siendo sincera, la idea de tener hijos propios como que no iba conmigo, tal vez porque aún era demasiado joven y tenía demasiados planes como para someterme a la responsabilidad y compromiso que requería un niño, pero lo cierto es que adoraba a mis sobrinos, eran mi pasión y siempre que había encontrado un hueco entre mis estudios iba a visitarles.
—¡Adolph!, ¡Elisabeth! —grité colocándome de rodillas en el suelo en cuanto vi a los pequeños en el salón junto a Bohdan, Alexandre y la niñera que tenía a la más pequeña en brazos.
Las dos cabecitas rubias corrieron hasta mis brazos y les cogí a cada lado mientras los chilllidos de tía Adri me robaban el corazón.
Adolph tenía cuatro años, Elisabeth dos y la pequeña Catalina solo era un bebe de apenas un par de meses. Me sorprendió gratamente que pese a ello hubieran decidido venir a pesar de que estaban relativamente cerca.
—Me alegro de verte, Adriana —mencionó con una sonrisa cómplice Bohdan.
—Yo también me alegro cuñadito, aunque preferiría que fuera en otras circunstancias —contesté revolviendo el pelo de Adolph que jugueteaba a esconderse entre mis piernas y su hermana le imitaba.
La niñera se llevó a los pequeños, no antes de que estrujara a la pequeña Caty entre mis brazos y la llenara de besos, después, nos quedamos a solas Bohdan, Celeste, Alexandre y yo sintiendo por alguna razón que aquello se trataba de una encerrona.
—Bohdan y tu hermana están aquí porque han pasado por una situación similar y no solo pueden aconsejarnos como afrontar a la prensa, sino también como apoyo para avalar que nuestro matrimonio es real.
—Que de real solo tiene la legalidad, nada más —agregué cruzándome de brazos.
Alexandre asintió y todos tomamos asiento mientras servían el desayuno en aquel saloncito.
—Para que a mi me quede claro. ¿Vais a decir que el matrimonio es real, que os amáis?
—Así es —contestó firmemente Alexandre.
—Supongo que lo mejor en este caso es confirmar que teníamos constancia de ello —aclaró Bohdan—. De ese modo nadie podrá sospechar que no es cierto.
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De Plebeya a Reina
HumorSoy la antítesis del protocolo. El ejemplo perfecto de la incorrección. La asombrosa falta de compromiso. Y no creo en el amor... Ahora me pregunto yo, ¿Quien narices me manda a mi meterme en semejante berenjenal?