Matt peino sus cabellos, se ajustó el traje y antes de entrar por la puerta corrediza respiró profundo. Después de casi dos meses buscando empleo esta entrevista era la última oportunidad para trabajar con un vehículo aéreo, no era la gran cosa, el puesto de piloto de un helicóptero noticioso jamás se compararía a la velocidad de un avión militar, por hacer una comparación diría que era como conducir un camión de helados por la avenida, cuando él estaba acostumbrado a correr en la Formula1. Pero tampoco iba a quejarse. Era un empleo con horario fijo y sin mayores riesgos. Uno que le permitiría llegar a casa a las siete de la noche para cenar con Tai, con descanso el fin de semana y un sueldo que, si bien no era una maravilla, era lo suficiente para sustentar sus gastos, darse uno que otro lujo y ahorrar para su vejes.
Pero por sobre todo le regresaría un poco de dignidad a su Alfa, el cual estaba molesto y algo indignado por el hecho de tener que depender de su Omega para tener un techo sobre su cabeza y comida en el estómago.
Y aunque Matt estaba bien con todo eso, porque para él esta situación podría invertirse en el futuro, su Alfa al parecer se sentía ofendido. Yamato estaba acostumbrado a luchar contra sus instintos Alfa, no es que se negara a ellos, más bien era porque muchas veces su parte Alfa deseaba forzarlo a actuar como un verdadero cavernícola, y era esa actitud la que más despreciaba.
Durante su carrera militar le había tocado participar en algunas incursiones, entre ellas las más relevantes eran las que tenían que ver con el tráfico o trato ilegal de Omegas masculinos. Era verdaderamente lamentable qué con todo el avance tecnológico, medico y social, mantuviera vivo aquel desprecio injustificado, y la casi inexistente empatía a un Omega solo por haber nacido varón.
Se avergonzaba de los Alfa y su deseo de poder, como si someter a un Omega masculino los hiciera mejores, los convirtiera en alguien superior. Y si pensaba eso cuando su amor platónico era otro Alfa, ahora que ese mismo amor se presentaba como Omega, sentía que no podría soportar mirar como despreciaban a un Omega sin que la necesidad de intervenir lo metiera en problemas. Por eso fue mejor dejar atrás ese empleo.
―¿En qué puedo ayudarlo? ―preguntó amablemente la recepcionista.
―Estoy aquí por una entrevista ―informó Matt, luego al ver que ella parecía no saber de lo que hablaba, especifico. ―Me informaron que necesitaban un piloto ―dijo intentando que su voz sonara firme y no como si estuviera a punto de disculparse por el error y salir de ahí.
―¡Oh! ―exclamó ella y luego sonrió. ―Sí. No supe de inmediato de que hablaba porque su entrevista no es aquí. Lo están esperando en la parte trasera, en donde se guardan los vehículos, sube las escaleras y en la azotea esta quien le hará la prueba.
Ella tuvo la amabilidad de indicarle el camino más rápido, además de llamar a vigilancia para que informara que había llegado, para que el entrevistador no se retirara al pensar, por la hora, que no se había presentado.
Matt agradeció sentidamente y salió a toda prisa, ya iba con varios minutos de retraso.
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Alfa
FanfictionNo hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente. Frase de Virginia Woolf, escritora británica.