No es tan malo...

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La situación era completamente tensa y Serafín tenía un completo lío en su cabeza, no sabía que tanto le había hecho Hera.

Recuerdos diversos de su infancia como un salvaje en aquel bosque lo atormentaban todas las noche y lo despertaba sin dejarlo consolidar el sueño por completo.

Se sentía cansado, abrumado, con dolores de cabeza incesantes y una ira todo el tiempo.

Tuvo que mover a Delfia de su carpa ya que ya no aguantaba el hecho de tenerla cerca, por una extraña razón le daban ganas de ahorcarla. Pero a la vez no quería, jamás había lastimado físicamente a una mujer... excepto a su madre.

Sacudió su cabeza y mojó su rostro con agua, se miró en su reflejo y cerró sus ojos con fuerza cuando una punzada en su cabeza lo hizo gruñir.

Mátala, se que lo quieres... termina tú venganza... y luego iremos por Acricio.

Tomó la vasija y la estrelló contra el suelo rompiendo el balde y mojando la alfombra que había debajo de él.

- Mi señor - escucha detrás de él y trató de normalizar su respiración - ¿Desea algo de desayunar en...? -

- Vete - ordena Serafín.

- Mi señor estoy para servirle... -

- ¡¡Dije que te fueras!! - grita Serafín volteandose encontrándose con Annea - ¡¿No escuchas o que?! - le grita.

- Claro que sí mi señor - dice Annea y se arrodilla lentamente en el suelo mientras deja la bandeja a un lado - Pero lo veo muy alterado y quiero ayudarlo a quitarle el enojo - dice servil y Serafín alzó una ceja.

- ¿Y cómo lo harías? - le pregunta Serafín mientras se acerca a ella.

La chica demonio sonrió y bajó los tirantes de su casi inexistente vestido dejando su pecho desnudo a los ojos del peliblanco. Se detuvo en frente de ella, subió su mano hasta su entrepierna con descaro y Serafín tensó su mandíbula pero se dejó hacer por la chica.

Apartó su toga aún lado y quitó la tela que cubría sus partes prohibidas, de pronto el peliblanco se encontraba con su miembro envuelto al rededor de su boca, llevó sus manos al cabello de la chica que cambió al de un color negro hacia uno blanco como la nieve.

Bajó su mirada y se encontró con el rostro relajado de la chica mientras chupaba con lentitud, hizo una mueca y detuvo la cabeza de la chica desconcertandola.

- ¿Pero que...? -

- Has tú trabajo como se debe, si no te cortaré el cuello si es posible - le amenaza y la chica le sonríe con picardía.

- Entonces ¿porqué no toma el control? - le pregunta y abre lo suficientemente grande su boca.

Serafín sonrió de lado con malicia y enterró su miembro en lo más profundo de su garganta sacándole una arcada.

Delfia se encontraba en su nueva carpa con una sonrisa en su rostro mientras trenzaba el cabello de una niña con tranquilidad.

- Muchas gracias por trenzarme el cabello ¿me dejará hacerlo con el suyo?- le pregunta la niña y Delfia ríe.

- Por su puesto que si - le dice Delfia y Raúl sonrió un poco al verla, habían pasado algunos días donde se convirtió en su escolta. No era tan malo como pensaba que era.

La carpa se abre y una mujer de cabellos castaños entró con una leve sonrisa.

- Hola ¿Mina estás lista? - le pregunta la mujer y Delfia termina de hacer la trenza.

- Si, lista - dice Delfia.

- Pero mami yo iba a trenzarle el cabello - le reprocha la niña.

- Pero mi amor, Lady Delfia debe de estar ocupada - le dice su madre.

Linea de sangre #2 《Serafín BLOOD OF ZEUS》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora