Honeymoon

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Shingeki no Kyojin es propiedad de Hajime Isayama

Día 2: Honeymoon

Rating: M
Pairing: ErenxMikasa
Desclaimer: Semi AU, sexo oral.

Después de la confesión de amor de Mikasa y Eren. Se hospedan en un hotel luego de mentir sobre su estado civil.

Eren corrió por los apretados, oscuros y apestosos callejones de la ciudad de refugiados de Marley. Estos, a diferencia de los que habitaban en las carpas, ya pertenecían a la sociedad, de una manera nefasta y poco salubre pero se encontraba establecidos en viejos y ruines edificios. Buscó uno de esos edificios. Uno que por perspectiva parecía el más viejo y carcomido de todos. Y envió a Mikasa frente a él, su cuerpo se encontraba tenso a pesar de ser un soldado de elite pero nunca había sido enviada a un lugar que emanaba muerte y enfermedad desde cada ladrillo o bloque de cemento que se pisaba.

-¿Dónde estamos? – Preguntó la azabache al detenerse delante de él frente a ese roído lugar. Se hizo para atrás al ver salir a un hombre hinchado del rostro y goteando sangre de la boca. – Eren...

-Es el mejor lugar para estar ahora. – Eren le empujó haciendo que entrara por la puerta oxidada del hostal. – No se les ocurrirá buscarnos aquí. – Susurró en su oído al entrar a la pequeña sala de estar.

Mikasa aseguró su posición evaluando quienes estaban ahí y que sucedía. Se sobresaltó al ver varios hombres, cerca de 5, junto a mujeres de marcada silueta con vestidos que dejaban poco a la imaginación y de poco pudor para con ellos. Ella siguió la unión de su mano con Eren y sintió su rostro arder. ¿Qué pensarán de ellos en aquel lugar?, el joven castaño se acercó a la recepción en donde un hombre gordo, de camiseta blanca y sudada le habló mientras fumaba.

-Una habitación. – Eren colocó una moneda en la mesa y el hombre la tomó. Giró al mueble de atrás y cogió una de las llaves. A punto de entregarlas, recogió su mano. - ¿Qué pasa?

- ¿De dónde es la puta? – Preguntó el hombre señalándola. – Si es del bar de Barry deberías irte a otro lugar. El hombre que acaba de salir fue golpeado por traerla aquí.

-No, ella es...- Vaciló levemente y el hombre arqueó la ceja esperando su respuesta. – Es mi esposa, es nuestra luna de miel. – El hombre soltó una carcajada que inundó toda la habitación llamando la atención momentánea de los que se encontraban en ella.

- Mira niñato, no soy estúpido. ¿Crees que me tragaría que traes a tu esposa a una pocilga como esta? – Evaluó rápidamente a Mikasa y frunció el ceño al evaluar su rostro. – Mierda, es una de esas malditas orientales. Pagaste bien por ella, eh. Ahora entiendo, de esas no hay con Barry. – Le entregó la llave y Eren se la entregó.

-Ve a la habitación, estaré ahí en un momento. – Ella asintió y caminó por el pasillo solitario hacia una habitación que dejaba salir un fuerte olor a humedad.

Al entrar, se deshizo de su pequeña maleta que logró recoger cuando regresaron rápidamente a la casa de los Azumabito para tomar lo necesario y huir. Ella recogió dos mudas de ropa ligera, su bufanda, el basto dinero que Kiyomi le había entregado y un pequeño vestido de dormir. Comenzó retirando el saco de su traje, luego la blusa y falda. Al ver que Eren no regresaba y seguramente se quedaría haciendo guardia o algo similar, decidió limpiar su sudada piel frente al espejo con la pastilla de jabón y el poco de agua que venía con la habitación. Comenzó tomando la toalla y remojándola para pasearla por su cuello, bajó por su clavícula y deshaciéndose de su sostén lavó sus pechos, delineó las marcas del sostén bajo sus mamas e intento deshacerlas con pequeños masajes. Al terminar, bajó por su abdomen y dejó caer su vestido de dormir por su cuerpo. Lista para proseguir con su parte baja, dejó caer sus bragas hasta el suelo, la levantó y dejó en el lavadero. Siguió con su suave labor de limpiar sus piernas, subió su vestido hasta su cintura y su pie lo posó en el lavadero frente al espejo para limpiar su entrepierna. Ella evaluó sus muslos, se encontraban irritados de la ardua caminata de esa noche, subió hasta comenzar a limpiar sus labios mayores, quitó cualquier suciedad de esa zona que le causaba placer al pensar en su acompañante de esta noche. Encontrándose a punto de bajar su pie, la puerta se abrió de golpe, revelando a Eren con una botella de licor a la mitad. Vaciló al verla en esa posición y sonrió pícaramente.

Eremika Week 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora