Los hombres de la armada real empezaron a disparar sus cañones hacia nuestro barco.
-Bastardos hijos de...-Empecé a decir hasta que mi padre me cortó con un grito.
-¡Kera! Baja abajo y "protege" a nuestros invitados- Asentí y, aunque molesta porque me quitaran del campo de batalla, baje sin rechistar.
Al verme entrar el principito se levantó.
-Soltadme y no os ocurrirá nada.
-Y un cuerno.
Tape la boca de su compañero de "camarote" con un trapo. Intentó resistirse asi que le dejé insconsciente con un golpe fuerte en la cabeza con la empuñadura de mi espada.
-MI lady por favor, es la única manera de evitar unas muertes innecesarias.
-Cállate-Le espeté- Tú eres igual de ladron y traicionero que esos que nos atacan con sus uniformes. No pienso negociar con gente de tu calaña.
Antes de que pudiera volver a protestar le tape la boca con otro trapo.
-Y ahora silencio.
Me puse en posición defensiva delante de la trampilla.
Justo cuando pensé que todo se había acabado y que mi misión aquí abajo había resultado ser una absurdez llegaron los golpes.
Uno tras otro. Hasta que la cerradura se rompió y descendieron cuatro hombres.
-Coger a esa promiscua ladrona y hacer lo que queráis con ella. Voy a por el principe-Dijo él que parecía el jefe.
Los otros tres se acercaron a mi relamiendose como perros. Peor que perros.
-Si te estas quietecita no sufrirás-Dijo uno de ellos-Suelta ese arma, no queremos que te hagas daño.
Le mire impasible y le atravese el craneo con mi espada antes de que pudiera decir "Ay".
-Perfecto. ¿Quién es el siguiente?
-Maldita zorra-Dijo un tercero mirando el cuerpo de su compañero- Vas a pagar por esto.
Justo en ese momento le quitaron el trapo al principe.
-No la hagáis daño-Oí que decía.
-Su majestad, los hombres llevan días sin compañía, y esta mujerzuela estará acostumbrada.
La rabia me inhundo y de un tajo le corte su ridicula barba.
-No me confundas con tu madre, palurdo- Dije.
-Niña estupida- Empezamos a pelear, y cometí el error de pensar que sería igual de imbécil que el resto de sus hombres. Era mayor y tenía experiencia. Y vi que no tenía posibilidades. Mierda.
Mi espada calló al suelo. Salté lejos del filo de su arma y desenfunde mi daga.
Uno de los hombres me agarró por detras, le pegue un cabezazo en la cabeza, a la altura de la nariz, y , girandome, clave mi daga en su pecho.
Desgraciadamente estaba desarmada.
-Cogela y llevatela al barco.
Y, cuando ya creía que todo estaba perdido, el principito le robo la espada al jefe y se la clavo justo en el corazón.
-He dicho que nadie la iba a tocar.
Él último soldado, de la sorpresa, aflojo el agarre lo suficiente como para poder girarme y asestarle una patada en la entrepierna.
-A acostarte con tu madre desgraciado-Dije- Las mujeres no somos instrumentos para tipos como tu. Que esa sea tu reflexión pre-muerte - Le dije, clavándole su propia espada.
-Eres buena-Dijo el príncipe.
-Y tu no pareces un rastrero miserable.
Sonrió socarrón y algo salto en mi pecho.
-Voy a pedirte una cosa, y que no sirva de precedente-Dije- No pareces como ellos. Y para pagar la deuda de sangre inocente que tienes con nosotros, ayudanos. Y podrás marcharte- Vi algo en sus ojos que me extraño, y alce una ceja- Si quieres claro.
-Tus hombres mataron también- Asentí con indiferencia.
-A tipos como esos-Dije señalando el cuerpo a mis pies.
Él solo asintió.
-De acuerdo.
Recogí mis armas y salimos a la cubierta. Peleamos con los pocos hombres que quedaban en pie.
Mi padre me miró extrañado frunciendo el entrecejo.
Pasaron un par de horas más hasta que todo volvió a la calma.
Entonces mi padre me llamó para que me reuniera con él. Me crucé con Airis por el camino.
-Alguien está metida en un lio...-Dijo mientras me abrazaba. No podía negar que en el fondo me importaba, aunque no pensaba admitirlo.
Vi a lo lejos al príncipe, que nos miraba con algo oscuro en sus ojos.
-Jamás me meteria en un lio sin que tu estuvieras en él "aire"- Dije haciendo un juego de palabras con su nombre.
El simplemente se rió y se alejó.
Llamé a la puerta del camarote de mi padre.
-¿Padre?- Le llamé.
-Pasa Keraia- Mierda, pensé, esto significa problemas. Mi padre jamás me llamaba por mi nombre entero- ¿Por qué demonios está ese principucho suelto por mi barco?
-Padre-Dije muy seria- Evito que dos de sus soldados abusaran de mi. Le dije que si nos ayudaba podría irse, siempre y cuando pagará su deuda de sangre. Lo hizo, y decidió quedarse- Suspiré, volviendo a sentir esa presión en mi pecho- Él no es como ellos.
Mi padre suspiró.
-Le dejaré quedarse si es lo que quiere, y le perdonaré la vida. Siempre y cuando cumplas mis condiciones.
-Dimelas.
-Primero: No quiero verte cerca de él. He visto el mismo brillo en sus ojos que él que ví en los mios cuando conocí a tu madre. El mismo brillo en los tuyos que en los de tu madre. Y no lo voy a permitir. Es peligroso.
Asentí temblorosa. ¿Brillo en mis ojos?¿ Pero qué demonios?
-Segunda-Dije.
-Aceptarás casarte con Airis.
-¿Qué?-Grité- No puedes hacerme pasar la vida con alguien a quien no amo.
-No amas aún. Es tu decisión Kera. O aceptas o el estirado muere.
-Quiero saber su nombre-Dije- Quiero saber con la vida de quien estoy jugando.
Mi padre gruñó.
- Se llama Ajax ¿Aceptas o no?
En multimedia Ajax, Kera y Airis. Sam Claflin, Logan Lerman y Astrid Berges-Frisbey
¿Os los imaginabais de otra manera? Gracias por seguirme y leer me chic@s!!!
(dedicado a elaylaclaudia y a 8isabel8 Gracias por su apoyo!!)
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Contra Corriente
FantasiKera es una pirata. Una brillante pirata deseosa de que su padre, el capitán del barco en el que navegan le de la oportunidad de mostrar su valía. Ella esta totalmente en contra de las reglas que rigen su mundo y quiere hacer algo para cambiarlo, si...