Una voz de consciencia

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- Aquí está el almuerzo, mi lady - le dice una doncella a Delfia sacándola de su trance.

- Si, gracias - le dice Delfia mientras se agachaba para seguir recogiendo las piezas de un jarrón, la doncella asiente frunce el ceño.

- Mi lady le puedo ayudar... -

- No, no gracias, yo me encargo - le dice Delfia y la mira - Puedes irte si quieres - le dice y la doncella asiente de nuevo.

- Entendido - le dice la doncella y sale de lugar.

Delfia suspira y sigue limpiando el desastre que el hombre había hecho, ya había barrido los trozos de madera de la mesa totalmente rota, había también recogido dos jarrones de vino y un jarrón de cerámica que para ella era caro.

Estaba por cambiar las pieles de la roca cuando una figura entró en la carpa.

- Al parecer el rey se encontraba enojado - dice Annea mirando el lugar y Delfia baja la mirada sin contestarle - Contesta niña - le ordena y la castaña lo mira.

- Si, tal parece que si - le dice Delfia y tira las pieles a un lado dobladas, estás estaban rasgadas y destruidas. Más tarde lar coseria.

- Me temo que ahora serás la doncella de limpieza - dice y patea una bolsa de lona donde habían unos escombros de la mesa, haciendo que estás salieran y Delfia tensó su mandíbula - Es bueno ver que sirves en algo en ves de producirle dolores de cabeza a mi señor - le habla y Delfia suspira.

- Lo siento si mi estadía le molesta - le dice Delfia y siente una mano tomarla con fuerza del rostro, se encontró con los ojos rojos de Annea.

- Te recomiendo que pienses bien tus palabras muñequita, hay que recordarle que aquí eres un trozo de carne rodeada de lobos. En cualquier momento ya no le servirá al rey y serás parte de nosotros. No te hagas la especial - le habla Annea con amenaza.

- Es bueno que ella duerma aquí - dice Raúl entrando a la carpa y Annea deja a Delfia a un lado - Con la protección del rey ella se encuentra alejada de los lobos - le sonríe - Es una suerte que ella esté durmiendo en su mismo techo - le dice haciendo que Annea le duela la cabeza.

La chica demonio camina por su lado chocando su hombro mientras sale de la carpa.

- No le haga caso - le aconseja Raúl - Cuando su aldea fue saqueada por nosotros ella no dudo en entregarse cuando vió al rey asesinar a su novio - le dice.

- Que horror - dice Delfia y Raúl chista.

- El tipo era casado - le dice Raúl y Delfia abre sus ojos como platos con sorpresa - El hombre era su jefe - ríe - Le gusta ser la "chica" del jefe ¿me entiende? - le pregunta y Delfia frunció el ceño no entendiendo lo que le decía - Es tan inocente mi lady - habla y mira el lugar - Veo que está algo limpio ¿lo hizo usted? - le pregunta.

- Si - dice Delfia y Raúl frunce el ceño - Estaba aburrida y lo hacía mucho en mí antiguo hogar - le dice.

- Iré por una doncella para que le ayude - le dice Raúl.

- No es necesario, de verdad - le dice Delfia deteniendo a Raúl.

- Bien, pero le ayudaré. Esto es un desastre - le dice Raúl y comienza a recoger las cosas.

(...)

Cuando la noche cayó aún Delfia se encontraba cosiendo la manta de pieles.

Serafín entró un poco más calmado y vió a Delfia con su manta.

- ¿Qué haces con eso? - le pregunta sonando molesto y Delfia lo miró, error, mientras pasaba la aguja la enterró en su dedo.

- Mierda - susurra Delfia quitando la aguja y dejando el material de lado, chupó su dedo para quitarla sangre - Dioses - dice viendo su dedo donde había un pequeño agujero - Solo estaba cosiendola, está muy rota - le dice y Serafín deja aún lado el Vidente para acercárse a ella.

- La hubieras llevado con las otras mujeres - le dice Serafín.

- Eh estado ocupada hoy, no me quejo - le dice Delfia.

