El puerto se extendía ante mí, familiar pero cargado de una tensión que apenas podía soportar. Cada paso que daba resonaba en mis oídos como el eco de un pasado que preferiría olvidar.
Cada paso que daba resonaba en mis oídos con una intensidad insoportable. Cada sonido, cada crujido bajo mis pies, parecía traer consigo un eco del pasado, un recordatorio constante de las decisiones que me habían llevado hasta ese punto. Deseaba con toda mi alma poder escapar de esa prisión de recuerdos, pero el puerto me envolvía con sus brazos invisibles, impidiendo cualquier intento de huida.
El olor a sal y a pescado fresco se mezclaba con el aroma a incertidumbre que flotaba en el aire. Mis manos temblaban ligeramente mientras avanzaba, mi mente luchando por mantenerse enfocada en el presente y no dejarse arrastrar por los remolinos del pasado. Sin embargo, cada edificio, cada callejón, parecía susurrar mi nombre, recordándome quién era y de dónde venía.
Me detuve un momento, cerrando los ojos con fuerza y tratando de encontrar la calma en medio de la tormenta de emociones que me envolvía. Pero incluso con los ojos cerrados, podía sentir la presión constante de los recuerdos, apretándose contra mi pecho como un puño de hierro.
Respiré profundamente, tratando de llenar mis pulmones con aire fresco y liberar mi mente de las cadenas del pasado. Sabía que no podía permitir que esos recuerdos me consumieran, no ahora que estaba tan cerca de mi objetivo. Con determinación renovada, continué avanzando por el puerto, cada paso más firme que el anterior, dispuesta a enfrentar lo que fuera necesario para alcanzar la libertad que tanto anhelaba.
Mientras la tensión se espesaba en el puerto, mi mente inevitablemente se volvía hacia Reiko, mi hermana mayor, y la oscura historia que la rodeaba. Su recuerdo pesaba sobre mí como una losa, trayendo consigo una mezcla de dolor y determinación.
Reiko era más que una hermana para mí; era mi confidente, mi protectora y, en muchos sentidos, mi única familia. Pero su corta vida había sido marcada por tragedias y decisiones difíciles, dejando cicatrices invisibles que nunca sanarían por completo.
El sonido repentino de la puerta abriéndose me sacó de mis pensamientos, y me encontré cara a cara con Zuko, su mirada llena de preocupación. Su preocupación era palpable, como una tormenta que amenazaba con desatarse en cualquier momento. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho mientras observaba cómo Zuko se acercaba, sus ojos buscando los míos en busca de respuestas que aún no tenía.
—¿Estás bien, Min? —preguntó Zuko, su voz llena de preocupación—. Parecías distante.
Tragué saliva, tratando de ordenar mis pensamientos mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas. La presencia de la nave de Zhao era como una espada sobre nuestras cabezas, y cada momento que pasaba aumentaba el peligro que enfrentábamos.
—Estoy bien, Zuko —respondí finalmente, forzando una sonrisa que esperaba fuera suficiente para calmar sus preocupaciones—. Solo estaba recordando cosas del pasado.
Zuko asintió con comprensión, pero su expresión seguía siendo seria, como si pudiera percibir la tormenta que se avecinaba en el horizonte. Me acerqué a él, deseando poder encontrar consuelo en su presencia, pero la sombra de la amenaza de Zhao se interponía entre nosotros como un muro infranqueable.
—La nave de Zhao está cerca —murmuré, desviando la mirada hacia la ventana que daba al puerto—. No podemos permitirnos bajar la guardia.
Zuko asintió solemnemente, su mandíbula tensa mientras contemplaba la nave en la distancia. Sabía que estaba luchando con sus propios demonios internos, sus propios fantasmas del pasado que amenazaban con consumirlo. Pero en ese momento, éramos aliados en una lucha común, enfrentando un enemigo que no conocía la compasión ni la misericordia.
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;;⚘ ❝𝐌𝐢𝐧𝐚𝐫𝐢❞ ◌ ⁺ ˖˚ Prince Zuko
ФанфикшнLa Luna y El Sol. Cuando el Sol y la Luna se encontraron por primera vez, se apasionaron perdidamente y a partir de ahí comenzaron a vivir un gran amor. Sucede que el mundo aun no existía y el día que Dios decidió crearlo, les dio entonces un toque...