- ¿Haciendo qué? - le pregunta Serafín y Delfia miró el lugar, el peliblanco frunció el ceño y miró el lugar, todo estaba limpio.

- Con ayuda de Raúl, pero yo ya había hecho mucho antes ya - le dice Delfia y baja la mirada para seguir cosiendo.

- ¿Porqué hiciste eso? - le pregunta y Delfia lo mira - Hay sirvientes que podían hacerlo - le dice Serafín.

- Pero quería - dice y vuelve a su tarea - Además e estado aburrida desde que estoy aquí, limpiar fue entretenido - dice Delfia.

- ¿Aburrida? - le pregunta Serafín y se sienta en un taburete que antes era una silla, ríe - Me imagino que antes no lo estabas ¿no? - le pregunta y Delfia lo mira - Me imagino que ser golpeada y sometida a las exigencias de tú padre no te mantenían aburrida - le dice.

- ¿Perdón? - le pregunta Delfia.

- Si - dice Serafín y se levanta - ¿Qué? ¿No te aburrias estando encerrada y siendo golpeada por tú padre? - le pregunta y Delfia se levanta.

- Basta - le pide Delfia.

- ¿Qué? ¿La bisnieta de Acricio pide clemencia para no ser más humillada? - le pregunta Serafín con enojo.

- Ni siquiera conocí a ese hombre... -

- Tal vez no serías está versión barata dolida por la pobreza de los demás - Delfia le frunce el ceño - Siempre viviste como una niña rica, mientras que las demás personas en la Apolis seguían viviendo en su miseria... - Delfia con indignación de lo que Serafín le decía levantó su mano dándole una cachetada.

- No sé cómo fue tú vida. No lo sé porque no fue hacia unos días supe tú nombre - le dice Delfia con el pecho de arriba hacia abajo - Jamás oí de ti pero si tienes algo en contra de "mi familia" te equivocas de persona - dice y respira con pesadez - No conozco a ningún Acricio ni a Episeo. Pero e escuchado toda mi vida que debo de agradecer que halla nacido en esa familia, en una familia donde los halagan por ser ladrones, usureros, asesinos - le dice - ¿crees que me alegra? ¿crees que me siento bendecida por nacer entre criminales? - le pregunta y Serafín alza su mano pero Delfia cierra sus ojos con fuerza mientras ladea su rostro.

Serafín relajó sus facciones y miró su mano, frunció el ceño y bajó lentamente su puño.

- Esa vida de niña rica que dices fue un infierno para mi - le dice Delfia - No tenía amigos ni amigas ya que para mí padre tenía que involucrarme con personas de sociedad - jadea - El próximo mes se supone que íbamos a Roma en un barco, mi padre me iba a vender a un romano rico - sacude su cabeza - Mi padre siempre tuvo planes para mi, y si algún día iba a morir por alguien que odia nuestro linaje de sangre pues bien. Hazlo - le pide y se arrodilla en el suelo mientras un sollozo escapa de sus labios. Estaba muy aterrada.

Serafín retrocedió y bajo la mirada.

- No voy a matarte - le dice y Delfia lo mira - Pero no vuelvas a alzarme la mano si no quieres que eso pase - le advierte.

- ¿E-entonces q-que q-quiere? - le pregunta Delfia.

- Yo - suspira - No se, ni que quiero - le revela sonando frustrado, Delfia le frunce el ceño.

- ¿C-Como...? -

- No hagas preguntas - le ordena y camina por el lugar, suspira - Mañana traerán cosas nuevas, coses para nada - le dice Serafín y Delfia limpia sus mejillas.

- P-Pero h-hoy... -

- Tengo que ir a un lado - dice Serafín y toma el Vidente - No escapes - ordena y sale del lugar.

A lo lejos escuchó el rugido se la Quimera y Delfia se sentó en su cama sintiéndose mentalmente agotada. Frota el lado se su ojo derecho y pasa su mano por su cabello sintiéndose agitada.

Serafín por los cielos miró hacia atrás hacia la carpa, un pequeño pinchazo de culpa lo atravesó pero rápido la quitó para luego perderse entre los cielos.

Linea de sangre #2 《Serafín BLOOD OF ZEUS》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora